Columna
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El Juego y la Niñez
La importancia del juego para el desarrollo en la niñez
El Juego y la Niñez

La Importancia del Juego para el Desarrollo en la Niñez

El juego es una actividad fundamental para el desarrollo y el aprendizaje en la niñez. Permite desarrollar la imaginación, explorar el medio ambiente, expresar la visión del mundo, desarrollar la creatividad y desarrollar habilidades socioemocionales entre pares y adultos.

Por lo tanto, el juego es uno de los medios con mayor impacto en la niñez para desarrollar nuevas habilidades y conceptos a través de su propia experiencia.

A través del juego, se pueden exteriorizar e interiorizar emociones, sentimientos y creatividad.

El juego favorece los siguientes aspectos:

  • A interiorizar normas sociales
  • La expresión y comunicación verbal, gestual, musical, plástica y matemática.
  • A superar el egocentrismo.
  • A aprender que hay otros puntos de vista diferentes al propio.
  • A conocerse mejor a sí mismo y a los demás.
  • Al desarrollo de la creación de vínculos afectivos.
  • A desarrollar las funciones psíquicas como la percepción sensorial, el lenguaje, la memoria, la atención, la concentración y las funciones físicas como correr, equilibrio, lateralidad, coordinación, motricidad fina, etc.

Desarrollaremos perspectivas de autores para explicar la importancia del juego en el desarrollo de la niñez:

Winnicott (En su libro «La Familia y el Desarrollo del Niño), expone que el juego o actividad lúdica puede ser entendido, que, a partir de la satisfacción de los instintos, genera placer. Los recién nacidos tienden a usar los labios como zona erógena y sus dedos, sobre todo los pulgares y puños, para satisfacer esa zona.

En estos momentos la actividad del infante pasa a ser lúdica ya que satisface sus instintos pudiendo pasar un rato divertido, y placer. El bebé experimenta placer en esa zona erógena pero además una tranquila unión que posteriormente será sustituida por los juguetes, osito, muñeca, que generalmente es ofrecido por sus padres.

Para Piaget (en su libro “La Formación del Símbolo del Niño”), el juego es un complemento de la imitación, y viene dado por relajación de un esfuerzo que resulta adaptativo para ejercer actividades por el solo placer o diversión de dominarlas. A partir de ahí, el infante ensaya virtuosismos, y experimenta sentimientos de competencia, potencia, vigorosidad.

Para Bruner (En su obra “Acción, Pensamiento y Lenguaje”), el juego es una actividad lúdica positiva en la niñez, aunque no se trate de una actividad seria. Es lo que realiza para sí mismo y no para los demás, lo que constituye un medio importante para explorar. El juego es en sí mismo, una forma de exploración. En primer lugar, el juego supone una reducción de las consecuencias que pueden derivarse de los errores que cometemos, a saber, ensayo-error. Puede decirse que el juego es una actividad que no tiene consecuencias frustrantes, aunque se trate como se menciona anteriormente, de una actividad seria. La actividad lúdica forma parte del aprendizaje por descubrimiento, dando pie a la teoría de Bruner, sobre este tipo de aprendizaje que enfatiza que se olvida rápidamente lo que no se hace al descubrir y explorar por sí mismo. En la niñez se modifica todo aquello que está tratando de lograr, permitiendo las fantasías, que darán lugar al cumplimiento de sus metas u objetivos. Cuando hay aburrimiento, se abandona la actividad por lo que es importante ver la gama y despliegue de combinaciones que logra hacer mientras pone en funcionamiento esta capacidad de combinación, que no tiene paralelo en otras esferas o áreas. Es sin duda, el interés por descubrir lo que lo lleva a continuar jugando y divirtiéndose, cuanto más descubre mayor motivación para seguir.

Esto nos permitiría concluir que el juego tiene una gran importancia en la infancia estándar y en la que aparecen condicionamiento o patología.  Su atractivo en la niñez convierte al juego en una herramienta terapéutica esencial ya que permite trabajar en el ámbito físico, cognitivo, social y afectivo. Pero, además, el juego es también un área de trabajo que permite la mejora de la autonomía, autoestima, calidad de vida y sentido del logro.

El juego es la principal actividad en la niñez. Ya sea en el colegio, en casa, en el parque, resulta vital darle importancia. Por eso y gracias a la notable capacidad de los niños/as de expresarse en el lenguaje no verbal, el juego permite trabajar objetivos terapéuticos que se persiguen ya que, al jugar libremente, se pueden observar sensaciones, emociones y la relación con el entorno.

Equipo Educativo del Taller de Juegos de Redba
institutoredba.com.ar/#!/-juegos-oficial/

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