El proverbial grito de ¡hay moros en la costa! Pasó a ser expresión familiar para advertir a alguien sobre la presencia de quien entraña cierto peligro, o bien no debe escuchar lo que estamos diciendo.
Hay Moros en la Costa
La historia relata que, durante varios siglos, la zona del Levante español (región mediterránea que abarca Valencia y Murcia) fue objeto de frecuentes invasiones por parte de los piratas berberiscos, que eran unos habitantes de la zona noroeste de África, entre el mediterráneo y el Sahara.
Los pueblos que vivían en la ribera, a causa de ello, se encontraban en constante zozobra y para prevenir el peligro, se levantaron a lo largo de toda la costa, numerosas atalayas de mampostería ciega, a las que ascendían por medio de escalas de cuerdo que luego eran retiradas.
De lo alto de esas torres, se vigilaba el ancho horizonte y, no bien se avizoraban las velas de las naves berberiscas, el centinela de turno comenzaba a gritar: ¡Hay moros en la costa!
Sonaba entonces la campana, se encendían las hogueras de señal y la gente-alertada- se preparaba para la defensa. El sistema perduro hasta muchos años después, cuando firmo la paz con los reyes de la Berbería. Pero el proverbial grito de ¡hay moros en la costa! Pasó a ser expresión familiar para advertir a alguien sobre la presencia de quien entraña cierto peligro, o bien no debe escuchar lo que estamos diciendo.
Diario El Expreso – 14-09-95 – Profesor Esteban Giménez
No Hay Moros en la Costa
Por otro lado, la expresión popular «no hay moros en la costa» se utiliza para indicar que no hay peligros a la vista. Su origen se remonta a la época en que los moros fueron expulsados de la península ibérica y las costas españolas del Mediterráneo fueron atacadas por piratas musulmanes. Para vigilar y alertar sobre los ataques, se establecieron puestos militares. Cuando no había novedad, se decía «no hay moros en la costa».