Tango y Milonga
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Amurado
Uno de los músicos, José de Grandis se acercó con un papelito en la mano. “Toma, si te gusta esta letra, ponele música”
Amurado

Allí tuvo la idea que daría pie a la conclusión del tango. “¿Por qué no compartir esos estupendos versos con un  músico también estupendo?”, pensó. Y le paso la letra Pedro Maffia, primer bandoneón del sexteto.

Bulín Mistongo – PBT – 14-11-52

Amurado-da:  ppio. Perf. De amurar
Amurar: tr. Inmovilizar – Empeñar, dar algo en garantía prendaria – Encarcelar – Abandonar – Engañar, perjudicar, defraudar – Estafar, robar.

Particularmente, oímos “Amurado” y nuestra nostalgia va desovillando toda una madeja de recuerdos. Y no nos caben dudas de que lo mismo debe ocurrir a una buena cantidad de porteños. Porque ¿Quién no tiene algún pasaje de su vida en el que hayan sonado esas notas para quedar ligadas a cualquier momento inolvidable? Todo ello más allá de que “Amurado” se haya constituido en uno de los tangos que mayor justicia podemos denominar clásicos.

Surgió de la mente de José De Grandis, que en 1925 escribió los versos. Una tarde de ese año, Pedro Laurenz, que ya formaba parte del sexteto de Julio De Caro, cayó por el café El Parque, para escuchar a otros sexteto, el de Enrique Pollet, en el que había tocado hasta 1924.

Fue luego de la actuación cuando uno de los músicos, José de Grandis-que además de poeta era violinista-  le acercó con un papelito en la mano.

“Toma, si te gusta esta letra, ponele música”, le dijo.

Laurenz quedó impactado con aquello de “Campaneo mi catrera y la encuentro desolada, / solo tengo de recuerdo el cuadrito que está allí, pilchas viejas, unas flores y mi alma atormentada; / eso es todo lo que queda desde que se fue de aquí…” Y allí nomas, su genial inspiración le dictó las notas correspondientes.

En un rato quedo terminada la primera parte. No hubo tiempo de completar la obra: tenía que salir a las apuradas hacia el Select Lavalle, para actuar con De Caro. Allí tuvo la idea que daría pie a la conclusión del tango. “¿Por qué no compartir esos estupendos versos con un  músico también estupendo?”, pensó. Y le paso la letra Pedro Maffia, primer bandoneón del sexteto.

Maffia no demoró en musicalizar la segunda parte  y “Amurado” comenzó a ser un indiscutido éxito en  1927, cuando lo llevaron al disco nada menos que Ignacio Corsini, Carlos Gardel y el sexteto de Julio De Caro. Otras grabaciones memorables son las de Laurenz con su orquesta (1940, ’47, ’52 y con el quinteto, 1969), Pugliese (1945) o Rivero (1958).
Roberto Selles

Amurado a Tu Puerta – de Canturbe – 1980

Amurado

Campaneo a mi catrera y la encuentro desolada.
Sólo tengo de recuerdo el cuadrito que está ahí,
pilchas viejas, una flores y mi alma atormentada…
Eso es todo lo que queda desde que se fue de aquí.

Una tarde más tristona que la pena que me aqueja
arregló su bagayito y amurado me dejó.
No le dije una palabra, ni un reproche, ni una queja…
La miré que se alejaba y pensé:
¡Todo acabó!

¡Si me viera! ¡Estoy tan viejo!
¡Tengo blanca la cabeza!
¿Será acaso la tristeza
de mi negra soledad?
Debe ser, porque me cruzan
tan fuleros berretines
que voy por los cafetines
a buscar felicidad.

Bulincito que conoces mis amargas desventuras,
no te extrañe que hable solo. ¡Que es tan grande mi dolor!
Si me faltan sus caricias, sus consuelos, sus ternuras,
¿qué me quedará a mis años, si mi vida está en su amor?

¡Cuántas noches voy vagando angustiado, silencioso
recordando mi pasado, con mi amiga la ilusión!…
Voy en curda… No lo niego que será muy vergonzoso,
¡pero llevo más en curda a mi pobre corazón!

Tango – 1927
Música: Pedro Maffia / Pedro Laurenz
Letra: José De Grandis

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