Bitácora Humana
Permite al psicólogo diseñar terapias y al educador crear métodos de aprendizaje con base cultural, al empresario conectar con mercados diversos. Dominar este concepto apoya a interactuar, comprender y distinguir un mundo de sistemas culturales complejos.

¿Qué es la Cultura?
Lo más común es definir a la cultura por representaciones visibles y tangibles como la música, baile, gastronomía o las fiestas tradicionales. Pero la cultura es mucho más profundo y fundamental, yo diría que es un “sistema operativo integral funcional que un grupo humano crea y comparte para entender el mundo, vivir en él y darle sentido a través de diversos sistemas de valores, significados, conocimiento, reglas no escritas, herramientas y tecnología. símbolos y lenguajes, prácticas y rituales, son hereditarias socialmente, cambian con el tiempo lentamente, aunque puede cambiar la cultura de manera personal, las aprendemos de manera implícita, por observación, refuerzo social o por historias o dichos para guiar nuestro comportamiento y desarrollar nuestra identidad”.
Por Ejemplo: La Cultura de la Puntualidad
Para una persona la puntualidad puede significar un recurso valioso, por ello esta persona valorará este comportamiento y más probable es que sea puntual. Sin embargo, para otra persona entiende como puntualidad que el tiempo es flexible, por lo tanto, un retraso será comprensible. Esta persona no será puntual.
Si analizamos mi concepto con el ejemplo tenemos:
Para la persona con tiempo flexible, valora la flexibilidad, adaptabilidad, las relaciones interpersonales, por ese motivo el tiempo debe adaptarse a las necesidades humanas, no al revés.
Para la persona con tiempo flexible: El horario acordado es una aproximación, si existe un retraso es aceptable.
Para la persona con tiempo flexible, dependerá que tipo de acontecimiento o acuerdo sea para llegar puntual o no.
La persona con tiempo flexible, aunque usa la tecnología, pero es probable que se olvide activar alarmas o que calcule el tiempo de traslado de forma optimista.
Para la persona con tiempo flexible, tiene frases como «llego en 5 minutos» sabiendo que es todo lo contrario.
Para la persona con tiempo flexible, una de su práctica es realizar varias tareas justo antes de salir, en sus rituales llega atrasado, pero con un saludo despreocupado, piensa que todos entenderán su retraso.

¿De Dónde se Aprende Esto?
En el proceso de sociabilización desde que somos niños, inicialmente con la familia (factor primordial); contexto social como los países de Alemania, Suiza, Japón, donde el tiempo es lineal por ese motivo se fomenta la puntualidad; entorno educativo y laboral con horarios estrictos o relajados de entrada; amigos, si se molesta que lleguen tarde existe la posibilidad de adaptación a la cultura de ese amigo.
Por Tanto:
La cultura, se encuentra lejos de un conjunto folclórico, costumbres y tradiciones. El ejemplo de la puntualidad afirma cómo este sistema operativo que se compone de integralidad, por lo tanto, determina lo que consideramos «funcional» o «disfuncional» para la supervivencia de nuestro grupo, asimismo no dice qué es «bueno» o «malo», no es que no tenga moral, sino que esa moral es local, no universal. Por ese motivo para algunas sociedades y personas es tolerable la impuntualidad y para otros no.
Sin embargo, se debe aclarar que la cultura no es estática. Lo que en el pasado era considerado funcional, como el sacrificio humano como ofrenda a la tierra, hoy es disfuncional, convirtiéndose en un crimen, “en nombre de la cultura no se puede matar a nadie”. En estos casos, la cultura debe evolucionar, transformando su práctica mediante la reflexión y consenso colectivo: en lugar del sacrificio, se puede enterrar una figura humana de cerámica cuya intensión será la misma, para adaptarse a las nuevas reglas sociales, porque estas reglas reflejan un nuevo consenso ético y si una práctica cultural es disfuncional atenta contra estos principios y se convierte en una amenaza social.

Esta comprensión de la cultura redefine además el concepto de «persona culta». No se trata simplemente de poseer conocimientos, sino que las personas reconozcan sus propios sistemas operativos integrales funcionales y comprendan las extranjeras, para interactuar con personas de diferentes culturas, o de la misma cultura donde coexisten subculturas familiares, profesionales o generacionales, es aquí donde se fomenta las competencias culturales.
Entender la cultura como nuestro «sistema operativo integral funcional» asegura el éxito en cualquier campo: permite al psicólogo diseñar terapias y al educador crear métodos de aprendizaje con base cultural, al empresario conectar con mercados diversos. Dominar este concepto apoya a interactuar, comprender y distinguir un mundo de sistemas culturales complejos.
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