Personajes en el Tango
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Avivato
El Avivato se agregó a la larga lista de oportunistas ya sentenciados como vivillos, piolas, rápidos, ventajeros, ligeros
Avivato

La contratapa del diario La Razón tenía en su oferta de tiras cómicas, un personaje que en poco tiempo se popularizó hasta tal grado entre el público lector, que el nombre del personaje se transformó en un calificativo que tuvo carácter de estigma: Avivato.

Derivado de viveza, todo su perfil indicaba un sujeto siempre atento a las oportunidades para no hacer colas, apropiarse de algún beneficio, escapar a cualquier esfuerzo, burlarse de aquellos que de buena fe caían en algún engaño, en fin; toda la zaga de vivezas imaginables para la supervivencia diaria, formaban parte del arsenal de recursos de Avivato, ya que nunca sus habilidades superaron la módica esfera del quehacer cotidiano.

Cuando la calle se apropió del nombre, comenzaron a surgir en los barrios, oficinas y cafés, un sinnúmero de Avivatos; sujetos que con una mezcla de orgullo y un dejo de malestar, se hacían cargo del fatal sobrenombre.

El Avivato se agregó a la larga lista de oportunistas ya sentenciados como vivillos, piolas, rápidos, ventajeros, ligeros, y en ese eterno minué de engañar o ser engañado, el Avivato era invariablemente “la banca” y el incauto “el punto”; por utilizar una metáfora “timbera”, actividad en la que los Avivatos solían registrar buena performance.

La viveza criolla tiene lejanos antecedentes. Basta con citar el ejemplo del primitivo Puente Pueyrredón que une la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con la provincia del mismo nombre. Una de las primeras versiones de esa construcción, totalmente hecha en madera por cuenta de un particular que a cambio explotaría el peaje, fue realizada con materiales de ínfima categoría, lo que motivó que la primera crecida importante del Río de La Plata, se llevara al flamante puente junto con la libertad del constructor que falseó la declaración de calidad del material empleado. El suceso, acaecido antes de la Revolución de Mayo, confirma la antigüedad de la avivada.

El contrapunto Avivatos – giles, generó un cúmulo de historias urbanas y hasta incursionó en la literatura, ya que no son pocos los autores de cuentos, crónicas y tangos, que desarrollaron el tema.

Pero la avivada tiene dos vertientes, que a veces se distancian por los métodos empleados para lograr el beneficio y otras por el volumen del beneficio en juego.

Ejemplo de avivada cotidiana y doméstica, es aquel representado por el hecho  de madrugarle el turno a alguien en las eternas colas de un hospital, una dependencia municipal, colarse en algún transporte, o practicar el folclórico “paga Dios”, representado por huír de algún comercio o hotel sin pagar.

Otra cosa es la avivada delictiva, simbolizada por la venta de tranvías, buzones de correo o el mismo obelisco. Versiones comprobadas de esos Avivatos, inquilinos habituales de comisarías y cárceles, fueron los que practicaban el “toco mocho”; canjear un fajo de billetes de banco falsos o directamente relleno con papel de diario, por dinero verdadero. Los billetes de lotería “premiados” vendidos a precio vil, haciendo pensar al “gil” que había hecho un brillante negocio.

En la era de la globalización, la avivada y su séquito de practicantes, no cambiaron sus ambiciones ni estilos tradicionales; como en todos los ámbitos, se modificaron algunos adjetivos: hoy el “payuca”, el “pamela” el “gil”, el “salame”, se identifican con el post moderno “pancho”, “carlitos”… quedando como pieza de investigación filológica, los antiguos “manú” “cartonazo”, “bobina”.

Pero el vivo en cualquiera de sus variantes, mantiene la vigencia de los clásicos.

Del Libro Personajes en el Tango – Roberto Bongiorno – Editorial Unilat – 2010

Avivato

Sos un muchacho porteño
con berretín de «play boy»
que inventaste un nuevo «guay»
para vivir
como vive un gran señor
sin laburar.
Tenés legión infinita
de amigos sin condición,
virtud que a vos nadie te quieta
pues si te falta guita
te sobra corazón.

Sos un Avivato
qué le vas a hacer!
Estás en la ola
nunca hacés la cola
y sos el primero
en el marcador.
Sos siempre oportuno
sos fórmula uno
y nunca ventaja
nadie te sacó.
Estás en el ruido
seguís a las modas
te las sabés todas
cada cual mejor.

Siempre elegís en la vida
un buen papel para actuar
pues tenés la condición
de hacer reír
y también la habilidad
de hacer llorar.

La vida es la calesita
que no deja de girar
y vos en su rodar sin fin
siempre encontrarás un «boncha»
que pague el copetín.

Tango – 1948
Letra y Música: Lino Palacio

El famoso y recordado dibujante argentino Lino Palacio, creador de personajes como Ramona, Don Fulgencio y Avivato, presumiblemente escribió este tango para ser utilizado como tema central de la película homónima, que interpretara Pepe Iglesias «El Zorro». El creador es a su vez padre de Jorge Palacio. «Faruk», escritor dibujante, comentarista y miembro de la Academia Nacional del Tango.

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