Personajes en el Tango
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Pato – Andar Pato
En ese “paterío” heterogéneo que pulula, están también quienes se sobrepusieron a ese modesto destino
Pato – Andar Pato

Andar o estar “seco” o “pato”, se traduce por no tener una moneda en el bolsillo. La figura, seguramente proviene del convencimiento popular que sostiene que las plumas delos patos permanecen siempre secas.

Ilustración – Pablo Benedini -2010

Pato – Andar Pato
La escasez fue una constante en la vida del porteño del arrabal o en la de aquel que habitaba los barrios de clase media baja. Ya fuera porque el empleo no abundara o por poca inclinación al trabajo, lo cierto es que la imagen de esas barras de muchachos holgazaneando en las esquinas o en la puerta del almacén, durante mucho tiempo fue una imagen recurrente.

No tener dinero significaba andar “misho”, “muerto”, “seco” o “pato”. Este último término que es el que nos ocupa, está relacionado directamente con el anterior: el “seco.”

Andar o estar “seco” o “pato”, se traduce por no tener una moneda en el bolsillo. La figura, seguramente proviene del convencimiento popular que sostiene que las plumas delos patos permanecen siempre secas.

Como toda frase o palabra alternativa, tuvo su momento de auge precisamente en los años de profunda crisis social y económica, como fue la década del treinta.

A tal punto era popular el término, que estampó su estigma a un edificio con departamentos en alquiler, en pleno barrio de Palermo; el Palacio de Los Patos. Llamado así, porque el denominador común de aquellos inquilinos, era no tener un peso encima.

Pero hilando fino en el origen del vocablo, si bien no pueden obtenerse fechas ni lugares precisos de nacimiento, hay una curiosa relación con ámbitos que se desarrollan en el extremo opuesto de la modesta vida de los “patos”; el negocio financiero. Es propio de la jerga económico – financiera, referirse a la liquidez, cuando abunda la oferta de dinero en el mercado, o por lo contrario, lamentar una plaza “seca” cuando hay retracción del circulante.

De no mediar un abismo de recursos entre los “patos” del Palacio homónimo o los “secos” de cualquier barrio y los operadores de los mercados financieros, nos inclinaríamos a creer que se habla de lo mismo, aunque con distintos grados de angustia y necesidades.

Pero el tango, en su rol de filósofo eternamente indagando el alma porteña, coloca a la suerte como factor determinante en el destino del hombre de Buenos Aires.

Así vemos en “Que me quiten lo bailao”, tango creado en 1942 por Miguel Bucino, que el protagonista confiesa padecer debilidades y cambios de situación social atribuidos al azar:

Berretín con la milonga, metejón con los placeres,
Unas veces ando pato y otras veces soy bacán.

No obstante, en ese “paterío” heterogéneo que pulula por Buenos Aires, están también quienes se sobrepusieron a ese modesto destino, y “pelecharon” hacia una nueva existencia de proxeneta, capitalista de juego clandestino, o encontraron su rumbo en casamientos de conveniencia. Algunos se habrán dedicado a trabajar, aceptándose como “patos” crónicos pero con dignidad.

Los años de la globalización trajeron también a los “fusilados”, ligera variante de “muerto” de los años treinta y otras acepciones, que por su escasa aceptación quedaron rápidamente en el olvido.

Pato

Ayer te vi pasar
con aires de bacán
en una vuaturé copera;
te saludé
y vos te hiciste el gil
como si no me conocieras.
Llevabas en tu cara
blanca de fifí
más polvo que una carretera.

Fue tal la bronca
que yo me agarré,
que quise gritarte así:
Pato
fuiste en todo momento,
pato,
aunque quieras despistar;
seco,
hoy tenés apartamento
y te pagan mucho vento
pa’ lucirte en el «Pigall»,

Pato,
te peinás a la gomina,
hoy sos
milonguero y compadrón;
cuando
te dé el espiante la mina,
volverás por nuestra esquina
a mangar para el buyón.

De lo que fuiste ayer
ya nada te quedó,
muchacho rante de mi barrio,
y el que te vió
como te he viste yo,
manya que sos un pobre otario.
Recuerda que la vida
de cualquier bacán
tiene más vueltas que la oreja,
y que, si un día
la suerte no se da
al suburbio volverás.

Tango -1926
Letra y Música: Ramón Collazo

 Ando Pato

Hoy que voy barranca abajo
mezclado al barro
de la miseria.
Los amigos se ha alejado
porque han calado
que sigo otro tren.
Y no manyan esos gatos
que si ando pato
no soy tan medio:
pues vivo bien, sin ese metejón
de andar como un fifí
si tengo pa’l buyón.

Hay muchos que por las esquinas
un corte rante se van largando,
y hablan de vento al ver pasar las minas,
mientras que el bagre les está silbando.
No manyan esos gilibertos
que ese aspamente no me lo trago,
y aunque los calo muy bien, me tiro a muerto,
para que esos mamertos
aumenten su ilusión.

Me dan risa esos burreros
que se ladean
porque ando pato.
Y que se olvidan que pa’l puchero
yo fui el primero
que los ayudé.
Hoy aunque me griten: ¡Pato!
gilurdo o mishio,
otario o seco.
Laburo un mes y vivo muy feliz
teniendo pa’ morfar,
pa’ fasos y el bulín.

Tango – 1928
Música: Juan Maglio
Letra: Eugenio Cárdenas

Del Libro Personajes en el Tango – Roberto Bongiorno – Editorial Unilat – 2010

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