Notas al Margen
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Soliloquios de Café II
¿El Problema de la Argentina son los 70 años de Peronismo?
Soliloquios de Café II

Hablando con amigos, reflexionábamos sobre la capacidad que tiene el aparato cultural y mediático para instalar temas y la poca inteligencia de nuestra dirigencia para no ser llevada de la nariz a discusiones falsas o inconducentes. Este es un caso típico, cuando el inefable expresidente lanzó esta  sesuda afirmación, tan sesuda como la mayor parte de sus hilarantes afirmaciones o definiciones y fue repetida por el coro de repetidores seriales, nos lanzamos a contar los años que pasaron desde 1946 a la fecha (74) y luego a ver cúantos habían sido de gobierno del peronismo y daba 35 años, contando gobiernos tan contradictorios como los de Perón, María Estela Martínez de Perón, Menem, Duhalde y Néstor y Cristina Kirchner.

Eso daba que en realidad de los últimos 70 años, el peronismo solo había gobernado la mitad y además había estado proscripto 18 años y había largos períodos de dictadura. Todo bien hasta ahí, pero esa posición significaba dar por cierto el relato que la Argentina hasta 1946 era un vergel, un país maravilloso, rico, con uno de los PBI más altos del mundo, sin pobreza y que esa maravilla fue destruida por el populismo.

Sin embargo uno se pregunta, si era así, no se comprende porque se llama un largo período como La Década Infame, o los festejos del Centenario se llevaron a cabo bajo estado de sitio, o sucedieron masacres como la de la Patagonia o La Semana Trágica, entonces conviene mirar algunos datos de esas cuatro décadas de inicio del siglo XX, sin entrar en demasiados análisis, para ello luego recomendaremos algunas lecturas que brindarán mayores y mejores precisiones.

Recordemos, en principio, que nuestro país ingresa al nuevo siglo con una grave situación de dependencia con Gran Bretaña, el esquema se caracterizaba, entre otras cosas, por un permanente endeudamiento a través de empréstitos para pagar los productos que importaba. Entre 1868 y 1873, se tomaron empréstitos por 11.703.000 millones de libras esterlinas y se pagó por importaciones 90.000.000 de pesos fuertes, entre 1891 y 1900 los números fueron de 34.300.000 libras esterlinas por empréstitos y 370.000.000 de pesos fuertes pagados por importaciones.

Este sistema colapsó con la crisis de 1890, uno de los primeros “default” de Argentina, pero un poco antes, el informe Bialet Massé acerca de la vida de la clase trabajadora en Argentina denunciaba que por ejemplo un peón de campo tenía por ingreso, 30 $ y 1,250 kg de carne por día en Córdoba, 30 $ y la comida en la Rioja y 50 $ sin comida en Santiago del Estero. Un guinchero o maquinista del puerto ganaba 70 $ mensuales, un albañil 30 $ por mes y un jornalero 45 $ mensuales. Esto generó un fuerte clamor que llevó a Roca a enviar al congreso un proyecto de Código del Trabajo que fue rechazado con el voto del Partido Socialista.

Además ya en 1895, el 45% de la población se concentraba en los pocos centros urbanos existentes. Así ingresa la Argentina al siglo XX, en default, con niveles de explotación que impresionaban a los propios dirigentes del Partido Autonomista y con el “conventillo” como prototipo de vivienda urbana.

Resulta interesante señalar que otra falacia muy instalada es que esa Arcadia pastoril fue el resultado de la “inacabable riqueza natural de nuestras tierras”, si ya en 1875 se habían colonizado 3,5 millones de hectáreas en la provincia de Santa Fe y a escala de la pampa húmeda se alcanzaron las doce millones en 1890, a fines de la década del 20 se alcanza el límite de las tierras cultivables con alrededor de veinte millones de hectáreas. En esos años los ecosistemas pampeanos sufrieron su mayor transformación en base a los manejos aplicados, no a su naturaleza intrínseca, Antonio Brailovsky afirma que “Un aspecto poco conocido del desarrollo pampeano es que su suelo es obra humana, tan humana como una ciudad, una catedral o cualquier otro producto cultural. Este suelo, descripto tantas veces como “un regalo del cielo o de la naturaleza” es el resultado de las sucesivas etapas en el manejo agrario”.

Pero retomemos el estudio de cómo vivían los argentinos en esa época, los conventillos consistían en edificios con unas 25 habitaciones de tres por cuatro en torno a un patio central, Panettieri lo describe así “pocos son los conventillos donde se alberguen menos de 150 personas, todos son focos de infección” (1), en 1887 había 2835 y llegaron a albergar a más de 116.000 personas, el 26% de la población porteña. Para el año 1910 el número había disminuido a 2462 pero sus ocupantes eran 188.188 personas. El censo municipal de 1904 encuentra 559 conventillos “sin baño de ninguna clase”.

Si en 1914 los inmigrantes constituían el 80% de la población adulta de Buenos Aires, se contaban 500.000 hombres más que mujeres, lo que llevó a que fuera conocida como la ciudad de los prostíbulos. Las mujeres, que eran importadas por organizaciones de rufianería desde 1906, eran rematadas en salones exposición especiales e inclusive en teatros. Esa sociedad que contaba con banco y cementerio propio estaba constituida por 500 socios que poseían 2000 prostíbulos.

La situación de los trabajadores distaba de haber mejorado, en la Patagonia un esquilador trabajaba 16 hs diarias, y en las cámaras frigoríficas 12 hs. Este fue uno de los reclamos de los peones masacrados por el coronel Varela, veamos algunas otras comparaciones, de acuerdo con los datos de “El año social 1934-1935” de la OIT, la situación salarial era:

                                                          Canadá           Australia           Argentina

Mecánico                                           405 $                 261 $                   160 $
Oficial albañil                                   437 $                 303 $                  160 $
Carpintero                                         374 $                  312 $                   150 $
Pintor                                                  374 $                  312 $                   150 $
Trabajador ferroviario                   330 $                  215  $                  132 $

Pero analicemos niveles de vida:

Vehículos totales cada 1000 habitantes en 1926:
Canadá 97
Australia 67
Argentina 22

Consumo de electricidad:
Canadá 1558 kilovatios por persona, por año
Australia 385 kilovatios por persona por año
Argentina 120 kilovatios por persona por año

Depósitos totales en bancos e instituciones de ahorro en 1933:
Canadá 6.805.800.000 $
Australia 5.141.900.000 $
Argentina 3.619.300.000 $

Por habitante:
Canadá 645,70 $
Australia 788,03 $
Argentina 301,60 $

Mortalidad en 1932:
Canadá 9,9 cada 1000 habitantes
Australia 8,6 cada 1000 habitantes
Argentina 22,8 cada 1000 habitantes

Aquí podemos agregar que el promedio de vida en San Juan era de 25 años y en Buenos Aires de 39.

Esto es lo que ocurría en los años que nuestra “inteligencia” se llena la boca como que éramos “la cuarta potencia” del mundo y que superábamos a Canadá y Australia  en nivel de vida, y que por culpa del peronismo “hoy estamos lejos de esos países”, sin embargo, esto no ocurría porque fuéramos un país pobre:

Argentina tenía
2,68 vacas por habitantes
9,33 ovinos por habitantes
1 caballo por habitantes

Canadá tenía
0,86 vacas por habitantes
0,90 ovejas por habitantes
0,67 caballos por habitantes

Australia tenía
1,87 vacas por habitantes
17,16 ovejas por habitantes
0,27 caballos por habitante

Sin embargo, si observamos el valor de las exportaciones de cada país, vemos que en 1932, el valor de la tonelada exportada en dólares oro era de:

Australia 40 dólares
Argentina 20,79 dólares

Empezamos a entender porque el consumo de carne anual era en Inglaterra de 66 kgs y en Buenos Aires de 43 kgs, el de pescado 19 kgs y 3,5 kgs respectivamente y de papa 105 kgs y 66, teniendo en cuenta que Buenos Aires tenía niveles de vida muy superiores al resto del país, eso ocasionaba que el 30% de los jóvenes fuera declara inepto para el servicio militar y hubiera 800.000 analfabetos.

Resulta significativo analizar un aspecto de la economía, Argentina no era dueña ni de su Banco central, ni de su sistema de transporte, los frigoríficos eran ingleses o norteamericanos, las firmas exportadoras de cereales eran belgas y alemanas, el costo de los fletes y seguros quedaba en manos extranjeras, y los ferrocarriles eran ingleses. Esto no ocurría en los dominios británicos, ni en las potencias europeas.

En Alemania Bismarck consolidó la unidad con la centralización del sistema ferroviario por expropiación, lo mismo hizo Italia y Japón expropió los ferrocarriles el 31 de marzo de 1916. Lo propio pasaba en Canadá que los nacionalizó en 1917 y poseía un sistema ferroviario de primer nivel en 1932, en Australia sobre 44.356 km de vías férreas, casi 40.000 pertenecían a las provincias o estados, 3500 km al Estado central y solamente 1496 km eran particulares.

EE.UU, entre 1887 y 1920 consolidó una minuciosa intervención estatal controlando las tarifas, la formación de capital, los salarios, la contabilidad de las empresas y la orientación de las corrientes de tráfico.

Tomo este ejemplo porque si comparamos las entradas brutas de los ferrocarriles y las rentas nacionales entre 1890 y 1929, vamos a encontrarnos con una sorpresa:

Entradas brutas de los ferrocarriles         Rentas Generales de la Nación

1890                  26.049.042 $                                                     29.143.767 $
1917                  118.502.508 $                                                   111.918.071 $
1921                  200.583.793 $                                                   205.042.382 $
1929                  287.527.550 $                                                   325.342.942 $

   Le renta ferroviaria, apropiada por empresas inglesas, igualaba y hasta superaba, a veces los ingresos globales del Estado nacional.

   Ahora bien, es real que el país exportaba con altísimos niveles, tanto así que en 1928 sumó por tal rubro 1.017.400.000 $ mientras Japón sumaba 886.000.000 $ e Italia 789.000.000 $, lo que sería un índice de prosperidad, esto tenía no uno sino dos talones de Aquiles, el primero que exportaba carnes y cereales solamente por lo que sus productos tenían un valor por tonelada, muy inferior al de Australia, por ejemplo, como ya hemos visto y además el país quedaba expuesto al valor de esos productos en los mercados mundiales (igual que ahora), pero, además de esto, esos ingresos debían solventar los gastos por importaciones y servicios de deuda (igual que ahora), mientras que en Italia o Japón quedaba en el país.

 En ese mismo año 1928, de esos mil millones de ingresos, 200 millones se fueron en pagar dividendos de capitales extranjeros, 146 millones se fueron en importar…alimentos!, 381 millones en textiles, 70 millones en papel y cartón. Entre 1926 y 1935, se gastó en substancias alimenticias, tabaco, bebidas y textiles la friolera de 4.500.000.000 de $.

El manejo de los ferrocarriles le permitía a Inglaterra decidir que se producía o no en base al valor de los fletes, ingresar a sus arcas las ganancias de las empresas y además beneficiarse con el gasto en importaciones ya que era nuestro principal proveedor.

Semejante nivel de dependencia, despilfarro económico, en una clase oligárquica que no se privaba de “tirar manteca al techo” en sus incursiones de “niños bien”por Europa, o adquirir palacios enteros, desarmarlos y traerlos para rearmarlos en sus estancias, tenía su contrapartida en los niveles de mortalidad, hacinamiento, mala alimentación o defectos congénitos del pueblo argentino.

Hasta 1916 que entra en vigencia la ley Saénz Peña el pueblo carecía de derechos políticos, con ella llega al gobierno Hipólito Yrigoyen en representación de una clase media de empleados públicos, de bancos y seguros, docentes, profesionales, chacareros, que reclama su lugar en la política argentina, pretendía democratizar el poder sin modificar la estructura económica de la dependencia y la crisis económica mundial de 1930 se lo llevó puesto.

Ahí comienza la llamada “Década Infame”, se aplica la ley de Residencia para expulsar extranjeros indeseables y Leopoldo Lugones hijo, jefe de la sección especial de la Policía Federal incorpora la “picana eléctrica” y en 1931 es proscripto el Partido Radical y fusilados Severino Di Giovanni y Paulino Scarfó, nace el “Fraude patriótico” que lleva a Justo a la presidencia y un ministro anuncia que “Argentina es parte integrante del imperio británico”.

En 1943, había que elegir al sucesor de Castillo que había asumido la presidencia en 1942 a raíz de la muerte de Ortiz, el candidato era Robustiano Patrón Costas, el magnate azucarero que se irritaba cuando sus peones “lo miraban a la cara”, pero esa argentina que era “El sexto dominio” del imperio británico ya era un muerto insepulto, la crisis de 1930 marcó el comienzo del eclipse de ese imperio y empezaba a brillar una nueva estrella imperial, los EE.UU, el golpe del 4 de junio de 1943 fue su sepelio.

Por ello cuando escuchen la frase que da título a este artículo, en lugar de contar los años hasta el presente, recuerden que lo que terminó hace 77 años fue una historia de oprobio, de entrega del patrimonio, de hambre y de injusticia social, de despilfarro oligárquico vergonzoso, tanto que la reacción militar de 1943 fue una señal de agotamiento, de hartazgo, que no hubiera tenido destino sin la aparición de un hombre, un militar, Juan Domingo Perón y con él un modelo que aún hoy es un faro de dignidad y de justicia.

Bibliografía.
1) “Los Trabajadores.- José Panettieri, Buenos Aires, Edit. Alvarez, 1967.

Lecturas recomendadas.
“Memoria Verde. Historia ecológica de la Argentina”.-Antonio Elio Brailovsky y Dina Foguelman, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1991.

“Política Británica en el Río de la Plata”.- Raúl Scalabrini Ortiz, Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, novena edición, 1981.

“Revolución y Contrarrevolución en la Argentina” tomo IV “El sexto dominio”.- Buenos Aires, Editorial plus Ultra, 1972.

Omar Auton

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