The Evil Dead es una franquicia de horror reconocida entre los fanáticos del género, que desde su estreno en 1981 cosechó hordas de seguidores, expandió su mitología en historietas —donde se enfrentó a íconos como Jason Voorhees, el malvado de la saga Martes 13; o el gran Freddy Krueger y hasta el infame Adolf Hitler entre tantos otros—, videojuegos y hasta una puesta en escena musical. Lo que en un inicio fue una película independiente de bajo presupuesto hoy es una de las marcas más reconocidas, y se lo ganó a fuerza de creatividad, ingenio y capacidad para entretener a las masas.
La producción de la primera película, The Evil Dead, es uno de los ejemplos paradigmáticos sobre la perseverancia de un artista y su visión frente a las adversidades. El director Sam Raimi, quien apenas había cumplido 20 años cuando comenzó el rodaje en 1979, escribió el guión del largometraje junto a su amigo Bruce Campbell e incluso filmaron un cortometraje a modo de “prueba” para poder captar inversores. El dinero de los estudios no llegaba nunca, y el dúo decidió recurrir a amigos, familiares y cuanta persona se les cruzara dispuesta a desprenderse de unos dólares. Contra viento y marea consiguieron menos de cuatrocientos mil dólares, pusieron avisos en diarios para reclutar actores jóvenes, capaces de resistir un rodaje que probaría ser extenuante, y sobre todo, que aceptaran un sueldo bajo.
Las carencias se convirtieron en fortalezas a la hora de filmar el metraje. Recurrieron a todos los trucos conocidos para llevar a cabo los ambiciosos efectos especiales que requería el guión, y le añadieron la irreverencia juvenil alimentada por la libertad de la independencia. Sin grandes estudios opinando sobre el material, Raimi consiguió hacer la película que quería, y así lanzó su carrera sin saber que décadas más tarde sería uno de los referentes de la industria.
La película tuvo un estreno discreto pero, tras una crítica elogiosa del maestro Stephen King, la compañía New Line Cinema adquirió los derechos de distribución, y esto le permitió llegar a gran parte del mundo, recaudando casi treinta millones de dólares a escala global, y asegurando una secuela, que probaría ser uno de esos raros casos en donde la continuación es tan buena (o mejor) que la original.
Los fans tuvieron que esperar seis años para el estreno de la segunda parte, que tuvo a Ash Williams, encarnado por el gran Bruce Campbell, como el único actor que volvió para la secuela. El presupuesto de tres millones y medio de dólares le otorgó un poco más de libertad al director para crear efectos especiales más “pulidos”. Aquí las aventuras de los jóvenes encerrados en una cabaña solitaria, en las entrañas de un bosque, y atacados por un ejército de entidades demoníacas revividas gracias a la lectura del mítico Necronomicon Ex-Mortis se lucieron mucho más. El actor protagonista demostró sus extraordinarias capacidades para las escenas de acción y la comedia física. Los toques humorísticos fueron uno de los cambios principales con respecto a la antecesora. Si bien el terror estaba presente, de forma sangrienta y explícita, muchas escenas mezclan los géneros, creando imágenes imborrables, situaciones que pasan, en cuestión de segundos, de la comicidad al horror con una naturalidad que asombra, sin caer en la parodia. Evil Dead II: Dead by Dawn fue otro éxito de crítica aunque recaudó un poco menos que la primera entrega.
En 1993 Raimi se dio el gusto de contar la historia que él quería hacer para la segunda parte. Army of Darkness encontraba al adorable héroe Ash Williams viajando en el tiempo hasta la Edad Media, en donde se une a una aventura que involucra a los caballeros del Rey Arturo, consigue una especie de brazo de acero que reemplaza la mano que se cortó en la segunda parte, y por supuesto pelean contra una hueste de demonios liberados por el maldito Necronomicón. El film fue una mezcla de historia épica medieval, ciencia ficción, fantasía y algunos elementos de terror, todo interpelado por la comedia, un sello característico del director a esa altura de su carrera. El presupuesto considerablemente superior a las dos entregas previas recuperó algo de dinero en el mundo, y se convirtió en un éxito durante décadas en los formatos hogareños.
Los planes para secuelas o remakes de la franquicia Evil Dead surgieron y murieron durante casi dos décadas, pese a la popularidad del producto en otros formatos, y el pedido de los seguidores al director para que retomara la saga. No fue sino hasta el 2013, cuando el director uruguayo Fede Alvarez se encargó de revivir la primera película para las nuevas generaciones, con la excelente Evil Dead, un largometraje de horror puro y duro, lleno de efectos especiales hechos en cámara, cantidades asombrosas de sangre falsa y escenas gore shockeantes. Este film, cuya conexión con la saga original es un pequeño cameo de Campbell en una escena post-créditos, tendrá una esperada secuela a estrenarse en algún momento del 2022.
La expansión del universo “original” se dio en el 2015 con el estreno en televisión de la serie Ash vs. Evil Dead, una serie de terror y comedia protagonizada por Bruce Campbell, Lucy Lawless, Ray Santiago y Dana DeLorenzo como co-protagonistas. Acá nos encontramos con el héroe Ash, quien se retiró y trabaja como empleado en un supermercado. El otrora musculoso joven que había pisado los dominios del mismísimo Rey Arturo lleva una existencia un poco aburrida, viviendo en una caravana y sin muchos más intereses que beber después de la jornada laboral. Sin embargo esconde entre sus escasas pertenencias el infame Necronomicón que tantas penurias le causó, y decidió convertirse en su guardián tras fallar varias veces en destruirlo.
Por supuesto que el libro volverá a hacer de las suyas. Los demonios caminan sobre la tierra y el hombre, ahora de cincuenta años de edad, tiene que enfrentarse a sus enemigos mortales de antaño acompañado por sus dos jóvenes compañeros, que se encuentran envueltos en una guerra sin precedentes, muy a su pesar.
Ash vs. Evil Dead fue un éxito de crítica y las primeras dos temporadas probaron ser también un éxito en los ratings, pero la tercera no consiguió captar la atención de las masas, y tras el episodio número treinta, la serie finalizó.
Bruce Campbell anunció que era hora de colgar la motosierra y retirarse del personaje que lo llevó a la fama internacional, para darle lugar a otros actores en el futuro de encarnar a Ash Williams. Independientemente de la cancelación, el show gozó de críticas extraordinarias y tuvo una “segunda vida” en Netflix, que adquirió los derechos y al día de hoy sigue siendo un producto popular en la plataforma.
Sam Raimi y su eterno colaborador Campbell no se retiraron de la franquicia, ya que ambos ofician de productores de Evil Dead Rises, la secuela al film del 2013.
Los fanáticos de la saga han conseguido que una pequeña película independiente, estrenada en 1981, se convirtiera en una de las franquicias más rentables y queridas del género de terror. Evil Dead fue tierra fértil para la experimentación, para la mezcla de géneros y para cierta irreverencia dentro de la industria. La serie mantuvo el espíritu, se posicionó como una digna continuación de la mitología original, y le dio un buen cierre al arco de Ash Williams, un héroe atípico, a regañadientes, que durante más de tres décadas se encargó de mantener a los demonios a raya.
Las tres temporadas de Ash vs. Evil Dead se pueden encontrar en el servicio de streaming Netflix.