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Chusma
Chusma: RAE - Conjunto o Multitud de Gente Grosera o Vulgar
Chusma

Utilizado como sustantivo o adjetivo, tiene una multitud de acepciones. Derivaría del italiano “ciurma” que se refiere a los galeotes o remeros esclavos o forzados, que constituían la fuerza motriz de las naves romanas. De aquí derivaría la calificación de chusma para la gente que según algunos diccionarios, es de “baja condición.” Explicación creíble, ya que aquellos remeros sólo poseían la fuerza de sus brazos.

Más cerca en la geografía y en el tiempo, en la Argentina la palabra tuvo distintos destinatarios según el lugar y la época. En la etapa de la lucha contra los indios, los cristianos tanto españoles como criollos, denominaban chusma a la población aborigen no combatiente; chicos, mujeres, viejos y enfermos. En los partes de guerra, era habitual citar la cantidad de lanceros abatidos junto al número de “chusma” tomada prisionera, sumado a cautivos rescatados, caballada y botín. También las clases altas porteñas antes y después de la Revolución de Mayo de 1810, solían referirse al pueblo de la ciudad como plebe, chusma y otros epítetos que ponen en duda su compromiso con los principios revolucionarios de la gesta de Mayo.

Más adelante, el calificativo se politiza intensamente cuando se enfrentan unitarios y federales, radicales y conservadores, peronistas y antiperonistas; siempre la chusma es la que ocupa la vereda popular. Pero por una de esas misteriosas migraciones del idioma, el mentado adjetivo recaló en un personaje que aun habitando todas las latitudes de la Patria y el mundo, en Buenos Aires es una institución: la, o el chusma.

Es la persona que compulsivamente, dedica buena parte de su tiempo a llevar y traer noticias menudas, casi siempre intimidades de vecinos; y si son escandalosas, mejor. Un espécimen que abunda en las cuadras del barrio, en lugares de trabajo, en cualquier sitio en que regularmente se encuentre gente conocida entre sí.

A mediados del siglo XX, un ejemplo de lugares de encuentros masivos, fueron las ferias francas que a diario rotaban en los barrios porteños. En el año 2021 y con protocolo sanitario, en la ciudad de Buenos Aires siguen existiendo. El poeta del tango Enrique Santos Discépolo, utiliza la imagen de la feria franca para mostrar el escenario impiadoso donde las vecinas y vecinos, destrozan la honorabilidad de las personas. Una estrofa de esa pieza tremenda que es el tango Infamia (letra y música de Enrique Santos Discépolo) cuenta el intento de romance entre un señor “honorable” y una ex prostituta, después del vano intento de amarse y cuyo ilusionado proyecto, naufraga ante la maledicencia del barrio, la propia debilidad de los protagonistas para romper con la coraza de prejuicios y su final anunciado, la tragedia. Dice esa letra dramática:

“Tu historia y mi honor
desnudados en la feria
bailaron su danza de horror
sin compasión.”

En el siglo XXI, también las nuevas generaciones utilizan el calificativo con el mismo sentido que le imprimieron sus mayores, a los que le suman otros sinónimos propios de los jóvenes de 2021 y en el contexto de pandemia covid – 19.

Antiguamente la o el chusma, utilizaban su lengua como vehículo principal. Y el éxito del chusmerío dependía de la credibilidad de quien lo divulgaba. En los días que corren, las redes sociales son también un modernísimo y asombroso vehículo de chusmerío, calumnias y otras calamidades. Por supuesto, mezclados al mejor estilo del Cambalache discepoleano, circulan con una asombrosa capacidad de réplica denuncias de hechos aberrantes (ciertos o falsos), informaciones que los medios de comunicación dominantes en el mercado ignoran como si no existieran, y toda una gama de informaciones que en última instancia, la toma cada uno. Como dijo alguna vez un estadista argentino “Quién quiera oír que oiga…”.

Las redes informáticas son caóticas, multifacéticas y por lo tanto vitales. Sólo limitadas por los operadores de las plataformas, invisibles y todopoderosos, al mejor estilo del Hermano Grande de la novela de anticipación de George Orwell. De todos modos son parte de la vida y por lo tanto, reflejan la saludable vida del chusmerío. Por obra y gracia de la globalización, el chusmerío elevado a categoría periodística cuando alcanza esa jerarquía, con el agravante de ser falso, se le llama pudorosamente fake news.

Decíamos que en general décadas atrás se definía así a una mujer, pero también hay muchos hombres que practican filantrópicamente ese oficio. La mujer chusma tradicional en la etapa en que el rol de ama de casa era fuerte, tenía como su territorio, el barrio y sus múltiples centros de propagación, como el almacén, la carnicería y otros rubros de frecuencia cotidiana. Los hombres chusmas en cambio, tenían y en muchos casos conservan, nichos que por su función les permiten operar en forma privilegiada: porteros de edificios, repartidores, remiseros y otras ocupaciones que facilitan la charla y la observación del blanco destinado al chusmerío.

De chusma derivarían el verbo chusmear, el sustantivo colectivo chusmerío, que también significa rumor no verificado y toda una familia de términos asociados a chusma como: chismosa, chisme, chismerío y chismear.

Si bien la chusma barrial es el paradigma del género, recordemos que la plaga también se extiende a fábricas, oficinas, escuelas, reparticiones públicas y todo lugar que concentre gente. Pese al carácter militante con que se practica el chusmerío, algunos le encontraron la veta económica y es habitual hallar programas de televisión, radio y revistas, dedicados a chusmear la vida de artistas y famosos.

Chusma ya no se usa con el viejo sentido clasista, pero que existe, existe.

Testimonios

Chusma: Pop. De baja condición social
«… hay playas elegantes y otras chusmas”
Mal Don – Silvina Bullrich – Ediciones  Emecé- 1973

Chismoso, intrigante. La primera acepción es extensión de significado del esp. chusma: conjunto de pícaros; la segunda, que se da especialmente en el leng. coloquial femenino, representa un cruce con chismoso.

“insurrección de la “chusma” y Güemes era un traidor a su clase.”
 Los Profetas  del Odio–Arturo  Jauretche

“Cuando decimos ni vestigios, no se trata de una licencia poética. En una célebre carta que le mandó a Bartolomé Mitre en septiembre de 1861, aseveraba el “padre del aula”… “Se nos habla de gauchos. La lucha ha dado cuenta de ellos, de toda esa chusma de haraganes. No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esta chusma criolla incivil, bárbara y ruda, es lo único que tienen de seres humanos”.
Carta de Domingo Faustino sarmiento a Bartolomé Mitre, 20 de septiembre de 1861

“Aquella recomendación no fue un desliz. En otra carta de la misma época, para idéntico destinatario, confesaba el autor de “Recuerdos de provincia”: “Tengo odio a la barbarie popular… La chusma y el pueblo gaucho nos es hostil (sic)… Mientras haya un chiripa no habrá ciudadanos. ¿Son acaso las masas la única fuente de poder y legitimidad? El poncho, el chiripa y el rancho son de origen salvaje y forman una división entre la ciudad culta y el pueblo, haciendo que los cristianos se degraden… Usted tendrá la gloria de establecer en toda la República el poder de la clase culta aniquilando el levantamiento de las masas”-
Carta de Domingo Faustino sarmiento a Bartolomé Mitre – 1861

El Chavo

Doña Florinda es una mujer altanera y despectiva, a veces desmesurada exagerada y hasta sin motivo, basando esta actitud en su supuesta clase refinada.

Cuando llegó a la vecindad, propiedad del Señor Barriga, siempre intentó mantenerse alejada de lo que ella llamaba «los ajetreos de la chusma», aunque siempre de alguna u otra forma terminaba participando, inclusive con mayor énfasis que aquellos a los que ella llamaba «La Chusma». Se caracterizó siempre por tener un carácter muy fuerte y por menospreciar a sus vecinos, considerándose a sí misma «una mujer de la alta sociedad», de la misma manera, inculcaba a su hijo Quico que debía seleccionar mejor a sus amistades en claro desmedro de los niños de la vecindad como (El Chavo o la Chilindrina, etc.).
El Chavo del Ocho – México – 1973

Salamina, Actual Grecia, 480 a.C. – Pella, hoy Desaparecida, Actual Grecia, 406 a.C.

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