Al Pie de la Letra
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El Porqué de Megafón
Megafón o la Guerra - Leopoldo Marechal - 1970
El Porqué de Megafón

Publicada en 1970, el año de la muerte de Marechal, Megafón o la guerra es su novela política por excelencia y, a la vez, un cierto de testamento narrativo.

Su protagonista, un muchacho de Villa Crespo que alguna vez arbitró peleas en el Boxing Club del barrio, es un autodidacta empedernido que llega a la conclusión de que no hay “monstruos anacrónicos”, que toda lucha es un combate subterráneo que nunca sale a la luz, y que es necesario dar batalla a esos males en su propio campo.

En un país con olor a bronca, una bronca que nadie deja de olfatear en el aire, misteriosa y temible, y que emborracha como la pólvora, la gesta de Megafón es tan desproporcionada como conmovedora.

No importa que fracase en su intento por rescatar a Lucía Febrero de las garras del tenebroso rufián que la tiene prisionera en un burdel del Tigre; no importa siquiera que sea apresado y descuartizado, ni que sus restos se dispersen por distintos lugares de la ciudad: su rapsódica derrota abre el curso de las conquistas morales que su epopeya ansiaba como coronación final.

Cristina Eseiza
Prof. Letras UBA – Escritora

El Porqué de Megafón

…» se llama Megafón porque se trata en verdad de un muchacho de mi barrio, Villa Crespo, perteneciente al Bóxing Ctub, que dirigía los matches de box del Club del barrio con un gran, enorme megafón…. Por eso las barras, los muchachos le llamaban El Megafón. Es un autodidacta que llega a la concepción de todas las luchas que hay que dar, y descubre dónde están los causantes de nuestros males y resuelve darles batalla en su campo»…

 …»debo advertir que la gesta de Megafón no es una gesta de fantasía en prosa. No hace mucho, respondiendo a la encuesta de un Joven escritor sobre los límites de lo real con lo fantástico; me vi en la obligacion de aclararle que lo fantastico no existe, ya que la realidad es única. Lo que sucede – concluí yo – es que la realidad se manifiesta en planos y gradaciones diferentes que van desde la «realidad relativa » del universo manifestado hasta la «realidad absoluta de su admirable Manifestador: de tal suerte; la mariposa que cierta noche soñó Chuang Tsé. Filósofo es tan real como Chuang mismo»…

 …»Y haré aun otra reserva: Megafón no ha de responder a esa mitología de Buenos Aires en la que nuestra literatura local insiste casi en términos devotos y que se resuelve al fin en un parnaso de taitas, milongas y cantores de cuya existencia yo mismo he dado fe, pero que no es útil seguir evocando en el trance de una nostalgia irredimible. Si es verdad que las aceleraciones del siglo parecen contraer ahora el Tiempo histórico del hombre: no hay razón alguna para instalar a Buenos Aires en los museos polvorientos de la arqueología. Según opina Megafón, «nuestra ciudad ha de ser una novia del futuro, si guarda fidelidad a su misión justificante de universalizar las escénicas físicas y metafóricas de nuestro hermoso y trajinado país»…
Leopoldo Marechal  –  «Megafón o la Guerra» – 1970

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