Esto de vivir encerrados exacerbó nuestro ego, y el pensamiento de volatilidad. La vida es ahora. No fomentar relaciones personales, familiares, hay una demanda de ansiedad que solo la quita los ansiolíticos y antidepresivos.
María Elena Gómez Link
Sociedad Perturbada
Pareciera decir este tiempo que vamos atravesarlo robotizados. Anclados en las dudas y falta de optimismo para un futuro qué desde la presencia del ser humano sobre planeta, siempre tuvo un presagio apocalíptico.
El miedo es un compañero inexorable dentro de la psiquis. Invisible, pero visible en la descomposición del ser que lo padece.
Hay cierta uniformidad entre pensamiento, palabra, y la forma en que él individuo es atravesado por un estado panicoso.
¿Somos todo lo que pensamos? Somos a partir de experiencias propias y compartidas, por supuesto que en ella se haya albergado el pensamiento creador de todo lo que manifestamos.
Nuestra naturaleza humana tiene un gran síndrome de “Bestialidad”. Somos intrínsecamente violentos, modernos. Llenos de aparatos que están a nuestro servicio, pero qué a la vez, se sirven de nosotros, para mostrar el paradigma del deseo no constructivo sino destructivo.
Mientras miles de personas mueren en el hambre, guerras, hechos vandálicos, la sociedad se regodea en el poseer, y administrar máquinas con inteligencia artificial. Nos descartamos a nosotros mismos.
Una sociedad dialéctica, que no sabe bien hacia dónde va ni porqué.
El confronte es instantáneo. A cada cosa que es requerida y no comprendida se desata con gran envergadura el caos.
Nos apuramos a llegar ¿A dónde? A un vacío existencial sin precedentes.
Porque los márgenes del individualismo están más activos que nunca.
Esto de vivir encerrados exacerbó nuestro ego, y el pensamiento de volatilidad. La vida es ahora. No fomentar relaciones personales, familiares, hay una demanda de ansiedad que solo la quita los ansiolíticos y antidepresivos.
¿Es posible pensar, para luego existir? Cómo decía Descartes.
La sociedad y los individuos que la componen no se piensan, dejaron de existir, hace rato.
Consumidos entre aparatos, cables, frustraciones, y pantallas que nos absorben. Hay una sociedad no pensante, irresponsable del futuro.
Detrás hay manipuladores que nos articulan como muñecos, estos son diseñadores del poder destructivo.
Con una semántica convencional, arrasadora de cualquier idealismo, se impone frente al desasosiego de una sociedad que camina a la deriva.
Se oprime y obstruye el pensamiento, estamos comprimidos por las redes sociales, los streaming, medios de comunicación análogo.
“Todo lo que es real, es racional y todo lo que es racional es real. La idea no es separable del ser real y de lo efectivo, sino lo real o lo efectivo es el desarrollo mismo de la idea y viceversa. Todo lo que existe o sucede está dentro de lo absoluto, todo es pensamiento” – Hegel-.
En este no pensamiento de la propia materia, del realismo presentado
Como catástrofe, el lineamiento con lo meramente subjetivo, impuesto
es trasladado al individuo a través de imágenes, palabras que irrumpen
en la visión y la comprensión cómo un cambio disruptivo, haciendo
que los más jóvenes entren en el proceso de creerse los salvadores de la humanidad.
Como decía Kant: “La salida del hombre de su auto culpable minoría de edad. La minoría de edad, significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la guía de otro”.
Escritora
Buenos Aires – Argentina