Gestión Cultural
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Creatividad y Método
Creatividad ¿Puede crecer sin método?
Creatividad y Método

El sentido común asocia la creatividad con la fantasía, la más absoluta libertad y hasta cierto desparpajo frente a las formas. Pero la verdad es que el desparpajo sin método es sólo desparpajo.

El proceso creativo es ambiguo; transcurre entre la fantasía y la razón.

Lo difícil es lograr que las personas – y sobre todo las organizaciones – tengan conciencia, práctica y tolerancia hacia esa ambigüedad irreductible del proceso creativo. El portal Neuronilla.com nos acerca algunas ideas sobre cómo vivenciar esa ambigüedad.

En primer lugar no hay proceso creativo sin objetivo ¿Sobre qué vamos a crear?

«El objetivo creativo (también llamado foco creativo) es aquello sobre lo que vamos a generar ideas. Ha de estar claramente redactado en una sola frase que no dé lugar a confusión o ambigüedad (puede empezar por: “Queremos ideas sobre…”, “Queremos ideas para…”). Esto puede llevarnos menos de 5 minutos durante la sesión de generación de ideas, no obstante, si necesitamos más, recordemos que el tiempo que dediquemos a esto siempre estará bien empleado.»

A partir de esta definición de «foco creativo» o problema aporta una clasificación posible para los objetivos de la sesión creativa:

«Perfeccionar algo” (…)
“Realizar una tarea” (…)
“Aprovechar una oportunidad” (…)
“Reorganizar, reordenar algo” (…)
“Afrontar un problema, una dificultad o un conflicto” (…)

Para ampliar la comprensión de cada categoría los invitamos a leer el artículo original.

Ciertamente hay otros métodos, en particular aquellos que buscan el foco en una exacta definición de problema. En este sentido hay que decir que todo método es perfectible y criticable. Lo que no podemos hacer es carecer de método o alterar la coherencia interna de cada uno de ellos.

Quien pretenda organizar una sesión creativa debe lograr en primer lugar enfocar los esfuerzos del grupo de trabajo.

Luego, y tan importante como definir el foco, es respetar unas pocas reglas para organizar la sesión creativa. Como bien dice David Díez (director de Neuronilla y autor de las notas)

«La creatividad no está reñida con las normas. Muy al contrario, explicitar bien las reglas a las que nos vamos a tener antes de ponernos a generar ideas, facilitará paradójicamente la libertad y la singularidad de la producción.»

Se trata de unas pocas normas, no de un largo código procesal. El coordinador del grupo deberá explicitarlas al comenzar y recordarlas tantas veces como sea necesaria según la experticia del grupo y su disciplina creativa. Dice el autor

“Lo primero es diferenciar las fases de que consta el proceso:

Generación de ideas (…) Durante esta parte se suspende el juicio.

Evaluación (…) Aquí sí que entra el juicio lógico.

Desarrollo (…) materializamos aquello que hemos ideado, es el proceso de realización de lo que hemos imaginado, de construir un producto (tangible o no). Este proceso suele ser largo.”

Estas fases – insistimos: hay otras clasificaciones posibles- suponen también algunas reglas actitudinales:

«Se suspende el juicio, durante la generación de ideas está terminantemente prohibida la crítica.» (…)
«También evitaremos la auto-crítica (“no voy a decir esto porque es una tontería”). Lo que sí está permitido es combinar o mejorar ideas expresadas por un compañero» (…)
«Se busca la cantidad, aportamos todas las ideas imaginables» (…)
«Se busca la estimulación recíproca, casi todas las buenas ideas provienen de habernos inspirado con ideas, quizá descabelladas, de otros compañeros (ideas “puente”).» (…)

«Las intervenciones han ser breves y espontáneas, explicar la idea en pocas palabras para no detener el flujo de generación.» (…)

Una frase que solemos utilizar en nuestro propio trabajo sintetiza bien estas pocas normas: ninguna idea es tan buena que no pueda ser mejorada; ninguna idea es tan mala que no contenga un elemento útil para nuestro objetivo.

Se trata de construir la metodología que mejor se adapte a los objetivos planteados y a la diversidad y amplitud del grupo de trabajo. Y, como se sostiene en estas notas de Neuronilla.com, el tiempo que se utilice en ello es la mejor inversión inicial que podemos hacer.

Por Fernando de Sá Souza
Que-gestionamos.blogspot.com/

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