Incertidumbre económica global: Las disputas entre dos de las mayores economías del mundo generan incertidumbre en los mercados financieros, lo que puede frenar la inversión extranjera directa y ralentizar el crecimiento económico global.
Por: José Darío Dueñas Sánchez (*)
Como Podría Afectar la Globalización un Conflicto Comercial Entre Estados Unidos y China
La globalización, al interconectar economías, hace que los conflictos entre grandes potencias como Estados Unidos y China tengan efectos que se extienden mucho más allá de sus fronteras. El enfrentamiento comercial entre estos dos países puede afectar negativamente a la globalización de varias maneras:
Muchas empresas dependen de componentes fabricados en China o EE. UU. para ensamblar productos en otros países. Las tarifas, restricciones o sanciones pueden interrumpir estas cadenas, obligando a las empresas a buscar proveedores alternativos, lo que puede aumentar costos y reducir eficiencia.
Las tensiones comerciales pueden alentar a otros países a adoptar políticas proteccionistas, como aranceles o subsidios, para proteger sus industrias. Esto va en contra del espíritu de la globalización, que promueve el libre comercio.
Las disputas entre dos de las mayores economías del mundo generan incertidumbre en los mercados financieros, lo que puede frenar la inversión extranjera directa y ralentizar el crecimiento económico global.
EE. UU. ha impuesto restricciones a empresas tecnológicas chinas como Huawei, y China ha respondido con medidas similares. Esto puede llevar a la creación de dos ecosistemas tecnológicos separados, lo que limita la interoperabilidad y la innovación global.
Muchos países en desarrollo dependen del comercio con EE. UU. y China. Las tensiones pueden reducir la demanda de exportaciones, afectar los precios de materias primas y limitar el acceso a tecnologías clave.
Si las grandes potencias ignoran las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) o bloquean su funcionamiento, se debilita la confianza en el sistema multilateral que sostiene la globalización.
El enfrentamiento comercial entre Estados Unidos y China tiene efectos significativos en los países en desarrollo, que suelen ser más vulnerables a los cambios en el comercio global.
1. Reducción de la demanda de exportaciones
Muchos países en desarrollo exportan materias primas o productos manufacturados a China y EE. UU. Cuando estas economías se enfrentan, la demanda puede disminuir, afectando los ingresos por exportaciones. Por ejemplo:
Países africanos exportadores de minerales a China pueden ver caer sus ingresos si la industria china se desacelera.
Países latinoamericanos que exportan alimentos o productos agrícolas pueden enfrentar menor demanda o precios más bajos.
2. Desviación del comercio
Algunas economías pueden beneficiarse temporalmente si sustituyen productos afectados por aranceles. Por ejemplo, Vietnam y México han ganado participación en sectores como la electrónica o el textil. Sin embargo, esta ganancia es frágil y depende de decisiones políticas externas.
3. Inestabilidad financiera
Las tensiones comerciales generan incertidumbre en los mercados financieros, lo que puede provocar:
Salida de capitales de países emergentes.
Devaluación de monedas locales.
Aumento en el costo de financiamiento externo.
4. Dificultad para integrarse en cadenas globales de valor
Los países en desarrollo suelen integrarse en cadenas de suministro como proveedores de componentes o ensambladores. La fragmentación de estas cadenas puede limitar sus oportunidades de desarrollo industrial y tecnológico.
5. Acceso limitado a tecnología
Las restricciones tecnológicas impuestas por EE. UU. a empresas chinas pueden afectar a terceros países que dependen de tecnología asequible proveniente de China, como redes 5G, paneles solares o dispositivos electrónicos.
6. Presión geopolítica
Algunos países se ven forzados a tomar partido entre EE. UU. y China, lo que puede afectar sus relaciones diplomáticas, acceso a financiamiento o cooperación en infraestructura (como la Iniciativa de la Franja y la Ruta).
Conclusión
El conflicto comercial entre EE. UU. y China representa un desafío serio para los países en desarrollo. Aunque algunos pueden beneficiarse a corto plazo por la reconfiguración del comercio, la mayoría enfrenta riesgos como menor crecimiento, inestabilidad financiera y pérdida de oportunidades de desarrollo. En un mundo globalizado, las tensiones entre grandes potencias no se quedan entre ellas: se propagan y amplifican, afectando especialmente a los más vulnerables.
(*) Consultor de Negocios