Un día, salió de paseo a un parque cercano con su abuelita. Después de caminar largo trecho disfrutando del aire puro, su abuela se sintió cansada, se sentó en una gran piedra y permitió al niño adentrarse en la vegetación.
Por Claudio Valerio
¿Cómo Nos Gustaría Ser Recordados…?
¿Qué hacer para ser feliz? Es una pregunta recurrente del ser humano y, a lo largo de la vida, buscar la felicidad ha sido un objetivo… Ser feliz es aprender estar bien con uno mismo.
Prácticamente todas las personas aspiramos a la bondad, a dar y a darnos a los demás, a hacer el bien. Todos seres humanos queremos dejar un buen recuerdo de nuestro paso por esta vida. Pero, en algún momento, dejamos de ejercer esa bondad, literalmente lo olvidamos.
Para empezar nuestro camino hacia felicidad, resulta tener bien alto la autoestima, ya que es una pieza clave para la felicidad; si estamos bien con nosotros mismo, tendremos esa buena vibra con la que generamos la felicidad que buscamos dar y transmitir a otros… La felicidad se hace paso a paso y si somos felices, nuestro continuo caminar por la vida nos hará más felices a nosotros mismos y a los demás.
Nuestra conexión emocional con la familia, nos permite sentir el valor de los sentimientos, nuestros gustos y opiniones; es un juego que, transmitido a nuestros hijos, nos permite saber escucharlos, en sus distintas edades; es como un vehículo que nos lleva a enseñarles a vivir con alegría, a vivir felices y que puedan disfrutar de esas pequeñas cosas que nos ofrece la vida.
Los niños necesitan comunicación, rutinas, normas y, por sobre todo, que puedan desarrollar su imaginación, aprendiendo a compartirla.
La poeta y escritora Mariela Hung Sue, nos invita a cultivar la imaginación infantil con este bello cuento.
Pedrito y la Mariposa
Autora. Mariela Hung Sue
Pedrito es un niño de siete años, de rubio cabello, alegre, alma dócil. Muy hábil en crear historias fantásticas, algo precoz para su edad. Vivía con su abuela Flor.
Un día, salió de paseo a un parque cercano con su abuelita. Después de caminar largo trecho disfrutando del aire puro, su abuela se sintió cansada, se sentó en una gran piedra y permitió al niño adentrarse en la vegetación.
La hierba fresca y verdecido crecía lozana junto a un lindo rosal, invitaba al descanso. Pedrito alargó su mano para arrancar una hermosa flor y obsequiarla a su abuela. Sin llegar a tomarla se detuvo sorprendido al escuchar una débil voz que dirigiéndose a él dijo – ¡Cuidado! El niño miró a su alrededor y se percató que la voz era de una mariposa de brillantes colores.
El pequeño quedó impactado por la sorpresa… Luego de un instante, escuchó con asombro que este personaje inusual, le preguntaba-¿Cómo te llamas? El muchacho apenas abrió los labios para responder sorprendido -Peee, Pedrito-logró expresar – la mariposa le dijo- Bien Pedrito- continuó. -¿Cómo te sentirías tú, si intentaran quitarte un miembro de tu cuerpo?-Por ejemplo una mano, un brazo o un pie. Pedrito se sintió desfallecer, se miró sus manos. La mariposa siguió hablando.-Mira, Pedrito, las plantas están vivas, sienten dolor, sufren, igual a otra especie natural.
El pequeño bajó la cabeza apenada, y expresó-Disculpa, es cierto, no lo haré de nuevo.
La mariposa se despidió, abrió sus alas y levantó alto vuelo.
Pedrito abatido se dirigió al sitio donde se quedó su abuelita y le dijo-
Abu querida, estuve al punto de cometer una mala acción. Le contó lo ocurrido a su abuela y ella le dijo- ¡Ay, mi niño! debes pensar bien antes de realizar una acción de agresión a la Naturaleza, sin embargo, no lo hiciste y es lo importante.
El pequeño Pedrito, escuchó su voz interior y no hizo daño al rosal. La conversación con la Mariposa fue obra de su imaginación.
Y tú, Niño del Mundo. ¡Cuida la Naturaleza y con ello, contribuyes a mantener sano el medio ambiente.