Identidades
Fecha de Publicación:
El Pisco, Chile y Perú
En 1550 llegaron a la costa del Pacífico, sur del Perú, Norte de Chile, iniciáticas vides provenientes de las Islas Canarias, España
El Pisco, Chile y Perú

La Eterna Batalla del Pisco
Con dientes apretados y un humor de perros, Chile y Perú renuevan cada tanto, una disputa de larga data por la paternidad del pisco (avecilla en quechua), un poderoso y fragante aguardiente de uva destilado en las haciendas costeras del Pacifico al sur desde los albores del siglo XVII. La pelea recomenzó, cuando el diario La Tercera anuncio en Santiago que la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI) reconocía dominio chileno sobre esa bebida. No se tardó el canciller peruano, José García Belaunde, en replicar: “Si fuimos los creadores, aquí tengo el reconocimiento de los Estados Unidos y Europa”, dijo y mostró.

Privan en la pelea atendibles razones económicas y comerciales. De intereses concretos por el uso de la denominación de origen, un plus nada desdeñable a la hora de cotizar exportaciones y sostener la salud de la industria licorera. Pero también juegan otras cuestiones que emiten al brumoso culto de la identidad nacional. En fin, vicios demagógicos capaces de justificar razones de Estado y encolumnar a la gente detrás de una causa bélica, oír absurda que parezca.

Mi primera aproximación al pisco, aunque cueste creerlo, fue literaria. Podría definirse el encuentro como una prometedora borrachera de letras. Que por cierto se tomó su tiempo en escampar. Cuando ocurrió ya era yo un avezado y calificado investigador, de maestría temprana, sobre los efectos de los alcoholes rotundos. Apareció entonces, como revelación, un texto de Rudyard Kipling, profeta del imperialismo y Nobel de Literatura. Decía: “…pisco brandy botton punch, el más noble y hermosos producto de nuestra era. Tengo la teoría de que está compuesto de alas de querubines, la gloria de un amanecer tropical, nubes rojas de atardeceres y fragmentos de antiguas epopeyas escritas por grandes maestros fallecidos”. Como sustraerse a probar. Maravilloso. Aire casual, poético, y deportiva convicción colonialista. Sabía de qué hablaba.

Alrededor de 1550 llegaron a la costa del Pacífico, sur del Perú, Norte de Chile, iniciáticas vides provenientes de las Islas Canarias, España. Fue en la hacienda de Marcahuasi, en el Cusco, donde prosperaron los primeros viñedos de América del Sur. La pobre calidad de los vinos obtenidos, y la prohibición de la corona española para comerciarlos, empujó a producir brandy con buen suceso. Un documento conservado en el Archivo General de la Nación, en Lima, fechado el 30 de abril de 1613, de cuenta de un testamento legado por el tal Pedro Manuel, El Griego, consistente en treinta tinajas de aguardiante y alambiques de cobre.

Entre 1541 y 554 hubo unas primeras vides chilenas y una cosecha inicial en La Serena que remite al año 1551. Los documentos notariales testamentarios aparecen en el valle de Elqui a partir de 1732 y, curiosamente o no, según se quiera, también repartían “botijas llenas de pisco”.

Perú considera que el nombre de su aguardiente tiene una relacion estrecha con el espacio geográfico, valles y puerto de Pisco, Ica y Nazca, donde se produce .Chile sostiene que el nombre del productor es un término genérico y lo utiliza en dos de sus regiones vitivinícolas, la III de Atacama y la IV de Coquimbo.

Los degustadores pisqueros notan diferencias de grado alcohólico volumétrico entre el peruano (de 38 a 48 grados) y el chileno (de 33 a 43 grados). De todos modos, con uno u otro, pegarse un caballazo (beber de la botella) o un trancazo (empinar la copa de un solo sorbo), puede dejarlo a uno zapado (borracho), si no se tiene probada aptitud para el trago y se comete el error de beber un chivato (licor de mala calidad).

En lo personal prefiero la variedad de pisco denominada puro, elaborado con uvas no aromáticas (la quebranta, por ejemplo) que tiene un maridaje perfecto con el cebiche y recomiendo fervientemente, por si reviste interés, el Pisco puro del carajo, una marca que honra holgadamente su nombre. Esto es del lado peruano. En la trinchera chilena, no sé por qué, siempre me dejé llevar por los efluvios del pisco sour, un coctel celestial que se deja tomar sin queja: lleva tres medidas de pisco, una clara de huevo, el jugo de medio limón, una pizca de azúcar y hielo picado a gusto.

Varias veces tropecé con esas piedras y descubrí que no es tan malo.
Por Lorenzo Amengual – Debate – 21-08-06

Ver  Nota
Chile/Perú.- Chile gana a Perú la disputa por la denominación de origen del pisco Santiago no quiere enfrentamientos con Chile y propone a Lima difundir juntos la bebida alcohólica – 17-08-06

https://www.notimerica.com/economia/noticia-chile-peru-chile-gana-peru-disputa-denominacion-origen-pisco-20060817200011.html

Temas
Comentarios
Al Pie de la Letra
Recital… y Ellas

Recital… y Ellas

Acto seguido se abalanzó sobre el chabón y le metió su zocotroco de puño en la cara a lo que el muchacho reaccionó y la trifulca desembocó en un revuelco sobre el pasto mientras la otra chica gritaba su desesperación ambivalente...
Literatura Iberoamericana
Tradiciones y Costumbres

Tradiciones y Costumbres

A medida que vamos creciendo y adquiriendo un juicio crítico, podemos armonizar o no con esas prácticas heredadas. Menos mal cuando los padres son tolerantes en cuanto a su ejercicio, pero las relaciones se complican cuando son fanáticos.
- Central -
Nuestro Primer Primero de Mayo

Nuestro Primer Primero de Mayo

Esa fecha la fijó la Segunda Internacional con sede en París, en 1889 para recordar a los Mártires de Chicago, un grupo de trabajadores que protagonizaron una huelga y fueron ejecutados por la justicia norteamericana en 1886.
Reflexiones de un Nuevo Día
Pre y Pro Como Prefijos

Pre y Pro Como Prefijos

Los conflictos no pueden ser evadidos, negados, ocultados, dejados de lado, muy por el contrario, los conflictos deben ser gestionados de forma pacífica, respetuosa y colaborando los protagonistas para hallar una solución mutuamente satisfactoria.
Semblanzas
Los Árboles y las Sombras Gringas

Los Árboles y las Sombras Gringas

El historiador e investigador argentino Carlos Moncaut -erudito en la flora argentina - relata hechos tan apasionantes como novedosos , que permiten imaginar la transformación que se vivió nuestra región, y su paulatina forestación.
Columnistas
Más Artículos