“‘No le podés gustar a todo el mundo’, dice el fundador, en 1990, y presidente de la Academia Nacional del Tango. El estreno de María… fue cuarenta años atrás, el 8 de mayo de 1968, en la desaparecida sala Planeta, al fondo de la galería de Suipacha y Paraguay.
‘Era de la Fundación Armenia y nos la alquiló Eduardo Eurneldan -sí, el mismo de Aeropuertos 2000- por cuatro meses. Todo lo produjimos nosotros, no había espónsor ni nada. Nos prestó plata el Fondo Nacional de las Artes -un préstamo, no un subsidio-, pero no pudimos devolverla. Pensamos que íbamos a sacar de la recaudación la cuota mensual, pero no venía nadie. Hasta que la revista Gente -yo trabajaba para Editorial Atlántida- organizó una función invitando a todos los próceres del tango, y vinieron Fresedo, Rivero, Homero Espósito, y fue un gran éxito», cuenta el letrista de los tangos ‘Chiquilín de Bachín’, ‘Juanito Laguna ayuda a su madre’ y ‘Balada para un loco’.
El que faltó a la cita fue Aníbal ‘Pichuco’ Troilo. ‘Es que se puso celoso, para honra mía. Es una de las personas que más admiré en mi vida y Piazzolla también. Los dos nos sentíamos discípulos de él. En esa época estaba mal, viviendo sus últimos años. Pero sobre ‘Balada para un loco’ me dijo: ‘Ustedes dos han vuelto a componer ‘La cumparsita’ ¡Qué nobleza! Era grande de alma, dice sobre el músico para el que escribió ‘Tu penúltimo tango’.”
Por Leni González a Horacio Ferrer
Crítica de la Argentina – Cultura – 10-10-08