Por Amor al Arte
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Cuarenta Cartones Pintados
IMÁGENES DE MIGUEL LUCERO DE SU TRABAJO “ESTUDIO SOBRE EL TANGO”
Cuarenta Cartones Pintados
El Ángel Porteño Óleo – 200×100

Veamos: si bien  todo cambia, hay algo que no ha cambiado en estos cerca de 150 años que han transcurrido desde aquellas primigenias letras de corte llamémosle pornográfico, hasta las mucho más elaboradas -y en muchos casos cuidadamente poéticas- de una buena cantidad de autores contemporáneos. Y eso que no ha cambiado es que el tango siempre fue el reflejo de cada época, la crónica fiel de cada situación, el espejo de la sociedad en cada tiempo, el muestrario en cada instancia -en definitiva- de la condición humana. En las primeras épocas del género, reflejaba la vivencia de esos hombres (hay que tener en cuenta que era una sociedad con más hombres que mujeres: la mayoría de los inmigrantes que venían de Europa eran hombres que llegaban solos desde allí, o con algún familiar cercano pero generalmente varón también –hermano, tío-; pero además estaban los gauchos, los soldados…) que encontraban la alegría, la diversión, en ese ambiente necesariamente sexual de los lupanares. Las letras, entonces, mostraban eso. Veamos un ejemplo: el tango “Dame la lata” hacía referencia a las “latas”, que no eran más que las “fichas” que debían dejarse a las prostitutas, como comprobante de que se había pagado el “servicio” por un lado, y por otro para que las muchachas hicieran luego la “liquidación” ante la “madama” o el cafiolo. Otros títulos eran más directos y expresivos: “El fierrazo”, por ejemplo. Huelga decir que, a partir de “Mi noche triste”, el espejo va a tornarse mucho más abarcativo y toda la sociedad va a poder mirarse en él, ora para emocionarse, ora para alegrarse, ora para avergonzarse.

“Si lo oyéramos por primera (vez), si no lo hubiéramos oído muchas veces con emoción. (El tango) Mi Noche Triste nos parecería una vergüenza.”
Jorge Luís Borges –  Borges de Adolfo Bioy Casares – Destino – 2006

“¿Hacemos nosotros lo mismo? Sobre esa calle municipal, que es la tierra de nadie, ponemos una segunda calle creada por nosotros. Es la que elaboramos desde la niñez, con nuestros juegos en la vereda, la historia de cada puerta con el recuerdo del potrero que batíamos heroicamente, con la conversación primera en el zaguán de la novia. ¿Qué es todo eso? Es nada menos que el mito que superponemos a la piedra y al asfalto. ¿No hace lo mismo un buen hombre de barrio, que lleva su silla a la vereda y convierte a la calle en una prolongación del fondo de su casa? ¿Y qué decir de ese otro mito mucho más armado que se vincula al tango? Cuando queremos simbolizar nuestra danza gráficamente dibujamos en un callejón, en el cual danza una pareja de malaevos y detrás, un hombre con un bandoneón a quien nunca se le ve la cara. ¿No es ésta la calle mítica y mágica que superponemos a la calle real? Más aún, la vinculamos con un momento determinado de nuestra historia, su música y su famoso baile. A esa época y a sus símbolos atribuimos una serie de dotes humanas que ya no creemos encontrar hoy en día.”
Rodolfo Kusch – Indios, Porteños y Dioses – Biblos – 1994

“A lo mejor Mara tenía razón y yo no era más que un intelectual con ínfulas de compadrito, un intruso en el arrabal un impostor. Sin embargo, cada vez sentía con más fuerza la necesidad de comprender a esas criaturas del suburbio, condenadas a desaparecer, a esfumarse en los baldíos, en los almacenes con despachos de bebidas como los que frecuentaba el Payador”
Pedro Organbide – Aquellos Años Cuarenta – Sudamericana- 2004

“Saborido rememora, también iconografías similares, recorridos parecidos y cree que el rock nació como una “cuasi ideología”, donde escuchar música era también la cuestión filosófica que circulaba alrededor. “Era más intenso, más concentrado. Se compraban los discos, leías El Expreso o la Pelo, las revistas Subtes. La cuestión era estar dando vueltas. “No se puede saber si Sui Generis era el rock chabón de entonces, pero que era barrial, era barrial”.

Capusotto: La música también tiene un vínculo entre quien ejecuta y quien escucha que es emocional, solidario. El sonido se comparte, también tiene su discurso, también pertenece a un clan.
Reportaje Mariano Blejman  a Pedro Saborido (guionista) y Diego Capusotto (actor) del programa Capusotto y sus Videos – Página 12 – 19-09-08

Bailongo-Tintas Varias – 60×80
El Fueyero – Óleo 100×100

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