Dejar de lado la dependencia de la loba, y de tomar las riendas de nuestro propio destino. Con cada generación, damos un paso más hacia un mundo donde el conocimiento y la cultura no solo nos guían, sino que también nos definen.
Sin Cultura Seremos Como Rómulo y Remo Prendidos de la Loba
La historia nos cuenta que Rómulo y Remo, fundadores de Roma, fueron amamantados por una loba en su temprana infancia, en un acto que se ha vuelto símbolo de los orígenes salvajes y casi míticos de la civilización romana. Sin embargo, si despojamos a este relato de su encanto literario y lo trasladamos a la gris realidad de nuestra sociedad actual, nos encontramos con una inquietante verdad: sin cultura, seremos como esos gemelos, dependientes de la naturaleza más básica y primitiva, incapaces de forjar un futuro por nosotros mismos.
La Cultura Como Salvavidas
No es un azar que autores de renombre, como el célebre filósofo Michel Foucault, hayan postulado que la cultura es el entramado que nos permite navegar en la vasta y a menudo turbulenta mar de la existencia humana. Foucault afirmaba que «la cultura es una red que nos ayuda a captar el significado de nuestras acciones». Sin ella, quedamos a la deriva, como niños perdidos en un bosque encantado, donde las hadas y los duendes susurran promesas de un conocimiento que nunca llega.
La Mística de lo Desconocido
En los cuentos de hadas, las criaturas mágicas representan lo desconocido, lo inalcanzable, aquello que escapa a la comprensión humana. En este sentido, podemos ver paralelismos entre la ignorancia y la mística de estos seres. Sin educación y cultura, la humanidad queda atrapada en un bucle de desconocimiento, dejándose guiar únicamente por instintos y necesidades básicas, mucho como los míticos gemelos de la loba.
La Evolución de la Sociedad
El sociólogo Norbert Elias, en su obra sobre la civilización, planteaba que el avance de la sociedad está marcado por un proceso de cultivo y refinamiento de las costumbres y del conocimiento. Sin embargo, este proceso no es automático ni inevitable. Requiere esfuerzo colectivo, inversión en educación, y un compromiso con el desarrollo cultural.
El escritor Jorge Luis Borges, en su sabiduría literaria, nos recuerda un pensamiento: «siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca». Esta afirmación destaca la importancia del conocimiento acumulado y del acceso a la cultura como medios para escapar de los confines de la ignorancia.
Una Esperanza para el Futuro
Aunque nacemos, al igual que Rómulo y Remo, en un mundo salvaje y a menudo incomprensible, la humanidad tiene la capacidad única de aprender y evolucionar. Las historias de hadas y duendes nos enseñan que, aunque el camino esté lleno de misterios y desafíos, siempre hay una luz al final del túnel.
El futuro de la humanidad, no está escrito. Depende de nuestra capacidad de cultivar la cultura y el conocimiento, de dejar de lado la dependencia de la loba, y de tomar las riendas de nuestro propio destino. Con cada generación, damos un paso más hacia un mundo donde el conocimiento y la cultura no solo nos guían, sino que también nos definen.
Autora: Ada Zagaglia, Dublín, República de Irlanda