La crueldad es una condición que lleva implícita la intención o el deseo de que alguien sufra, ya sea física o emocionalmente y por supuesto, no comprende los sentimientos de dolor de quien o quienes las padecen.
De Crueldades y Otras Yerbas
La palabra cruel proviene del latín “crudelis”, relacionada con “cruor”, que significa sangre coagulada o “sangre de herida”.
Ahora bien, la crueldad es una condición que lleva implícita la intención o el deseo de que alguien sufra, ya sea física o emocionalmente y por supuesto, no comprende los sentimientos de dolor de quien o quienes las padecen. Sería muy liviano creer que es por falta de empatía, se me ocurre pensar en laberintos más profundos que llevan a las personas a ser indiferentes ante hechos crueles: guerras, genocidios, torturas, abusos, maltratos, tráfico de personas, desapariciones forzadas, abandono, bullying, acoso escolar, etc.
José Clemente Orozco, Crueldad – 1950
Hay personajes históricos tales como Calígula, Atila, Hitler, entre tantísimos otros, como personajes de la literatura y /o el cine con los cuales uno no desearía cruzarse ni por casualidad, ni por la acera ni por la vida. ¿El mundo actual azuza estos laberintos humanos? ¿Las palabras hieren la psiquis, el alma, el corazón? ¿Las redes dan por sentado de que esas conductas voraces son admisibles y lo que es aún peor, plausibles? ¿Cada Yo escondido tras un avatar está exento de poseer conciencia? ¿El progreso de una sociedad implica la evolución de todos y cada uno de los miembros que la componemos? ¿Las muestras de crueldad escrita es un modo de desviar las propias frustraciones? ¿Es lo mismo Ser que hacer? ¿Somos lo que decimos y lo que hacemos? ¿La crueldad es un placer para algunos? ¿Nace de la debilidad? ¿Nace de la cobardía? ¿Se replica porque la sociedad la tolera? ¿Cómo se cultiva la razón y la virtud para evitar la crueldad? ¿O será que en este siglo actual todo tiene precio y nada tiene valor? Cada uno arribará a sus respuestas, después de todo, como decían mis ancestros, cada uno elige su camino pero lo que nunca hay que hacer es escupir para arriba…