Literatura Iberoamericana
El migrante tiene la necesidad de reconstruir su vida y, para ello, deja su zona de confort y, dispuesto a enfrentar incertidumbre y duelo migratorio, enfrenta los desafíos de un nuevo entorno laboral y nueva cultura; requiriendo para ello resiliencia y adaptación.

Por Claudio Valerio
Renunciar al confort es salirse de la zona en que uno no siente miedo, en donde no hay cosa alguna que asuste o produzca ansiedad… Renunciar al confort nos lleva a probar algo nuevo, a cambiar nuestra ruta; nos lleva a dar pequeños pasos fuera de la monótona y habitual rutina de lo diario; es enfrentarse a lo incómodo y lo desconocido, plantarle cara… Significa desarrollar confianza y nuevas habilidades buscando un equilibrio emocional que nos lleve a adquirir seguridad y bienestar; deliberadamente y gradualmente se puede expandir nuestra «zona de confort» sin necesidad de abandonarla por completo.
El migrante tiene la necesidad de reconstruir su vida y, para ello, deja su zona de confort y, dispuesto a enfrentar incertidumbre y duelo migratorio, enfrenta los desafíos de un nuevo entorno laboral y nueva cultura; requiriendo para ello resiliencia y adaptación.
La poeta y escritora Oralia López Serrano, nos comparte una reflexión hacia los migrantes, ponderando el desafío de ellos para lograr el desarrollo de su persona.

Oralia López Serrano. Escritora y poeta México-estadounidense
HILOS QUE PENDEN DEL AIRE (Paisajes migrantes)
EL AIRE ATARDECIDO trae olores ajenos a nuestras raíces, tamiz foráneo de cada pueblo rural o semiurbano de un país extraño, y acarrea consigo notas sensibles a mi oído, la voz de los demás son música aguda en mi tozuda oreja. Y entre bordes perdidos caminan las palabras, cotidianidad de almas en crucial desahucio, alegre, generalmente resignado.

En el lomo de las calles que no son totalmente nuestras, con pies cansados el trabajador del campo, pañuelo amarrado a su cabeza, añora el monte infértil, pero propio, de su país distante. Él viene y va, y el viento arrecía, arremolina injusticia envejecida, quejoso enfado, entrañable nostalgia.
Y entre la mirada desconcertada de la mochila del estudiante se sopesan vitales consternaciones; y yo que escribo bellas u horrendas contingencias diarias, exasperada maquilo los sueños de ellos, les entretejo con mis ideales radicalmente humanos. Abro las palabras que se endurecen en su boca por tantos estallidos de silencio y transcribo sus huellas con largo aliento o brevedad poética.
Aquí entre líneas quedan sus paisajes, quedan las alegres o abatidas tardes, las mías y las de ellos, van mis letras colgadas al hilo donde penden sus situaciones rotas e inconclusas. Su condición humana en desequilibrio entre el vaivén del ventarrón austero del desierto, del que requema, retuesta sus emotivos rostros y sus sueños. Infinidad de gente dejó su hogar, su verdadero pueblo, guiados por un espejismo de anhelos, abanico florido que se ha ido secando tras cada invierno que no es el nuestro.
La contundencia migratoria se desliza sigilosamente por los surcos, entre las naves industriales o en el ardiente asfalto. En procesión de indiscutible paria, su corazón anteriormente palpitando entre andenes, con sus maletas llenas sin posible retorno, ahora viaja cual forzado prisionero. Y su vida migrante sobrevive entre pantallas pletóricas de promesas- migajas. Con su cartera alerta, temeroso transita entre estrechos callejones y atrinchera cualquier aspiración latinoamericana. Divaga bajo el último incendio de sus sueños y cual fantasma subestima hasta su propia sombra.
Su existencia ajena es un manojo de ilusiones marchitas, es un abanico de propósitos irrealizables en triste desagrado, en nocivo letargo. Y su vida migrante se tambalea, pende de un hilo demasiado delgado que el despiadado e inhóspito aire a su antojo arrolla, rompe, jala o sostiene, según la incongruencia de la atmósfera en que el viento burlesco se mueve.
Mientras… a la intemperie, entre bordes perdidos transitan mis palabras, también entre hilos que penden del aire, y aunque sean desgarradas con filos clavados, siempre desdibujarán las sílabas que nieguen la incontenible belleza del paisaje que irrumpe las fronteras inhumanas, los brotes errantes de los pueblos hermanos, su vital aliento, su energético ánimo y su bondad insobornable.
® Oralia López Serrano.
“Si tienes bien claro tus prioridades en tu vida, rápidamente decidirás cuándo es necesario desprenderte de algo que te es muy querido y que traba tus objetivos no negociables… Esa renuncia será en beneficio a una maduración y crecimiento personal.”
Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), te envío un Abrazo, y mi deseo que Dios te sonría y permita que prosperes en todo, derramando sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio
© Valerius
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