Anécdotas
Fecha de Publicación:
Una Estrella Prisionera
“¡Pelotudo, pelotudo, parala! ¡No te das cuenta de la belleza de este momento, imbécil!”
Una Estrella Prisionera

Encarcelado y torturado durante dos años en el Uruguay, donde residía refugiándose en una dictadura paralela de la dictadura militar argentina, cuenta esa etapa sin regodearse en el sufrimiento, sino destacando el valor de la solidaridad recibida de los músicos y compositores de todo el mundo.

“Entonces impusieron sanciones para impedir que nos diéramos ese placer”
“Todo funcionaba de ese modo. Los presos teníamos que hurgar mucho en nuestra astucia e imaginación para encontrar a veces pe­queñas alegrías. Alguna alegría para enfrentar la ferocidad de la máquina. A veces cuando había limpieza de celdas, aprovechando que todos salíamos al pasillo, podías filtrarte en otra celda. Y ver al gallego Maneiro hablar con una paloma que era una visitante asidua de esa celda. El gallego dibujaba muy bien y hacía cosas hermosas en cuero.

JL: -¿En esos trabajos al menos no había censura?
MAE: -Sí que la había, pero resultaba más fácil burlarla. Creo que la imaginación creadora del Gallego o del Punta Fina y muchos otros compañeros, llegó a crearles más de un problema a los censo­res. . . A veces un censor se presentaba en la celda para urgirlo a que descifraran el mensaje que había en un dibujo. Si el compa­ñero en cuestión era audaz, solía responder: “No hay ninguna doble intención. Si usted cree que sí, búsquela”. Finalmente implantaron sanciones ideológicas. Se prohibió cualquier flor que pudiera parecerse a una rosa, porque podía evocar un símbolo socialista. El pescado, por aludir a la vieja resistencia cristiana. Una mujer encinta, pues en su vientre contenía el germen de la subversión. Una paloma, porque simboliza la paz….

 JL: -¡Es increíble!
MAE: -Sí.

JL: Sin embargo dejaban entrar una paloma en la celda de tu compañero…
MAE. -Sí, lo de las palomas los perturbaba mucho. Para nosotros era vital acariciar el bichito.

Sentir su calor y la palpitación del corazón. Era una relación sensorial. Entonces impusieron sanciones para impedir que nos diéramos ese placer. Los militares irrumpían en las celdas investigando si en las ventanillas habíamos puesto una miga de pan para atraer a las palomas.

Había que aguzar el in­genio. Conseguíamos que las palomas volvieran y hasta volaran dentro de la celda. Eso resultaba un espectáculo increíble para nosotros: la vida y el vuelo. El fin de la historia es que un energúmeno hizo envenenar a las palomas.
Miguel Ángel Estrella  – Música para la Esperanza 
Conversaciones con Jean Lacouture – Ediciones de la Flor – 1985

“¡Pelotudo, pelotudo, parala! ¡No te das cuenta de la belleza de este momento, imbécil!”
“Al llegar a mi celda, oí decir al mismo sargento: “Prepare sus cosas. Todas sus cosas. Será trasladado a otro penal”. Pedí autorización para dejar mi teclado mudo al Indio Paladán, un compañero músico, pero se negó. No me autorizaron para despedirme de ningún compañero.

Me condujeron a una revisación médica, y de allí a la Isla. Un guardia me apuraba, pegándome bastonazos para que avanzara rápido. Yo arrastraba los pies, tratando de encontrar caras de compañeros para decirles adiós con una mirada. No veía a nadie, pero oía gritos y cantos que sólo podían provenir de mis compañeros. Al salir al campo, miré hacia el celdario. Divisé las cabezas asomadas a las ventanitas de las celdas. Los gritos y los cantos crecían. Un himno a la libertad que me sobrecogía de emoción: “Sé feliz Chango y no te olvides de nosotros. Decile al mundo lo que es esto. Deciles a los músicos que son extraordinarios y que lo que han hecho por vos lo han hecho también por nosotros. No nos olvides hermano”. Me abracé al teclado llorando. Es el momento más bello que pasé en la cárcel. Sentía la grandeza que había en las palabras que escuchaba. El guardia cárcel estaba enfurecido y me pegaba cada vez más violentamente con el bastón para que avanzara, yo estaba inmovilizado por la emoción y cuando arreciaron los bastonazos le grité: “¡Pelotudo, pelotudo, parala! ¡No te das cuenta de la belleza de este momento, imbécil!”.
Miguel Ángel Estrella  – Música para la Esperanza 
Conversaciones con Jean Lacouture – Ediciones de la Flor – 1985

Miguel Ángel Estrella – Veintitrés – 09-10-03
Temas
Comentarios
Testimonio, Conciencia y Reflexión
Ecoturismo y Más

Ecoturismo y Más

El ecoturismo es una forma de viajar responsable que puede tener un impacto positivo en las comunidades locales y en el medio ambiente. Al elegir el ecoturismo, podemos contribuir a la conservación de la naturaleza y al bienestar de las comunidades locales...
Literatura Iberoamericana
Ser Más Libre…

Ser Más Libre…

El migrante tiene la necesidad de reconstruir su vida y, para ello, deja su zona de confort y, dispuesto a enfrentar incertidumbre y duelo migratorio, enfrenta los desafíos de un nuevo entorno laboral y nueva cultura; requiriendo para ello resiliencia y adaptación.
- Central -
Julián Centeya: Cuore  Griyo

Julián Centeya: Cuore Griyo

¿Quién era ese que habla con tono melancólico pero sin golpes bajos? Con voz enfática y casi como de reclamo por la ausencia, pero que señala la diferencia entre lo que ya no queda de lo que ya no existe...
Al Pie de la Letra
Papá Noel

Papá Noel

Recuerdo que en aquel momento saqué la foto de mi mesita de luz y le mostré que Papá Noel no se parecía en nada a mi papá Francisco, él se rio a carcajadas y yo lloré a mares. Le conté a Martita, ella me miró con pena y también con un dejo de orgullo.
El Arte de la Culinaria
Como un Tributo a la Vida

Como un Tributo a la Vida

Evitemos la precariedad de nuestra condición humana. Mujeres, hombres, evitemos realizar actividades egoístas y optemos por vivir una vida más espiritual. La vida es hermosa y, en ella, el viento travieso casi nos invita a hacer una ronda como compañeros.
Columnistas
Más Artículos