Personajes
Fecha de Publicación:
Alberto Castillo: Así se Baila el Tango
Ese tango es tal vez uno de los más representativos del Cantor de los Cien Barrios Porteños; que sigue viviendo en sus grabaciones y en la memoria popular
Alberto Castillo: Así se Baila el Tango

Su paulatino retiro de los escenarios, está relacionado también con el ingreso del tango en un cono de sombras que duró muchos años, replegándose a lugares más o menos exclusivos hasta que nuevas generaciones de autores e intérpretes, lo hicieron renacer.

Alberto Castillo: Así se Baila el Tango
“Qué saben los pitucos, lamidos y shushetas / Qué saben lo que es tango, qué saben de compás. / Aquí está la elegancia, qué pinta, qué silueta / Qué porte, qué arrogancia, qué clase pa’ bailar “.

El hombre que entonaba éste tango de letra provocativa titulado “Así se Baila el Tango”, era Alberto Castillo, autor de la pieza junto al músico Ricardo Tanturi. La particularidad residía en la interpretación que aquel hacía frente al público. Con su aire “canchero”, sobrador, Castillo desgranaba la letra gesticulando y acentuando el fraseo en los versos que consideraba oportunos.

Ese tango es tal vez uno de los más representativos del Cantor de los Cien Barrios Porteños; genio y figura de aquel artista que con sus trajes oscuros y de enormes solapas, corbatas coloridas de nudos gruesos y moños, con su voz muy afinada y el característico estilo arrabalero que deleitaba a sus seguidores, con su estilo dominaba el escenario. Inclinaba el micrófono para uno u otro lado, la corbata floja, el pañuelo desbordando el bolsillo superior del saco y cierto aire desenfadado y reo, completaban el perfil del hombre.

El nombre real del cantor fue Alberto Salvador De Lucca nacido en el porteñísimo barrio de Mataderos, el 7 de diciembre de 1914. Hijo de un matrimonio italiano, desde muy chico mostró su pasión por el canto y se cuenta que a los seis años ya cantaba en el café de la esquina de su casa, en Juan Bautista Alberdi al 4.700.

A los 14 años practicaba boxeo y a los 17 después de terminar el bachillerato, ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de La Plata. A los 26 años se graduó de médico y decidió especializarse en ginecología.

Para no desairar a sus padres, alternó los estudios con presentaciones tangueras circunstanciales, presentándose en clubes de barrios, boliches y fiestas familiares, casándose en 1945 con Ofelia Onetto.

La primera orquesta que integró fue “Los Indios”, dirigida por Ricardo Tanturi, en 1939. Su primer nombre artístico habría sido Alberto Dual, pero le sugirieron cambiarlo por el que sería su apellido artístico definitivo: Castillo.

En 1942 debutó en Radio El Mundo y si tenemos en cuenta que eran los años de oro de las “broadcastings”, es comprensible que la radio le diera el espaldarazo imprescindible.

Después de la experiencia con Tanturi y ya siendo un artista reconocido, armó su propia formación dirigida por el maestro Emilio Balcarce, quien lo acompañó unos años siguiendo luego, con los directores Enrique Alessio y más tarde, Ángel Condercuri respectivamente. Completa este ciclo dirigido por Jorge Dragone.

En los años 40 y como el Cantor de los Cien Barrios Porteños, desembarcó en el mundo del cine argentino, protagonizando en 1946, “Adiós Pampa Mía”. A ese éxito le siguió “Un Tropezón Cualquiera da en la Vida”, secundado por Virginia Luque y Fidel Pintos. Sigue la filmación de “El Tango Vuelve a París” con Aníbal Troilo y su orquesta.

Carrasco y Av. Rivadavia – CABA – 2017

No obstante, una de sus películas más taquilleras fue “La Barra de la Esquina”, (1950) con José Marrone y María Concepción César, entre otros.

Quien mejor reflexiona acerca de éste film es el mismo Castillo: “A mí me hicieron actor; yo lo único que hacía era cantar en los films. (…) Hice muchos, pero de todos, fue “La barra de la esquina” el que más me gustó… Esta película presumiblemente un claro bosquejo de mi propia vida. Es la vida que puede vivir cualquier muchacho bueno y trabajador” (1). Filmó en total 18 películas.

Además de ser un ídolo en Buenos Aires y otras grandes ciudades argentinas, incursiona en Uruguay y es probable que la cultura candombera de la Banda Oriental, influyera para que grabe temas exitosos como Charol en 1944, Bronce (1946) y Baile de los Morenos (1947) y el celebérrimo “Siga el Baile”, del uruguayo Carlos Warren.

El paulatino retiro de Castillo de los escenarios, está relacionado también con el ingreso del tango en un cono de sombras que duró muchos años, replegándose a lugares más o menos exclusivos hasta que nuevas generaciones de autores e intérpretes, lo hicieron renacer.

A pesar que Alberto Castillo como ídolo de masas permanecía presente en sus grabaciones y en quienes lo vieron animando los grandes bailes de carnaval, o los “shows” cuando su público hacía largas colas para verlo, los jóvenes a principios de la década de 1990 en general lo desconocían.

Fue entonces que una banda muy popular, llamada Los Auténticos Decadentes, lo invitó a Don Alberto a grabar una nueva versión del candombe “Siga el Baile”. El disco tuvo buena recepción en el público y se cuenta que el legendario tanguero, se divirtió bastante.

El tanguero – candombero nos dejó definitivamente el 23 de julio de 2002, pero sigue viviendo en sus grabaciones y en la memoria popular.

1) Sentir el Tango N° 49 – Editorial Altaya S.A. – Bs. As. 1998.-

Temas
Comentarios
El Arte de la Culinaria
Salsa Ademe o Sauce Adémé

Salsa Ademe o Sauce Adémé

En Togo, son muchos los platos por disfrutar. Para los togoleses, la pasta resulta ser el alimento básico que es acompañada con muchas salsas como ser salsa de cacahuetes, salsa gboma, salsa de gombo, salsa ademé, etc.
Por Amor al Arte
Evita en Retrospectiva

Evita en Retrospectiva

Retrospectiva con imágenes de Evita que conocemos todos y él se atreve a darle su sentido a cada una de ellas hasta llegar a 100. No lo hizo para ostentar nada, sólo era un tire y pegue. Porque donde hay una necesidad nace un derecho. Y faltan muchos.
- Central -
Ofidio y las Cuerdas

Ofidio y las Cuerdas

Este trío fundado el año 2000 y compuesto por tres experimentados intérpretes, propone un repertorio de milongas, tangos y valses humorísticos originales, matizado con otras piezas de los más variados géneros en versiones “criollas”.
Hasta las Manos
Las Manos, la Razón del Alma

Las Manos, la Razón del Alma

Se estima que la mayoría de las manos impresas en las pinturas rupestres halladas en el mundo corresponderían a mujeres. Más allá de que sea así o no, son las huellas dactilares del pasado que nos hablan.
Miscelaneas
Revolución de los Restauradores

Revolución de los Restauradores

Balcarce ordena a los “vigilantes” de la policía que dispersen a los tumultuosos. Los vigilantes no le obedecen. Tal vez para que la multitud enardecida no entrar al Fuerte (Casa de Gobierno), una voz se deja oír reclamando calma: “¡A Barracas!”.
Columnistas
Más Artículos