Ya fué
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El Winco
Vivió Todos los Avatares de la Industria Nacional y su Ocaso Llegó en 1980
El Winco

En los años ‘60 las victrolas pese a su longevidad seguían activas. Buceando en el pasado, aparece la imagen de las “victroleras”; unas señoritas cuyo trabajo era poner discos en la victrola, en esos melancólicos bares poblados de hombres solos que con un café o una ginebra, pasaban horas escuchando tangos grabados y mirando pasar la vida por la vidriera del local. Pero en los años en que el rock ‘n roll irrumpe en el mundo arrasando costumbres y gustos musicales, en nuestras tierras acompañando la “nueva ola” juvenil, aparece el tocadiscos Winco. El aparato fue revolucionario por donde se lo quisiera ver. Su pequeño tamaño permitía instalarlo desde una mesa de cocina hasta en una silla. El mecanismo automático, lo habilitaba para superponer hasta varios discos de vinilo, ya que su brazo se encargaba de hacerlos caer en el plato; terminada la tarea, se apagaba solo. El selector de velocidad permitía regular las revoluciones de 16, 33, 45 y 78 rpm. Fue el invitado de lujo en los bailes familiares, en los “asaltos” juveniles y en cuanto evento necesitara un reproductor de música.

El artefacto salió de la pequeña fábrica que Raúl Vega fundó en 1954 en una localidad bonaerense y llamó Winco SAICF. Una publicidad de la época lo denomina “Sinónimo de tocadiscos”; y sin duda lo fue. La marca se convirtió en un genérico, ya que a cualquier tocadiscos con esas características se lo llamó “el Winco”; independiente de su marca. En poco tiempo más salieron al mercado las versión portátil, Fono Valija (eléctrico y a pilas) y el Mini Wincofón. La popularidad del Winco lo llevó a auspiciar un difundido programa de Radio: Wincofonías, por LR4 Radio Splendid.

Los primeros aparatos fueron monoaurales y de válvula, siguieron los transistorizados y luego el stereo.

En la temporada 1968 / 1969 la fábrica se traslada a nuevas y amplias instalaciones. La planta trabajaba tres turnos con 2.000 empleados, generando 27.000 unidades por mes. Por entonces, la producción de Winco incluía bandejas profesionales, grabadores, grupos electrógenos y a su mecanismo automático lo incorporaron otras marcas como Phillips, Grundig y Ken Brown, Radio Serra, y BGH. Todavía daban pelea en el mercado los suntuosos combinados como el Ken Brown y otros, con poderosos parlantes y radio incorporada, llevando mecanismo Winco en la bandeja tocadiscos.

En 1964 la empresa informa que en su planta industrial de Ciudadela (conurbano bonaerense) de 36.000 metros cuadrados, emplea 800 obreros y da trabajo a más de trescientas industrias subsidiarias, generando una facturación anual de 530 millones de pesos de la época.

Otro dato ilustra la capacidad industrial de la marca: hasta entonces habían salido de fábrica

750.000 cambiadiscos automáticos y 12.000 grupos electrógenos que se comercializaban bajo la marca Winco Lux.

Winco vivió todos los avatares de la industria nacional y su ocaso llegó (como a gran parte del aparato productivo nacional) en 1980, cuando no pudo sostener más la competencia desleal de los mercados emergentes que “derramaban” sus productos fronteras adentro, alentados por una política arancelaria suicida para la producción nacional.

De todos modos, la revolución tecnológica en cierne encendió una luz amarilla para los fabricantes de audio. Pero no tuvieron la oportunidad de aggiornarse.

En 1992 se dejaron de prensar los discos de vinilo en nuestro país, pero siguieron llegando importados. Era la era de los magazines, muy populares en los automóviles de Ford y General Motors. En 1979 en la Argentina se había conocido el wolkman de Sony, Siguió luego el reproductor de cassette y el reproductor de compact disc (CD) de Phillips y Sony.

En ese aluvión de nuevos artefactos con funciones en permanente avance, aparecen el IPOD de Apple, el MP3 y otros.; impensables en los años ‘60.

En el año 2003 Winco reabre sus puertas con nuevos dueños. Su catálogo abarca desde audio hasta bicicletas eléctricas, pasando por electrodomésticos para cubrir todas las necesidades hogareñas.

Hoy el tocadiscos Winco es además de un elemento codiciado por los cultores de los discos de vinilo, una parte indisoluble de la memoria popular argentina.

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