En los tiempos modernos, el animalito y sus colegas de bestiario fueron derrotados por los avances científicos, y fue relegado exclusivamente a la literatura infantil, en una versión apta para niños, embellecido en su imagen y sociabilidad.
El Unicornio
“… y aún estaba poblado de sirenas y endriagos
y de piedras imanes que enloquecen la brújula”
(Fundación mítica de Buenos Aires – Jorge Luis
Borges).
El gran poeta porteño describió así en una de sus piezas, el nacimiento imaginario de la Ciudad de Buenos Aires. En esos versos coloridos, se entreveran como en un duelo de cuchilleros de alguno de sus cuentos, la Historia, el coraje, los miedos ancestrales y los seres fantásticos más disparatados, que poblaban el mar que tenía “cinco lunas de anchura”.
Así fue desde que la humanidad tiene registros, porque durante milenios se desarrollaron en latitudes y tiempos distintos, construcciones culturales en las que coexistieron la magia, la ciencia empírica y una geografía en general, acotada a los límites reconocidos por audaces navegantes. Creencias animistas, sirenas, monstruos marinos, seres infernales que deambulaban por los bosques, enigmas celestes que sólo podían interpretar los iniciados.
Todo contribuía a sostener un mundo en el cual la realidad brutal, cohabitaba con maravillas que cuánto más extraordinarias, mayor era la credibilidad que merecían.
Por supuesto siguieron existiendo los escépticos que desde tiempos remotos, dudaron del pensamiento mágico y sus criaturas.
A ese universo fabuloso pertenece el unicornio. Pero es tal su capacidad de adaptación, que en pleno siglo XXI permanece entre nosotros transformado en metáforas empresariales, roles sexuales o una batería de objetos domésticos que lo transformaron en una lucrativa mercancía.
El griego Ctesias (siglo IV A.C.) comentaba la existencia del unicornio en la actual India, que no sería otra cosa que el rinoceronte que habita esas regiones y otros mamíferos de dos cuernos, como los antílopes y búfalos, que bien pudieron contar con un cuerno roto o atrofiado; la imaginación del viajero habría hecho el resto. La figura tosca del rinoceronte, pudo ser embellecida y estilizada en el tránsito verbal por distintos pueblos, a la que se agregaron determinadas virtudes.
En la misma línea de investigación, otro contemporáneo de Ctesias, Anaxágoras de Clazómenas, sostenía que los esos seres que contaban con un cuerno único, padecerían deformaciones originadas en la gestación; sin intervención de fuerzas sobrenaturales. A su vez, el comerciante Marco Polo no fue ajeno a esa confusión, ya que de vuelta a Europa después de su dilatada expedición a Oriente, afirmó haber visto unicornios.
Ilustraciones muy antiguas lo representan como un cuadrúpedo con patas de antílope, pelos y ojos de cabra, además del clásico cuerno recto y cónico y una mirada plena de dulzura.
La figura mitológica atravesó los avatares históricos de la Antigüedad y tomó nuevos bríos en la Edad Media. Durante siglos fueron conocidos los textos llamados “Bestiario” (bestiarium) en el cual se describen animales reales y otros inexistentes, desde una perspectiva religiosa.
Contemporáneamente, se asoció el unicornio a los caballeros sufrientes por amor, cuyas desventuras y andanzas heroicas hasta el agobio, fueron difundidas en las novelas de caballería, parodiadas en Don Quijote de La Mancha (Miguel de Cervantes Saavedra), a principios del siglo XVII.
En los tiempos modernos, el animalito y sus colegas de bestiario fueron derrotados por los avances científicos, y fue relegado exclusivamente a la literatura infantil, en una versión apta para niños, embellecido en su imagen y sociabilidad.
También la profesionalización de la paleontología demostró que en un pasado remoto, poblaron la Tierra seres cuya existencia los humanos solo conocieron por restos fósiles o en sus especies más tardías, como los mamuts, tigres de dientes de sable, gliptodontes y otros. De los grandes reptiles que reinaron hace millones de años, sólo quedaron sus huesos, en la mayoría de los casos, de dimensiones asombrosas; lo que estimuló la imaginación.
Pero como las leyendas suelen tener algún punto de contacto con la realidad, en el siglo XII comenzaron a comercializarse en Europa Occidental, cuernos que alcanzaban a veces más de un metro de largo. Dichas piezas atribuidas a unicornios correspondían a narvales, cetáceos capturados en Escandinavia que como se ha dicho, se convirtieron en un lucrativo negocio. El presunto cuerno mágico, es en realidad un diente de grandes dimensiones con que cuentan los machos de esa especie. Los expertos en hechicería y medicina casera, le atribuían al cuerno de
“unicornio”, propiedades mágicas y curativas para diversas dolencias.
Como el pensamiento mágico no tiene límites y la poesía tampoco, no asombra que el unicornio fuera tema de la celebérrima canción del cantautor cubano Silvio Rodríguez, “El Unicornio Azul”. Por supuesto, es una metáfora cuya interpretación corre por cuenta del oyente, como en la Antigüedad y en el Medioevo lo fueron otros seres fantásticos que poblaron la literatura mundial.
Saliendo del universo maravilloso e ingresando al más terrenal de los negocios, desde la segunda década del siglo XXI comenzó a circular con fuerza en el empresariado local, el término “unicornio”. Así comenzaron a llamar a los emprendimientos exitosos de creación reciente como Mercado Libre (comercio electrónico), Globant (software), OLX (clasificados en línea) y Despegar.Com (Portal de ventas de paquetes turísticos) entre los más destacados. Se caracterizan por el uso intensivo de tecnología y la búsqueda permanente de innovaciones que le permitan mantener su liderazgo. Su rasgo en común es haber surgido de la inquietud de perfiles denominados emprendedores, ajenos a las construcciones empresarias tradicionales.
En diciembre de 2018 se realizó en Buenos Aires la versión local de un tipo de encuentros denominado 4YFN; siglas de 4 Years From Now o “Cuatro años desde ahora”, en el cual una serie de “unicornios” locales intercambiaron experiencias y plantearon objetivos.
Por otra parte, empresarios avispados rescataron la imagen legendaria del unicornio para utilizarla en zapatillas, indumentaria, mochilas escolares y apliques de todo tipo para consumo del público infantil.
Más allá de la leyenda, la poesía o los empresarios disruptivos, el unicornio sigue galopando entre nosotros.
El Unicornio Azul
El unicornio, cuya existencia se tuvo por cierta en la antigüedad y dio origen a muchas leyendas e imágenes medievales, recobro su presencia gracias a la poética canción del cubano Silvio Rodríguez. “Mi unicornio azul/ ayer se me perdió, / pastando lo deje/ y desapareció, dice, para hablar más delante de su cuerno de añil”.- De este animal maravilloso se han ocupado numerosos autores, como lo recuerda Borges en su Manual de zoología fantástica.
Hace dos mil quinientos años fue descrito con pelaje blanco, un cuerno blanco en la base rojo en la punta.- Según los chinos, el pelaje de lomo es de cinco colores entreverados, el del vientre es pardo o amarillo. No pisa amas el pasto verde y la duración natural de su vida es de mil años. Su aparición supone siempre un buen presagio.- Hay una sola manera de cazarlo: cuando se le pone por delante una virgen, el unicornio salta el regazo de esta y, si la doncella lo abriga con amor, el unicornio se deja atrapar fácilmente.
Existen tantas descripciones del unicornio como cronistas dicen haberlo visto. Siguiendo el ejemplo de Rodríguez, que lo sintió azul, cada uno es dueño de imaginarlo de acuerdo con su propia fantasía.
Tres Mil Historias de Frases y Palabras que Decimos a Cada Rato – Héctor Zimmerman – 1999 – Aguilar
Unicornio
Mi unicornio azul ayer se me perdió
Pastando lo deje y desapareció
Cualquier información bien la voy a pagar
Las flores que dejó
No me han querido hablar
Mi unicornio azul
Ayer se me perdió
No sé si se me fue
No sé si se extravió
Y yo no tengo más
Que un unicornio azul
Si alguien sabe de él
Le ruego información
Cien mil o un millón
Yo pagaré
Mi unicornio azul
Se me ha perdido ayer
Se fue
Mi unicornio y yo
Hicimos amistad
Un poco con amor
Un poco con verdad
Con su cuerno de añil
Pescaba una canción
Saberla compartir
Era su vocación
Mi unicornio azul
Ayer se me perdió
Y puede parecer
Acaso una obsesión
Pero no tengo más
Que un unicornio azul
Y aunque tuviera dos
Yo solo quiero aquel
Cualquier información
La pagaré
Mi unicornio azul
Se me ha perdido ayer
Se fue
Fuente: LyricFind
Compositores: Silvio Rodriguez Dominguez
Letra de Unicornio © Sony/ATV Music Publishing LLC