Identificando nuestras emociones, considerando la información que las emociones nos proporcionan podremos abordar y gestionar los conflictos con mayor eficacia y eficiencia, y con resolución pacífica, responsable, acordada y satisfactoria de los conflictos.
El Semáforo de la Conducta
Un semáforo es un instrumento también conocido como “señal de control de tránsito”, este dispositivo se coloca en las intersecciones viales y de lugares.
El semáforo emite señales lumínicas y sonoras para indicar si debe:
Es decir; que el semáforo tiene por objetivos:
¿Podríamos pensar en crear un semáforo de emociones?
Analicemos las diversas variables:
Nuestro semáforo en rojo nos invita a parar pues nuestro enojo puede convertirse en furia o en ira provocando enormes conflictos con el otro.
Si nuestro semáforo es amarillo, indica un momento de precaución para pensar, evitando que nos dejemos llevar por el miedo y así hallar el camino a solucionar el problema.
En cambio, si el semáforo esta en verde nos invita a actuar con tranquilidad y confianza.
En síntesis, este grafico podría representar un “semáforo de conductas”
¿Podemos relacionar estos semáforos en las maneras de resolver los conflictos?
Por supuesto, podemos relacionar las emociones y conductas con la forma de gestionar los conflictos-
Identificando nuestras emociones, considerando la información que las emociones nos proporcionan podremos abordar y gestionar los conflictos con mayor eficacia y eficiencia, pues nuestras conductas fijaran como horizonte la resolución pacífica, responsable, acordada y satisfactoria de los conflictos.
En definitiva:
Prestemos atención al camino que nos educa para la Paz