“Lo de las mujeres leña nació una mañana de otoño, en un ranchito humilde en El Durazno, pueblo pequeño del olvidado oeste catamarqueño“
“Preparaban el velorio de una mujer que nunca conocí.” – dice El Pintor.
“Las vecinas se internaron río arriba a buscar leña, no solamente para calentarse sino como ´humilde tributo de calidez´ para la fría tristeza del momento“
“Una forma de encontrar en el silencio, lo que se había perdido“. Aclara el hombre de La República de Sarandi.
“Para siempre“. Agrega
“Se habían perdido por horas en el monte…-
“Las horas”, como dicen por allá, “volvieron con el tributo cargado en su cuerpo”
“Evidentemente” – sentencia Nochetto – “cada madera tomada del monte, posee el poder de aliviar el dolor…”
“Ellas eran la leña y el fuego”
Armado y Recopilación Pablo Benedini