Diccionario Sopena: Inscripción que se pone sobre una sepultura.
Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce: Inscripción que, en una tumba, demuestra que las virtudes adquiridas por la muerte tienen un efecto retroactivo.
LAS MEMORIAS POSTUMAS DEL GENERAL PAZ. (Segunda edición, Tomo 1) La Plata, Imprenta “La Discusión”, 1892.
Las páginas de estas Memorias son realmente una viva visión de tiempos duros, dramáticos en ocasiones y teñidos también de opiniones controvertidas, pero indudablemente necesarios para una comprensión lo más acabada posible de nuestra historia. Es llamativo que el Gral. José´ María Paz haya podido brindar testimonios que en el total de sus Memorias alcanzan un periodo que va desde los albores de la Revolución hasta el gobierno de Rosas.
Un epitafio colectivo. He ido tomando algunas notas, especialmente de aquellos acontecimientos, que como los que se dan en la Campaña de Belgrano, me parecen significativos. Por ejemplo uno vinculado a la Batalla de Salta:
El relato comprende páginas muy dramáticas (78-79-80-81) Solamente una visión directa, personal y participativa, permite hacerlo (creo yo). El desfile de los soldados realistas al momento de la rendición delante de nuestro jefe y de nuestros hombres, que iban recibiendo el armamento hombre por hombre, y hasta los músicos entregando sus instrumentos. Y resalta Paz que cuando “el abanderado [realista] entregó, finalmente la real insignia, que simbolizaba la conquista y un vasallaje de trescientos años. (por ello) (…) El 20 de febrero, es un gran día en los anales argentinos; el general Belgrano se inmortalizó junto a él.” (p.79)
En la batalla de Salta, perecieron más de 400 soldados españoles y casi dos centenares de criollos y en el Campo de Castañares, donde se sepultaron los cuerpos de los hombres de tropa que perecieron en la acción, Belgrano ordenó colocar una cruz de madera con la siguiente inscripción:
AQUÍ YACEN LOS VENCEDORES Y VENCIDOS
EL 20 DE FEBRERO DE 1813
Con posterioridad se sancionaron disposiciones, (Ley del 6 de marzo de 1813 y Ley 1884 de 1867] que refrendaron ese homenaje y el sitio se constituyó en un auténtico lugar de culto.
Por Carlos Suarez