 Dichos y Refranes
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                El pueblo puso por su nombre a este funcionario «el Gallo de Morón». Un día los vecinos sacaron al individuo a las afueras de la población, le quitaron la ropa, dejándolo solamente en camisas, y con unas flexibles varillas le propinaron tremenda paliza.

Cacareando y Sin Plumas  
El origen de la frase «como el Gallo de Morón, sin pluma y cacareando» se debe al siguiente hecho histórico. Durante el siglo XVI existían serios problemas de orden público en Morón de la frontera, España. Las rivalidades políticas y el nombramiento de autoridades provocaban disturbios.
Se cometían innumerables abusos con los moroneros españoles por parte de jueces y receptores que despojaban a muchos de sus haciendas, llevándolos presos y cobrándoles altas contribuciones. Una de esos funcionarios que llegó a Morón cuando las pasiones estaban más caldeadas, empezó a tratar a muchos con grosería y decir que por allí no había más «gallo que él» o «donde canta este gallo no canta otro…» El pueblo puso por su nombre a este funcionario «el Gallo de Morón». Un día los vecinos sacaron al individuo a las afueras de la población, le quitaron la ropa, dejándolo solamente en camisas, y con unas flexibles varillas le propinaron tremenda paliza.
Esto dio motivo a que los cantadores andaluces perpetuaran el hecho en una simpática coplilla que decía:
Anda que te vas quedando
como el gallo de Morón
sin plumas y cacareando
en la mejor ocasión.

Testimonios
(“Había que estar en guardia con los estudiantes de provincias, gente amiga de trapisondas, muy alegre, sí, muy simpática, pero que después de comerle el grano y alborotarle el gallinero, se le iba una noche por la ventana la dejaban a una, como dicen, cacareando y sin plumas;”
Rosaura a las Diez –  Página 8 – Marco Denevi – Alianza Editorial – 2003
El Gallo de Morón
Romance del Juez Don Juan de Esquivel
Allá por el mil quinientos
En el pueblo de Morón
le enseñaron a Don Juan
una importante lección.
Enfrentabanse dos bandos
en un pueblo de Sevilla
y la Audiencia decidió
terminar con las rencillas.
Después de muchos intentos
mandaron allí a Esquivel
llamado Juan, a más señas
tenía el cargo de juez.
Orgulloso iba diciendo
a todo el que le escuchara
que no cantaba otro gallo
en el sitio que él cantaba.
Tanto insistiera en la frase,
le pusiera tal empeño
que el sobrenombre de «El Gallo»
le dieron los lugareños.
Cansados  ya los vecinos
de escuchar sus tonterías
para acabar con el tema
se convocaron un día
 Al camino de Caniles
con engaños lo llevaron
y en cueros vivos, sin ropa
entre todos lo dejaron.
 Con las varas de acebuche
le «invitaron» a marcharse
mientras algunos pedían
que el magistrado «cantase»
Y vaya si el juez cantó
que al cabo de poco tiempo
de aquel pueblo se marchó
 Desde que esto aconteciera
y como comparación
a los que necios prepotentes
les dicen esta canción:
«Anda que te vas quedando
como el Gallo de Morón
sin plumas y cacareando
en la mejor ocasión»
 Un consejo a los que vayan
a Morón de la Frontera
No olviden la educación
ni se meta entre dos
porque si no, lo echan fuera
En otros sitios hay gentes
que aguantan las simplerías
en Morón, por si las plumas
no te andes con chulerías.
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