“El recinto es el espacio definido en que los individuos pueden reivindicar temporalmente, en el que la posesión total no existe” la definición de Erving Golfman nos sirve para introducirnos en el reino de la propiedad subjetivamente privada a menudo se trata de un bien escaso como una silla, un escritorio, una mesa, recordemos la frase “… cada uno tiene un lugar en la mesa”.
En los lugares de trabajo se observa la posesión de útiles como herramientas que a pesar de ser del establecimiento, para poder ser utilizadas por sus compañeros deben ser solicitados como favor, a condición de préstamo temporario. Pero ese dueño subjetivo pierde toda posibilidad sobre su posesión al ser trasladado o despedido.
En lugares públicos como en los campings o playas, se utilizan generalmente toallones o lonas, como señal para establecer su recinto portátil, ese recinto a su vez posee un contorno de propiedad subjetiva que varía en relación a la cantidad de gente, por ejemplo en “La Bristol” prácticamente no existe este entorno.
Cuando nos encontramos en los asientos de una fila de cine se dividen generalmente por un apoyo brazo común, aquí el espacio personal y el recinto coinciden, y generalmente se produce una sutil lucha entre los circunstanciales vecinos por apropiarse en su totalidad de esa frontera interasiento.
Lo que importa saber de los recintos, es que brindan unos límites externos, fácilmente visibles para la reivindicación espacial.
Muchas veces para ampliar el espacio, colocamos objetos por ejemplo una campera en la silla de al lado para que no la ocupen, son pequeños trucos, o si no cuando sube alguien al colectivo y estamos sentados del lado del pasillo en una fila de dos, si uno se hace el desentendido puede inducir que se siente en otra parte.
El autor mencionado al principio también define lo que se denomina “Espacio de uso”, es aquel que esta inmediatamente en torno o en frente de una persona supongamos que nos encontramos frente a una vidriera observando ropa, generalmente hay una distancia de 30 cm, o un poco mas según el grado miopía, si alguien deambula por ahí va a tratar de evitar pasar por delante de la línea de visión, o si por alguna razón lo hiciera seria en forma rápida, si así no fuera lo “incriminaríamos” por violar nuestro espacio de uso.
Donde se puede apreciar en forma más grafica es en un escenario o el espacio que un gimnasta necesita para moverse, para lograr sus piruetas o tomar impulso para un salto. En los deportes como el tenis y el futbol, lo que se busca provocar ante el contrincante es achicar esos espacios para hacerle imposible la operatividad, el mismo término es utilizado en operaciones militares o políticas donde tomar la iniciativa significa achicar el campo de acción del adversario. Y por supuesto en la guerra y en el amor se utilizan iguales técnicas, la proximidad que se permiten dos individuos son señales abiertas de complicidad a veces pueden obedecer a simple amistad, otras a que acelere los acontecimientos, en este aspecto lo importante de este juego de la seducción es que los espacios que se vayan conquistando sean contrato exclusivo de las partes sin que el contexto lo detecte, sino entra en la categoría de lo grotesco, aunque muchas veces no les importe a los contratantes.
Continuará…