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El Tula y su Bombo
Es un hábito muy argentino llamarnos por apodos. Es el caso de un personaje legendario de nuestra cultura popular: El Tula
El Tula y su Bombo

Es un hábito muy argentino llamarnos por apodos, sobre todo si tienen una carga afectiva. Cuando el mote es peyorativo, encierra una intencionalidad agresiva.

La referencia viene a cuento porque vamos a ocuparnos de un personaje legendario de nuestra cultura popular: El Tula; el “Bombo Mayor” como se lo conoce, en el peronismo y en la hinchada del Club Rosario Central desde hace muchos años.

Pero “Tula” no es un apodo como creían miles de argentinos: es el apellido de CarlosPascual Tula; rosarino de nacimiento y “canalla” de ley, como se le llama en la jerga futbolera a Rosario Central. Cosas del tablón.

El Tula vió la luz en septiembre de 1940 en esa ciudad, en el barrio Arroyito. Hijo de un padre radical y madre peronista, la familia se trasladó luego a la provincia de Buenos Aires, a la localidad de Lomas de Zamora. Tal vez por cercanía simpatizó con el Racing Club de Avellaneda, pero más adelante como “la tierra tira”, el hombre se radicó en su Rosario natal.

Tiempo Argentino – 04-07-85

Entre las dos grandes divisas futboleras en que los rosarinos ocupan sus amores, El Tula se encolumnó con Rosario Central. Es religioso, repartiendo su devoción entre María y Jesús. En algún momento de ese tránsito juvenil adhirió al peronismo, pero sin afiliarse al Partido Justicialista.

Se cuenta que a los 15 años comenzó a tocar el bombo en la hinchada “canalla” y enparalelo, sumó la práctica peronista. Así lo recuerda él mismo:“ Desde chico, desde que descubrí el peronismo, aprendí a esquivar tiros, gases, caballos (de los escuadrones que buscaban reprimirnos). Estábamos siempre en el medio del ‘tole tole’. Esa fue constante en Rosario, la capital del peronismo – dice, se agranda, exagera -; y yo, siempre con mi bombo” (1).

Entre partidos de fútbol, peñas y actos peronistas, se relacionó con el sindicalismo local, en particular, el gremio metalúrgico. Mediante esa cadena de relaciones y el bombo como una prolongación de su anatomía, Tula en Buenos Aires a comienzos de la década de 1970 se relacionó con José Ignacio Rucci, Lorenzo Miguel y otros referentes de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).

La última etapa de la autotitulada Revolución Argentina bajo el gobierno de facto del general Alejandro A. Lanusse, vio al Tula conocer personalmente a Daniel Paladino, Héctor Cámpora y otras primeras espadas del justicialismo, que ya trabajaban para el retorno definitivo del general Juan Perón a nuestro país.

En ese clima de fervor político incontenible, El Tula no sólo tocaba el bombo y lideraba un formidable grupo de percusión, sino que se las ingenió para crearalgunos estribillos que luego se cantaban en las canchas y actos peronistas. Va unejemplo:

“Qué lindo, qué lindo,
qué lindo que va a ser;
Central campeón del mundo
Perón que va a volver” (2)

Previamente y gracias a su popularidad creciente, en 1971 el “Bombo Mayor” fue entrevistado por el conductor televisivo Nicolás “Pipo” Mancera; la repercusión del programa le facilitó al Tula mediante una colecta solidaria, los fondos necesarios para viajar a Madrid y ser recibido por el general Perón. Allí cumplió su sueño: regalarle su instrumento al líder del Movimiento Peronista.

La Nación – 02-07-22 – Foto Hernán Zenteno

El General exiliado además de conversar con el militante rosarino, le retribuyó el gesto regalándole otro bombo que El Tula, exhibió con orgullo en infinidad de eventos y que según reconoció más adelante, se lo robaron. Desde entonces acompañó los actos de campaña de los distintos candidatos justicialistas. El personaje y su bombo entonces, fueron uno solo.

El instrumento del Tula también estuvo presente en la Plaza de San Pedro en Roma para el Jubileo del año 2000, aunque el hombre no pudo acceder al Papa Juan Pablo II, estos parches también resonaron en el mismo Estado del Vaticano.

El rosarino ya había hecho del bombo su pasión, repartiéndose entre sus dos amores: las tribunas del Central y los actos políticos. Su imagen característica lo visualiza como un hombre de gorro con visera y la marca “Tula”, es inimaginable esa figura sin el bombo; ancho, celeste y blanco replicando la bandera argentina, a lo que debe sumarse el rostro inconfundible y sonriente de Eva Perón.

www.hosteltur.com

El Tula recorrió otros escenarios, por ejemplo algunos Mundiales de Fútbol, como el de Alemania en 1974, obviamente el de 1978 en nuestro país, México del ’86 y Qatar 2022; donde el hombre arribó con sus 82 años. Su bombo computa en el haber trece mundiales. En el último (2022) le fue conferido el Premio The Best por el desempeño de la hinchada argentina. Hoy El Tula sigue en su casa de Lomas de Zamora, rodeado de recuerdos, fotos y anécdotas. Sin entrar en juicios de valor sobre su trayectoria, sin dudas el rosarino encarnó como pocos un instrumento de resonancia universal y en el caso argentino, de profunda raíz popular. La murga de barrio, la bandita pueblerina que alegra la plaza central los domingos, la banda de los bomberos voluntarios, las bandas militares y cuanta institución reconocida se nos ocurra, cuenta con su orquesta. Y el bombo con su inevitable golpe sonoro, grave, marcando el compás.

El instrumento tuvo desde tiempos inmemoriales en nuestro pueblo, una participación que lo hizo parte de las expresiones masivas. Aglutina las movilizaciones, está en las fiestas deportivas y también en las protestas callejeras.

Resumiendo, el bombo es el alma de un sentimiento colectivo.

Página 12 – 23-05-01 – Foto Arnaldo Papillon

1) Revista Buenos Aires – Gran Buenos Aires, 18-02-01.-
2) Ibidem.-

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