Literatura Iberoamericana
Somos humanos, con fortalezas y debilidades; todo lo sentimos y nos afecta, y no es posible evitarlo. La vida, nuestra vida, no es nada fácil, porque se tienen sentimientos y, de ellos, se podría sentir dolor… Somos fruto del amor, porque nacimos por amor.

Por Claudio Valerio
Nostalgia Frente a los Ventanales
Qué fácil sería vivir si todo cambiara en una noche, con sólo dormir; y que, al despertar, ya no habría reproches.

Nos sería más fácil vivir si no doliera la traición del amigo, el desamor; y mejor aún si nos fuera posible detener el tiempo para nunca envejecer… ¡Qué fácil sería vivir!
Somos humanos, con fortalezas y debilidades; todo lo sentimos y nos afecta, y no es posible evitarlo. La vida, nuestra vida, no es nada fácil, porque se tienen sentimientos y, de ellos, se podría sentir dolor… Somos fruto del amor, porque nacimos por amor y, por amor, casi siempre lloramos.

La poeta y escritora México-estadounidense Oralia López Serrano, nos comparte suescrito y visión sobre la nostalgia; porque vivir y sentir no es fácil, no se trata de lo leído en libros de cuentos; y esto es por una sola razón; no estamos muertos, nuestro corazón palpita.
Frente a los Ventanales
De pie frente a mis ventanales y con mi mente asediada por la casta censura de la comodidad, me pregunto: ¿Por qué nada más no me siento en una resistente banca de hierro del parque continuo… a ver pasar la vida?
Mi vista se pierde en el perturbado horizonte, ¿cómo encontrar consuelo y energía en soledad?, ¿cómo? si hasta mi sombra está inmóvil, su inquietante invisibilidad me agobia. Y en medio de la muerte de mi propia sombra, en plena luz, en muchas ocasiones sólo soy palabra herida, salida de tono, manchada de impotencia, de sudor a castigo, de sueños mutilados que corren por las ciudades, los campos, por caminos empedrados, troncados y por calles revestidas de negro asfalto.
Sí, en la cotidianidad que me brindan los días, tránsito y tropiezo con seres vestidos de cadáveres, entre polvo de esqueletos que se infiltra por los desvanes de los cementerios de la existencia humana. Lamentablemente con las cuatro letras que se escribe odio me es imposible escribir amor. Y entre la vasta noche y la penumbra, el estallido de voces asilenciadas hace trizas a los relucientes espejos de cada palabra que esperanzada froto cual lámpara de Aladino.

Al caer de las tardes soy un incisivo acertijo. ¿Seremos todos marionetas sonrientes sin alma, con innovadoras e indefinidas luces?, pero con las mismas guerras, las mismas mentiras, y de dolor en dolor, éstas van aumentando mis propios dolores y heridas. ¿Por qué felicidad ahora parece sinónimo de posesiones?, ¿Por qué las herramientas emocionales enmohecidas de otros rigen nuestras vidas?, ¿Por qué?, ¿Por qué permitir que unos cuántos quebranten la existencia de la generalidad?
De pie frente a mis ventanales mi mente no para y mi corazón palpita rápido, no cesa, requiere que mi sombra adquiera energía, que me levante y me obligue a no estar jamás sometida… bajo el yugo conveniente de la comodidad que fragmenta la plenitud de la vida.
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Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires, Argentina), envío un Abrazo, y mi deseo que Dios te sonría y permita que prosperes en todo, derramando sobre ti, Salud, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.
Claudio Valerio (© Valerius)
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