La OEA adoptó en 2015 la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores. Reconoce el derecho a vivir con dignidad, a no sufrir violencia ni abandono, y obliga a los Estados a prevenir prácticas represivas contra la vejez.
Los Abuelos Olvidados: “El Maltrato y la Represión que Viola sus Derechos Humanos en Argentina”
En Argentina, miles de personas mayores sufren diariamente maltrato, abandono, represión institucional y violencia simbólica. No se trata de casos aislados, sino de una problemática estructural que vulnera derechos humanos básicos reconocidos en normas nacionales e internacionales.
Las Reglas de Brasilia: un Marco Incumplido
Las 100 Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia de las Personas en Condición de Vulnerabilidad (2008), adoptadas por la Cumbre Judicial Iberoamericana, establecen que los adultos mayores son sujetos de especial protección y que el Estado debe garantizar un trato digno, sin discriminación por edad y con mecanismos de acceso efectivo a la justicia (Cumbre Judicial Iberoamericana, 2008, p. 15).
El incumplimiento cotidiano de estas reglas se refleja en residencias sin control suficiente, en procesos judiciales que los revictimizan y en la falta de políticas integrales de cuidado.
La OEA y la Convención Interamericana Sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores
La Organización de los Estados Americanos (OEA) adoptó en 2015 la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, que Argentina ratificó en 2017 (Ley 27.360). Esta convención reconoce el derecho a vivir con dignidad, a no sufrir violencia ni abandono, y obliga a los Estados a prevenir prácticas represivas contra la vejez (OEA, 2015, art. 9).
Sin embargo, la realidad muestra un incumplimiento sistemático: jubilaciones insuficientes que condenan a la pobreza, hospitales colapsados, y un aparato estatal que muchas veces reprime en lugar de proteger.
El Rostro de la Represión y el Abandono
No hablamos solo de cifras: hablamos de abuelos que deben elegir entre comer o comprar medicamentos; de jubilados reprimidos en las calles cuando protestan por mejores haberes; de residencias donde son maltratados y aislados de sus familias. Esta violencia estructural no es otra cosa que una violación de derechos humanos en sentido estricto.
Un Llamado Urgente
Los adultos mayores no son descartables. Son sujetos de derecho. Como recuerda Palacios (2012, p. 87), “la dignidad humana no caduca con la edad, sino que se fortalece en la necesidad de protección reforzada”. Es hora de que el Estado argentino y la sociedad entera asuman el compromiso de cumplir con los estándares internacionales que ya están vigentes.
Marcela N. Augier
Abogada – Doctoranda en Discapacidad – Diplomada en Derechos Humanos (OEA)