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Eduardo Sívori y la Escuela de Barbizón
Su obra tiene una relación más profunda con los integrantes de la Escuela de Barbizón que con los impresionistas propiamente dichos
Eduardo Sívori y la Escuela de Barbizón

En 1874, cuando ya había cumplido 37 años, Eduardo Sivori nacido en Buenos Aires el 13 de octubre de 1847 viajó a Europa por cuestiones comerciales, relacionadas con la empresa de comercio de frutos criollos propiedad familiar que poseía con su padre de origen italiano y su hermano Alejandro. El Viejo Mundo le descubre la riqueza del color y las formas pictóricas. Visita, entonces, uno a uno los grandes museos de Italia y maravilloso por esos tesoros de la humanidad, se da cuenta de que en él despierta, arrolladora, la pasión por el arte.

Eduardo Sívori

Sivori pertenece a una familia de muy elevado nivel social en la argentina de su época, lo que le permite abandonar toda actividad comercial y económica para dedicarse de lleno a la pintura. Los primeros pasos los da con la ayuda del maestro francés Ernesto Charton y los italianos José Aguyari y Francisco Romero. Pese al llamado tardío de su vocación, cumplió una importante tarea en ese terreno en el país.

Sivori, por ejemplo, integró la Comisión Nacional de Bellas Artes, promovió la nacionalización de la Academia Nacional de Bellas Artes y de la Escuela de Artes Decorativas e Industriales, a través de la acción de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, de la que fue subdirector hasta 1908. Fue además director interno del Museo Nacional de Bellas Artes.

En la calle Victoria, en la vieja casona colonial de sus padres, el artista puso el primer taller.

Allí, en el silencio y la amplitud provincia de esos años, se llevaron a cabo las primeras reuniones que no mucho después dieron como fruto la fundación de la Sociedad Estimulo de Bellas Artes. A estos encuentros asistían, además de los hermanos Sivori, Alfredo París, el arquitecto Carlos Gutiérrez, Eduardo Schiaffino y José Aguyari. Odos ellos fueron gestores generosos de la institución presidida por Sivori y en la que el artista trabajó como uno de sus primeros profesores junto con Ángel Della Valle, Reinaldo Giudici y Lucio Correa Morales, entre otros. Sivori contribuyó, como docente, al desarrollo de otros grandes artistas plásticos de nuestra historia, cpmo Eugenio Daneri, Miguel Carlos Victorica y Emilio C. Agrelo; con este último inauguró la técnica de grabado al aguafuerte en nuestro país.

En 1883, a los 56 años, Sivori se instala en París, donde se asesoró con Hannoteau y evolucionó asombrosamente con la docencia de Pierre Puvis de Chavannes. Este último fue, sin duda, una de las influencias más fuertes en su pintura, sobre todo en la etapa más madura e interesante de su pintura, sobre todo en la etapa mas madura e interesante de su carrera, en la que se advierten rasgos revolucionarios y “modernos” que lo diferencian de la pintura argentina de la época. Sin duda estos aspectos los debe a Puvis de Chavannes que, a pesar de haberse contado entre los pintores académicos franceses, se distinguió por la singularidad de su obra.

Otra gran influencia, según expresó el mismo Sivori, y quizá la mayor, la ejerció Jean- Francois Millet, pintor inescindiblemente vinculado con la representación de vidas campesinas e imágenes de su tierra, tal como Sivori lo hizo en la suya, ambos con gran realismo y con modelado de la figura y los fondos casi escultóricos.

Eduardo Sivori expuso sin interrupción en los Salones de la capital parisiense entre 1886 y 1891, año en que regresa a Buenos Aires. En 1904 el artista concurrió junto con otros colegas argentinos a la Exposición Internacional de Saint Louis y obtuvo allí una medalla de oro. Conviene señalar que aquella fue la primera muestra internacional en la participa en forma oficial un grupo de artistas argentinos. Al año siguiente realizó una muestra individual en la Galería Witcomb de Buenos Aires, donde sus cuadros fueron cotizados muy por encima de lo habitual en materia de pintura nacional. Ésta fue la muestra más exitosa de su carrera. Ese mismo año de 1905 es elegido presidente de la Sociedad Estimulo, que el 19 de abril había sido nacionalizada. Eduardo Sivori falleció en Buenos Aires, el 5 de junio de 1918.

Sivori y la Escuela de Barbizón
Aunque el artista dedicó parte de su carrera a cultivar la representación realista, esta forma no fue la más importante ni a la que dedicó la mayor parte de su tiempo. Pintó Sivori con una factura de carácter académico hasta descubrir que además de “construir” figuraciones era interesante modificar esas estructuras para producir algo nuevo. No dudó en trabajar en nuevas direcciones, abriendo camino a nuevos estilos y concepciones. Para ello es que en su obra se anticipa el peso del movimiento impresionista francés en el país que constituirá la primera gran inflexión en materia pictórica. No en vano es uno de los primeros pintores argentinos que realiza sus estudios artísticos en Francia, y el primero en sentirse atraído por las nuevas vanguardias europeas.

La obra de Eduardo Sivori tiene una relación bastante mas profunda con los integrantes de la Escuela de Barbizón gestores del Impresionismo que con los impresionistas propiamente dichos. La atmosfera que se respira en sus paisajes se siente pesada, más cerca del cielo borroso de Corot que los cielos límpidos de la pintura estrictamente impresionista.

La escuela de Barbizón le debe su nombre a un pequeño pueblo francés, situado al sudoeste de París. Allí, un grupo de pintores entre los que destacaron Jean- Francois Millet (1814-1875), Gustave Courbet (1819-1877) y Camille Corot (1796-1875) escribió el preámbulo del movimiento Impresionista posterior y resultaron una fuerte influencia para las nuevas generaciones de artista, entre los que se cuenta Eduardo Sivori. Este apreció las obras en Francia e hizo fluir la iluminación de su paleta, en especial en sus paisajes bonaerenses, trabajos que se convirtieron en la síntesis final de un complejo camino, que comenzó con el realismo académico, continuó con una postura ecléctica y derivó hacia el “preimpresionismo”, que significo su última etapa y aporte en el desarrollo de la pintura argentina.
Por Ignacio Gutiérrez Saldívar en Genios de la Pintura Argentina – Publicación de Editorial Perfil

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