Los seres humanos, como en todos los tiempos, están, estamos rodeados de tinieblas, que nos envejecen el espíritu; y, a pesar de las oscuridades y las dudas, estemos agradecidos por el hecho de que el sol se levante cada día de nuestra vida, y podamos verlo.
Por Claudio Valerio
Si sabemos disfrutar, sabremos reír y alegrarnos; y trataremos de compartir nuestra alegría y disfrute con los demás.
Sin caer en excesos, tratemos de poder disfrutar; de disfrutar serena y tranquilamente dentro de los límites de lo correcto y, así, podremos vivir felices en la vida.
Tengamos la fuerza de luchar por la vida, para fortalecernos interiormente y para enfrentarnos a la muerte.
Anhelemos a una vida diferente, sin guerras y sin hambre; sin dolor, sin vejez de espíritu; en definitiva, una vida dichosa para todos… Para poder disfrutar debemos estar libre, libre de celos, libre de odio y venganza, libre de cualquier pasión que divida nuestro interior y lo destruya.
Los seres humanos, como en todos los tiempos, están, estamos rodeados de tinieblas, que nos envejecen el espíritu; y, a pesar de las oscuridades y las dudas, estemos agradecidos por el hecho de que el sol se levante cada día de nuestra vida, y podamos verlo.
A través de cada sonrisa, vendrán hacia nosotros personas amables que, en son de amistad, a través de cada palabra bonita, de cada flor, de cada mano extendida, de cada abrazo, harán posible el disfrutar más tranquilamente de la belleza de la naturaleza y la vida.
La escritora peruana Yeny Tejada nos comparte un bello cuento para los que buscamos luz y esperanza por esta vida.
Yeny Tejada (Perú)
Érase una Vez un Perro al Revés
Pienso en la idea de este paseo casi obligado entre el dueño y su amigo, al que llamaremos Fido. Muchas veces he visto esta misma escena cuando Valentín, el nombre ficticio de mi historia, pasea con su perro y yo observo con ternura lo que va ocurriendo, aunque son pequeños instantes pues yo voy solo de paso. El personaje de mi escrito es un gran amigo, la historia en particular no tendría nada de especial si no fuera realmente porque ustedes también la habrán visto de cerca en un parque o alrededor de ustedes.
Esto del perro al revés es imaginar si el dueño es el que realmente pasea al perro o si el dueño es paseado por su mascota.
Seguí pensando en lo que realmente yo había visto una y otra vez, ideando en mi cabeza la imagen de lo que en el fondo podría ocurrir, pero era solo mi idea en ese momento al mirarlos caminar por calles diferentes en distintas ocasiones.
Entonces imagino que lleva el dueño un collarín con su nombre inscrito. “Valentín, pertenece a Fido”. Si lo encuentra perdido devolverlo a la dirección que aparece debajo de su nombre, esto parece tan irreal como solo una idea descabellada.
Marcados y etiquetados para ser reconocidos por su perro, les parece familiar la escena, se han visto reflejados en esta pequeña historia en la cual me veo involucrada al observar el paseo de ambos.
A veces el que está perdido es el dueño, o necesita de ese paseo que en realidad lo conecta con el mundo, nuevamente preguntaré: ¿Es lo descrito una simple y pura coincidencia o ustedes andan perdidos al mismo estilo con la diferencia del lugar y nombre del pequeño o gran Fido”
Será que este amigo con el que pasea el perro podría darme la verdadera respuesta a mis simples y atropelladas ideas. Y si en realidad lo que ocurre no es lo que parece.
El encuentro ha de ocurrir muy pronto y las respuestas serán las reales, le cuento que he escrito algo relacionado a su paseo, entonces se pone muy atento a lo que hablo y no puedo dejar de preguntar: “Valentín”, empieza a contar que es cierto sobre la idea que he tenido desde la primera vez que lo vi en la calle con su mascota. Entonces declaro mi versión y de llano lo interrogo. Eres tú el que pasea a tu perrito o es él quien termina dándote el paseo. No me sorprendí con su respuesta al decirme que todo lo que yo supuse era realmente cierto y me dice lo importante que le resulta tomar a su pequeña mascota y salir con él a pasear.
¿Será parte del destino haberme permitido conocer a los protagonistas? Conmovida ahora con la respuesta definitiva de que lo que imaginé era tan cierto como la realidad, y siento un pesar y un poco de tristeza al escuchar la respuesta, pero yo solo sonrío en señal de aceptación.
Vivimos amarrados a los sentimientos hacia nuestras mascotas que nos permiten mantenernos cuerdos, será que con el tiempo todos debemos estar sometidos al escrutinio de una mascota, por así decirlo.
Los sentimientos de amor y reciprocidad no tienen un límite, es a veces tan sólo la carencia de una capacidad de amar y ser amado lo que nos aísla de sentir sentimientos profundos.
(@yenytejada)