Personajes en el Tango
Fecha de Publicación:
Groncho
Del Libro Personajes en el Tango – Roberto Bongiorno – Editorial Unilat – 2010
Groncho

En ese  glosario de términos discriminatorios que el  porteño incorporó a su habla, como “cabecita negra”, “grasa” y otros, no puede faltar el “groncho”.

En realidad no es un calificativo novedoso, sino que se trata de una nueva vuelta de tuerca sobre la condición social, color de piel o nacionalidad de la persona aludida.

El vocablo es el  “vesre” de negro: es decir, grone. Como “grone” ya era una palabra demasiado conocida, los eternos cultores de la novedad y  de  una originalidad por lo menos cuestionable, derivaron grone en groncho,  cosa que le llevaría al común de sus imitadores, por lo menos un tiempo desentrañarla.

Pero como sucede con las modas, los sectores populares se apropiaron rápidamente de la palabra y multiplicaron su uso. Así es que se establecieron pautas de conducta, marcas de ropa, lugares de diversión y por supuesto barrios, que ese tribunal invisible estableció que eran “gronchos” o “chetos”; lo contrario de “groncho”.

Esto ya había sucedido antes con modas como las impulsadas por los “caqueros” y otros

Personajes. A su vez, la popularidad de la palabreja “cheto” llevó a que hasta pancherías al paso de las estaciones ferroviarias se embanderaran con la causa “cheta”, usando esa palabra como nombre del comercio.

Sucedió lo previsible, ambos términos saturaron el habla urbana y poco a poco fueron cayendo en el olvido. Pero en su momento de gloria, allá por la década de 1980 cuando “grones” y “chetos” parecían tan incorporados a Buenos Aires como el obelisco, la televisión “vio” el negocio y de la mano del productor Hugo Moser, se difundía un sketch donde un “groncho” y una dama que pretendía representar una “cheta”, generaban una comedia de enredos. El teatro cómico también se benefició con la veta “groncho – cheta”.

Pero el uso del vocablo no se agotó en las personas, sino que en los días calientes de fines de esa década, cuando el valor del dólar subía por horas, el mercado financiero se hallaba desdoblado en un dólar oficial de menor valor y un dólar paralelo o negro de costo superior: a éste último se lo apodaba el “groncho”, por razones obvias.

Gronchos y chetos pasaron sin pena ni gloria por el habla popular de Buenos Aires, pero dejaron su marca y hasta algún nostalgioso que todavía los utiliza.

Hugo Arana y Cristina del Valle en el sketch titulado
El Groncho y la Dama, que formaba parte del ciclo
Matrimonios y Algo Más, creado por el escritor Hugo Moser

Lunfa Cheto

Poesía cachusa que estás de raye,
aunque te chingue el verso no hay quien te calle.

Porque hay en tus entrañas aires lunfardos,
en los que flotan todos: chetos y pardos.

Los tiempos han cambiado. Grela no es mina
y la pálida, loco, ¡cómo camina!

Ahora te dicen groncho si sos un grasa.
¡Tirame las agujas que el tiempo pasa!

Lo que no cambia nunca es que tiren falsas
y a la hora de los postres se sirven salsas.

Poesía cachusa, rante y febril,
Aunque cambie el chamuyo ¡vos matás mil!

Letra: Luis Alposta – 1982

Temas
Comentarios
- Central -
Milstein: de Aquí y de Allá

Milstein: de Aquí y de Allá

Milstein decía a quién lo querías escuchar: “Gran parte de una persona es su educación. Y yo toda mi educación la hice en mi país. Recién viajé por primera vez cuando tenía más de treinta años”.
Gestión Cultural
Modelos de Cambio Cultural

Modelos de Cambio Cultural

Si la memoria colectiva, los mitos, los valores y las representaciones propias del grupo humano que conforma la organización no se hacen explícitos en términos operativos concretos difícilmente se pueda impulsar cambio alguno.
Semblanzas
El Hombre y su Lenguaje de Colores

El Hombre y su Lenguaje de Colores

El primer espectáculo de masas en la historia de la humanidad lo protagonizaron un Tiranosaurio Rex, implacable carnívoro, y un Homo heidelbergensis, ancestro probado de los humanos modernos que por supuesto ya controlaban el fuego.
Personajes en el Tango
Atorrante

Atorrante

En el habla popular Argentina, el atorrante, es un sujeto con fama de irresponsable, de vida liviana, que rehuye compromisos y es poco afecto al trabajo. También se califica de atorrante al vagabundo, a quien tiene una vida irregular.
Uno y los Otros
Wimpi y Uno

Wimpi y Uno

El simulador invierte el procedimiento del avestruz. El avestruz cuando quiere desaparecer, esconde la cabeza debajo del ala. El simulador, cuando quiere hacer desaparecer a otro, cree que basta con enterrarlo en su negación.
Columnistas
Más Artículos