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Las Convicciones
El Vuelo es en Bandada, Nadie se Salva Solo
Las Convicciones

La palabra «convicción» viene del latín convictio y significa «creencia firme». Sus componentes léxicos son: el prefijo con- (junto, todo), vincere (vencer), más el sufijo -ción (acción y efecto)

Se me ocurre pensar que hay convicciones que no envejecen nunca: la libertad, la igualdad, el estado de derecho, la educación gratuita, etc.  Los ideales navegan en la misma barca que las acciones, aunque no siempre es fácil llevarlas a cabo. De todas maneras, son como las agujas de una brújula que no cesan de marcar el rumbo elegido y tal como el camino a Ítaca, que tan bien lo visibiliza el poeta Constatino Cavafis en su poema Ítaca, lo importante es el viaje en la búsqueda de esa meta, o tal como lo reflejó Eduardo Galeano en su poema Utopía (los grandes poetas abren puertas del corazón, pero también abren caminos al pensamiento).

Pertenezco a una generación que no claudica a sus convicciones, y entre ellas, como la punta de un iceberg, aparece el ideal de un mundo más justo, empático y equitativo en donde se es humano más allá de la apariencia. La verdadera riqueza radica en lo que somos capaces de construir entre los propios laberintos interiores que nos atañen.

Las sociedades a medida que progresan cambian sus ideales, sin embargo, pareciese que siempre se trata de romper cadenas con lo establecido, o de abrir jaulas que dejan atrás paradigmas que limitan libertades para ir en la búsqueda de nuevos vuelos socio-culturales. Las convicciones no están en los arcones de los abuelos, están en los ideales de sociedad que hemos construido a lo largo de la vida.

El encuentro de personas capaces de tocar las mismas aristas de un poliedro en continuo movimiento, nos genera alegría, una alegría implícita en reflejarnos.

Cabe destacar que primero que nada se trata del propio espejo: “Conócete a ti mismo” y aunque no hay templo de Delfos a la vista, es válido. No importa el oficio, actividad o profesión que desarrollemos, observarnos en las pequeñas y/o grandes acciones que vamos dejando a medida que caminamos esta vida es el reto, y ahí es donde aparece el verdadero conocimiento del ser íntimo, que sin dudas se trasladará al ser social.

Somos imperfectos, el viaje hacia una sociedad más justa y libre estará colmado de ricas y renovadas experiencias, no exentas de fracasos, imperfecciones, y malos tragos; lo que importa, a mi humilde entender, es construir desde lo mejor de uno mismo. Sacar fuera lo más positivo para la sociedad en su conjunto, ese sería el verdadero desafío de caminar hacia el futuro.

No hay paraje que no necesite de otros ojos y otras manos, más allá de las loas al individualismo rayano con el narcisismo que parece estar tan de moda. Llegamos solos y nos vamos solos, en el trayecto vivimos acompañados familiar, social y culturalmente, lo que aportamos desde nuestras acciones y elecciones suman al tipo de sociedad que estamos gestando. Me gusta pensar que tenemos muchas neuronas para poner en juego, un par de ojos que a veces nos fallan, un par de oídos que nos limitan, una lengua que es hija de otros silencios ( no compartimos como raza un mismo idioma) , y un corazón a la medida de los pasos que somos capaces de dar.

El vuelo es en bandada, nadie se salva solo.

Ana María Caliyuri

Ítaca

Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias, en conocimiento.

A Lestrigones y a Cíclopes,
o al airado Poseidón nunca temas,
no hallarás tales seres en tu ruta
si alto es tu pensamiento y limpia
la emoción de tu espíritu y tu cuerpo.
A Lestrigones y a Cíclopes,
ni al fiero Poseidón hallarás nunca,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no es tu alma quien ante ti los pone.

Pide que tu camino sea largo.
Que numerosas sean las mañanas de verano
en que con placer, felizmente
arribes a bahías nunca vistas;
detente en los emporios de Fenicia
y adquiere hermosas mercancías,
madreperla y coral, y ámbar y ébano,
perfumes deliciosos y diversos,
cuanto puedas invierte en voluptuosos y delicados perfumes;
visita muchas ciudades de Egipto

y con avidez aprende de sus sabios.
Ten siempre a Ítaca en la memoria.
Llegar allí es tu meta.

Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años;
y en tu vejez arribes a la isla
con cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte.

Aunque pobre la encuentres, no te engañará Ítaca.
Rico en saber y en vida, como has vuelto,
comprendes ya qué significan las Ítacas.

Constatino Cavafis – (Traducción de José María Álvarez)

Tutelandia por Tute – La Nación – 11-01-16
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