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La Contra y los Contreras
El calificativo se convierte para los peronistas y también para muchos neutrales, en sinónimos de opositor al gobierno justicialista
La Contra y los Contreras

Contra:
En la mayor parte del continente  contra es toda infusión, amuleto, lenguaje mímico, etc., que se da, tiene o hace, para contrarrestar los efectos de un “daño” que se sufre o se cree que puede sufrir una persona. Los curanderos son por la común  los encargados de proporcionarlo.-En lenguaje vulgar, la voz contra tiene un especial significado: se refiere a toda persona que se opone con la palabra o con la acción a la labor de un gobierno o partido dominante. Contrera

Toda Carta Tiene Contra y Toda Contra se da
Nuestro país, que en esto no es diferente a muchos otros en todos los tiempos, también tuvo y tiene antagonismos de todos los calibres: desde lo que se nutrieron de rencores insalvables hasta los que orillan el humor y la superficialidad.

En el plano político ya durante la primera Invasión Inglesa en 1806, hubo porteños que se apresuraron a reconocer la dominación británica y exaltar sus presuntos beneficios, y quienes la combatieron armas en mano. Luego siguieron los simpatizantes de Mariano Moreno oponiéndose a Cornelio Saavedra y viceversa. Más tarde, el crónico enfrentamiento entre unitarios y federales en el que confrontaban dos modelos del país opuestos. Cuando se creían superadas las luchas fraticidas, florece la división entre Buenos Aires y el Interior;: a lo que sigue la antinomia radicales- conservadores y posteriormente, peronistas- antiperonistas. A esta última etapa, finales de la década de 1940, cuando el general Juan Domingo Perón promediaba su primer gobierno, comienzan a popularizarse la expresión “contrera” y su plural, “contreras”

Probablemente deriva de la palabra “contra”, de eso habitual en la jerga turfistica para referirse al caballo que puede ser el principal adversario del equipo favorito; aunque la tradicional oral, sin negar la versión anterior, la define como figura tomada del juego de naipes:

“Toda carta tiene contra
Y toda contra se da.”

Dicen los versos del tango Las Cuarenta de Francisco Gorrindo, trazando un paralelo entre la vida de un hombre y una partida de naipes, donde el protagonista también se enfrenta a una o varias “contras”.

Lo concreto es que el calificativo se convierte para los peronistas y también para muchos neutrales, en sinónimos de opositor al gobierno justicialista. Cabe destacar que la derivación de “contra” a “contrera”, fue facilitada por el apellido Contreras, muy común en la República Argentina.

Por otro lado, la utilización de neologismos para estigmatizar a opositores, no fue patrimonio exclusivo de los seguidores de Perón, ya que sus opositores anteriormente habían instalado el término “descamisado” para descalificarlos; tal adjetivo fue adoptado orgullosamente por aquellos, a tal punto que Eva Perón se refería en sus discursos públicos con frecuencia, a “…mis queridos descamisados”

Ya con el justicialismo en la oposición tras ser derrocado por un alzamiento militar en 1955, los antiperonistas triunfantes comienzan a ser calificados de “gorilas” por los seguidores del ex presidente.
Ángel Pizzorno

Cascabel – 12-03-46

¿Era muy Peleador su Papá?
-En realidad mi padre siempre era enemigo de todos los que ganaban. Yo me di un susto muy grande en el año 45, porque a Perón lo habían metido preso. Mi padre, que era contador fiscal de la Nación, iba a ser ascendido a contador mayor. Pero como se pronunció en contra de los peronistas, lo echaron y le dieron la jubilación mínima. De modo que se convirtió en un energúmeno antiperonista, “contrera”, como se decía por entonces y como muchas veces me dijeron a mí por mis chistes, injustamente, ya que nunca lo he sido. ¡Me han dicho tantas cosas por no aceptar el humor! En tiempos de Onganía, en la Side me tenían fichado como comunista y gorila… Pero la cuestión es que salgo a caminar y veo que por la calle Florida avanzaban todos los partidarios de que volviera Perón. Y mi padre, que iba con un sombrero orión y usaba bastón, se paró en el medio de Florida a los gritos¬ “¡Peronistas inmundos, degenerados, pata sucias!”. Yo pensé, con todo el miedo del caso: “Lo matan”, no sabía qué hacer. Y veo que todos los que avanzan se abren y pasan por un costado. Lo miraron a mi padre como si fuese un viejo loco. ¿Cómo un tipo solo se iba a poner a gritar a una multitud? En el fondo, mi padre era un poco peleador. Era loco mi padre.
Reportaje de Horacio del Prado a Landrú – Revista Autoclub – Abril – 2003

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