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Las Tomas Estudiantiles
El Movimiento Estudiantil que cuando se siente afectada y se dispone a defender sus intereses, suele hacer Historia
Las Tomas Estudiantiles

A finales de octubre de 2024 el conflicto tiene un final abierto, ya que día a día son más las universidades que no pueden cumplir sus clases con normalidad, por carecer de útiles, insumos y falta de docentes.

Las Tomas Estudiantiles
“Qué vivan los estudiantes / porque son la levadura / Del pan que saldrá del horno / con toda su sabrosura”. Así escribió la cantautora chilena Violeta Parra, en su tema “Qué vivan los estudiantes”; cuando Chile y el mundo eran otros, recorridos por fuertes vientos de cambio.

La cuarteta que antecede no es inocente ni improvisada, refiere en clave poética al rol contestatario que históricamente tuvo y tiene, el estudiantado en todo el planeta. Al margen que esos versos surgieron de la observación de la realidad estudiantil y social de su país. Es decir, los estudiantes suelen ser el ingrediente que “leva” la masa compleja de una sociedad que está gestando convulsiones y demandas, que el poder a veces no suele percibir. La efervescencia estudiantil en el país hermano, generó grandes conmociones sociales que culminaron en una reforma constitucional, aunque no hubo avances importantes en la gratuidad de la educación superior.

En nuestro país, las organizaciones universitarias se movilizaron masivamente contra el presidente constitucional Hipólito Yrigoyen pese a ser el gobernante que apoyó y protegió la Autonomía Universitaria y el gobierno Tripartito, años más tarde lo hicieron contra el gobierno de facto (1943 – 1946), exigiendo el retorno a la normalidad política, realizando tomas de facultades por cuenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA) y durante las grandes movilizaciones y ocupaciones, en el gobierno de Arturo Frondizi (1958 – 1962), en defensa de la universidad pública, gratuita y laica, en oposición al proyecto de ley de libertad de enseñanza superior, que permitía a las universidades privadas entregar títulos profesionales; conflicto que pasó a la historia como “Laica o Libre”.

La dictadura del general Juan Carlos Onganía (1966 – 1970) se vio sacudida por un conflicto estudiantil en apariencia menor, como fue el alza de precios en un comedor estudiantil de la Universidad de Corrientes. En mayo de 1969 las tomas de facultades y la movilización en esa ciudad luego de la muerte de un estudiante bajo las balas policiales, extendió las protestas a otros centros de estudio y en Rosario, otro universitario falleció víctima de la represión. En ese clima de violencia callejera, la CGT local decretó paro general y movilización por sus propias demandas y en solidaridad con el estudiantado. Las calles son tomadas por manifestantes y el gobierno decreta Zona de Emergencia a la ciudad de Rosario, quedando bajo control militar: llegaba “El Rosariazo”. El reguero de pólvora se extiende a Córdoba Capital, donde a la lucha estudiantil se suma un paro activo de 36 horas de la CGT local unificada y la movilización popular encabezada por trabajadores y estudiantes, se adueña de la Docta, siendo tomados por los estudiantes barrios enteros como el Clínicas. Interviene el Ejército, quedando como saldo varios fallecidos y una importante destrucción de edificios y vehículos vinculados al gobierno y a capitales extranjeros: “El Cordobazo”.

Para los observadores de la época la anunciada unidad obrero – estudiantil ya era un hecho, y el autoritarismo dictatorial ingresaba en una lenta agonía.

Durante el breve período constitucional (1973 – 1976) las tomas de altas casas de estudio y colegios secundarios fueron frecuentes, hasta la llegada de la noche dictatorial más brutal de nuestra Historia: (1976 – 1983). Miles de estudiantes engrosaron la larga lista de detenidos – desaparecidos de todos los sectores sociales.

La recuperación democrática encontró a una nueva generación estudiantil pisando fuerte en las aulas y en los años que siguieron, acompañando o protestando contra medidas, mantuvieron su rol de actores sociales; como sucedió con las tomas en el nivel medio en 2005 y un año más tarde, con las ocupaciones de varias facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA), rechazando el nombramiento de un nuevo rector.

Toma de Facultades Agosto 2005 – La Prensa

Ya mucho más adelante en el tiempo, el estudiantado sostuvo viejos y nuevos reclamos con las herramientas tradicionales: asambleas, movilizaciones y llegado el caso, con tomas de los establecimientos educativos.

Así fue que a partir de septiembre de 2022, una ola de ocupaciones se suceden en las escuelas secundarias porteñas. Las principales demandas referían al mal estado de los edificios, raciones insuficientes y en muchos casos en mal estado. rechazo a las pasantías implementadas por el gobierno de CABA y otros temas afines, contando con la solidaridad de los gremios docentes. Las autoridades contraatacaron judicializando las ocupaciones.

Con la asunción del gobierno nacional por Javier Milei (10/12 /2023), y su anuncio de un severo recorte del gasto educativo y salarial, aparece la inquietud en los ámbitos estudiantiles y docentes.

Las respuestas dispersas se unifican el 23 de abril de 2024 en una gigantesca marcha que partiendo del Congreso Nacional, culmina en la Plaza de Mayo. La Marcha Nacional Universitaria fue convocada por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), integrada por gremios y federaciones docentes, no docentes y estudiantes de todo el país. Contó con el apoyo de las tres centrales obreras (CGT y ambas CTA), partidos políticos y movimientos sociales. La concurrencia se estimó entre 500 mil y 800 mil personas, sumando en todo el país cerca de un millón de asistentes.

Los conflictos parciales se mantienen y aumentan cuando el gobierno nacional advierte que si el Parlamento intenta sancionar favorablemente la Ley de Financiamiento Universitario, lo vetará. Debido a la intransigencia gubernamental, el 2 de octubre se realiza una Marcha Federal Universitaria y como los legisladores no pudieron imponer los dos tercios necesarios para derogar el veto de Milei a la Ley de Financiamiento, ésta no prosperó. Las consecuencias directas de la medida son que las universidades en 2024 deben sobrevivir con el presupuesto 2023 más algunos refuerzos puntuales; representando una caída de inversión global por alumno, que supera el 30 por ciento respecto al año anterior. Para los especialistas, el conjunto de éstas medidas representa un vaciamiento encubierto de las universidades.

A lo largo de octubre se registran movilizaciones y tomas de facultades sin interrupción de clases; y en muchos casos las cátedras se dictan en la calle. Las consignas siguen siendo las mismas: aumento salarial para docentes y auxiliares y mayor presupuesto para garantizar el funcionamiento de las casas de estudio.

El día 16 de ese mes, una multitudinaria asamblea se registró en la Universidad Nacional de Córdoba, rechazando el veto de Milei a la Ley de Financiamiento Universitario, propuesta acompañada por sindicatos y organizaciones sociales.

A esa altura del conflicto, unas noventa universidades estaban tomadas por los estudiantes en todo el país, secundadas por paros docentes.

En el Conurbano bonaerense, hasta el 17 de octubre participaron en asambleas más de tres mil alumnos, protagonizando ocho asambleas y diez ocupaciones en las siguientes universidades: UNGS; UNTREF; UNSAM; UNLU; UNAHUR; UNM y UNPAZ.

Días después se registra la Marcha Blanca en CABA en la que convergen docentes y personal de Salud, por reclamos similares a los estudiantiles, brindándose clases públicas en la Plaza de Mayo.

A su vez, el gobierno nacional sube la apuesta reemplazando las tradicionales auditorías en la Universidad de Buenos Aires que realiza la Auditoría General de la Nación (AGN) que tiene cierto viso de autonomía, por otras a cumplir por la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), que depende del Poder Ejecutivo y que quienes se oponen, sugieren que los informes del organismo pueden estar teñidos de parcialidad.

httpswww.perfil.com – 16-10-24 – Foto Pablo Cuarterolo

A finales de octubre de 2024 el conflicto tiene un final abierto, ya que día a día son más las universidades que no pueden cumplir sus clases con normalidad, por carecer de útiles, insumos y falta de docentes.

Si revisamos nuestro pasado no muy lejano, vemos que el Movimiento Estudiantil es una franja muy amplia y sensible del cuerpo social argentino, que cuando se siente afectada y se dispone a defender sus intereses, suele hacer Historia.

Toma sel Carlos Pellegrini en el 2007

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