El discurso jurídico busca la certeza con una mirada en el pasado es decir, en la culpa y quien la tiene, existe una relación entre la causa y el efecto, donde lo que importan son los hechos, o sea, una realidad objetiva.
Tiempos Sin Escucha
Según Albert Einstein, “se requieren nuevas formas de pensar para resolver problemas creados por las viejas formas de pensar”.
Los conflictos son inherentes a los grupos humanos por lo que podríamos:
a. Superarlos: se reconoce su existencia y se trata de aprovechar su aprendizaje.
b. Negarlos: no se reconoce su existencia.
c. Evadirlos: se reconoce su existencia pero no se enfrenta.
d. Acomodarlos: se reconoce su existencia pero no se da respuesta.
¿De qué modo podríamos acceder a una solución sin escucharnos?
Consideremos la comunicación como el instrumento que nos permite:
● Entender
● Solicitar
● Explicar
● Compartir emociones, sentimientos y necesidades
● Motivar
● Acordar
Y tantas otras acciones que nos acercan al otro.
Aun así, estos tiempos que vivimos parecen estar teñidos de una sordera agresiva, irritante y maliciosa.
No oímos, solo hablamos No hablamos, solo gritamos
No miramos los gestos del otro, solo lo empujamos
No miramos su rostro, solo rompemos o golpeamos
La lista de “no escucha” se sigue incrementando…..pero ocurre tanto en el ámbito privado como en el público.
Desde una pensión alimentaria, el uso de la pared medianera que me separa del vecino, un ejercicio de Matemática mal corregido,…, una reforma de ley, agregar o quitar un impuesto/retension, todo, es motivo de disgusto extremo y el otro se convierte en “mi enemigo”. (hay que eliminarlo/aplastarlo)
Entonces en esta lógica de los tiempos sin escucha, ¿el padre/madre de mi hijo puede ser mi enemigo?
Definitivamente NO
Seguramente será un tema para analizar, buscar opciones, proponer cambios, …, escucharnos para acordar colocando en primer lugar lo vincular y así superar o minimizar las diferencias.
Esta mirada nos brinda la posibilidad de evitar una escalada del conflicto entre los protagonistas:
Pensemos siempre en el trabajo colaborativo para priorizar los vínculos, disminuir las diferencias y buscar formas conjuntas de solución.
En general la resolución de conflictos ha sufrido con el tiempo, cambios, respecto a su abordaje y gestión, mientras que tradicionalmente se dirimían a través del juicio, el cual conlleva un discurso, etapas, formulismo, etc., propios (enfoque adversarial) y los protagonistas se consideran enfrentados o en posiciones antagónicas, en los últimos años se han desarrollado y aplicado otros métodos denominados alternativos[1] como la Mediación, cuyo discurso y etapas no son las jurídicas pero el principio que rige es la ley porque a la sociedad le interesa solucionar problemas con una base que la organiza y la ordena.
En tiempos sin escucha se nos presentan dos paradigmas o modos o miradas:
a. Tradicional o competitivo
b. Alternativo o colaborativo
Si un conflicto es pensado y tratado desde la perspectiva tradicional, sus protagonistas se encuentran enfrentados con una mirada en el pasado (culpa), donde sólo importa llegar a la verdad, es decir, los hechos acaecidos donde uno gana y el otro pierde (ganar-perder).
El discurso jurídico busca la certeza con una mirada en el pasado es decir, en la culpa y quien la tiene, existe una relación entre la causa y el efecto, donde lo que importan son los hechos, o sea, una realidad objetiva. Desde lo jurídico se analiza cómo fueron los hechos, que dice la ley y se determina el porcentaje de culpabilidad y responsabilidad. (La norma brinda previsibilidad)
Desde la lógica colaborativa la mirada está colocada en el futuro (intereses), cada uno expresa sus percepción del acontecimiento y juntos negocian una acuerdo que satisfaga a ambas partes (ganar-ganar).
Esta comparación de maneras diferentes de posicionarse frente a los conflictos trata de dejar establecido lo importante que resultan los vínculos de los participantes (alumnos, padres, jefe-empleado, etc.) es necesario hallar juntos algunas alternativas que satisfagan los intereses de ambos.
Los participantes del conflicto tienen diferencias de pensamientos o de modos de actuar pero ello no los convierte en enemigos
En muchas ocasiones son compañeros de curso, empleados que comparten la oficina, docentes que deben estar trabajando en la misma área, solo por citar algunos probables enfrentamientos y lo importante es seguir conviviendo pacífica y constructivamente respetando los sentimientos y pensamientos del otro, tan validos e importantes como los nuestros.
Es tiempo de cambiar…
Es tiempo de escuchar…
Es tiempo de educar para la paz
1- RAD (Resolución Alternativa de Disputas) o MARC (Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos) como Mediación, Negociación, Arbitraje, Conciliación y Facilitación.