Navegar por el océano de la vida nos representa estar dispuestos a enfrentar situaciones desafiantes y nos permite adaptarnos a diferentes condiciones y seguir buscando la mejor opción para alcanzar nuestro objetivo.
Por Claudio Valerio
Qué bueno sería que, aunque fuera por un momento, dejáramos de escuchar las palabras de desaliento que a diario escuchamos. Si desde pequeños escuchamos y atendemos ciertos mensajes, posiblemente no habríamos actuado de la forma en que lo hacemos, porque hubiera adquirido la misma forma de pensar de los demás… Intentemos ser “Nosotros” algún día, máxime cuando escuchemos «críticas», los «no puedes», y es «imposible». Así, posiblemente, los sufrimientos se irían. Cuando tomamos en cuenta esto y tengamos nobles intenciones, veremos que lo imposible es posible; en realidad, podría derribar el cerco de lo que “no se puede realizar…” Estemos seguros qué haciendo todo nuestro esfuerzo para lograrlo, se conseguirá.
Cuando llegue el momento en ver resultados, estaremos muy felices; con una felicidad superior al punto de, por un momento, olvidarnos de tantas tribulaciones.
Navegar ante las posibilidades. En el contexto náutico, como capear un temporal o correrlo. En términos generales, implica tomar decisiones estratégicas y ser flexible ante la incertidumbre para lograr un fin determinado
Navegar por el océano de la vida nos representa estar dispuestos a enfrentar situaciones desafiantes y nos permite adaptarnos a diferentes condiciones y seguir buscando la mejor opción para alcanzar nuestro objetivo.
Todo es aprendizaje; y así, la poeta Alicia M. García Macías, de Cuba, nos comparte sus escritos brindando el verdadero valor del trabajo.
Alicia M. García – Cuba
«El Mar y la Luna»
El mar susurra secretos a la luna…
en la inmensa vastedad no hay premura,
están serenas las olas muy oportunas
para platicar a su cómplice nocturna.
Le cuenta cuán lejos todo divisa…
historias de amantes que van si prisa
iluminados solamente por su brillo,
disfrutando del océano su brisa.
Le cuenta que es la hora propicia
para calmar ansiedades del día que asfixia,
que con inmenso ajetreo opaca la risa
y el afecto sabio de una suave caricia.
El mar y la luna son buenos amigos…
por siempre los une la vida, el destino,
ellos guardan incontables secretos,
en el fondo marino o se van con el viento.
«Navegando»
Alicia M. García
En la vastedad del piélago
todos nos aventuramos…
piélago de incertidumbre
donde a veces naufragamos.
Temerarios tripulantes
que las velas elevamos,
con ilusión y confianza
los objetivos fraguamos.
Resistiendo la marea
a la mar nos arrojamos
sin pensar cuán frágil somos,
aún con remos navegamos.
Somos barcos de papel
aunque verlo no queramos,
podemos ganar, perder…
lo importante, navegamos.
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, te sonría y permita que prosperes en todo, y derrame sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
© Valerius