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El Secreto de Sus Ojos
HISTORIA DE UNA OBRA MAESTRA – DISPONIBLE EN PRIME VIDEO
El Secreto de Sus Ojos

Benjamín Espósito (Ricardo Darín) va a buscar a su amigo y compañero de trabajo en Tribunales, Pablo Sandoval (Guillermo Francella) al mismo bar de siempre en donde el hombre suele beber de más.

Ambos están trabajando en la investigación de un asesinato. El asesino es esquivo, no dejó rastros evidentes y su domicilio es ficticio. Las horas pasan y los fiscales no tienen elementos para avanzar. El caso parece ir congelándose.

Sandoval está en el bar, como siempre. Está borracho, como siempre, rodeado de sus amigos anónimos, los compañeros de copas, las mismas tres caras cuyos rasgos se borronean a medida que los vasos de alcohol se acumulan en la barra. Pero Pablo está más excitado que siempre. Ha descubierto algo en las cartas que el presunto asesino le mandaba a su madre. Un código, tal vez involuntario, que delató su amor por Racing Club.

Entonces, le explica a un atónito Espósito porque aquellos nombres de futbolistas que aparecían en las misivas son tan importantes.

El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión… pero hay una cosa que no puede cambiar…no puede cambiar de pasión.

Un simple detalle cambia todo el caso. La esperanza parece resurgir y para el dúo de investigadores todo se destraba. Algo tan inherente al ADN argentino se convierte en una clave. La historia policial avanza, la película continúa.

El secreto de sus ojos, film dirigido por Juan José Campanella, que adapta la novela de Eduardo Sacheri titulada La Pregunta de sus ojos, se ha convertido rápidamente en un clásico del cine nacional. Fue un fenómeno cuando se estrenó, rompiendo récords de taquilla, y hasta se dio el lujo de ganar un Oscar a mejor película internacional, el segundo en la historia después de La Historia Oficial en 1985.

La trama gira en torno a Espósito, Sandoval e Irene Menéndez Hastings, interpretada por la gran Soledad Villamil. Ellos toman el caso de Ricardo Morales, en la piel de Pablo Rago, quien repite el doblete inédito de haber participado en dos películas ganadoras de Oscars. Morales quiere encontrar al asesino de su novia, quien murió de forma violenta tras haber sido violada. Espósito se toma el caso de forma personal, dice que nunca vio una mirada como la de Morales, anclada en el tiempo, suspendido en el momento en el que su vida cambió para siempre.

La narración alterna entre el pasado, en la década del 70, justo antes del comienzo de la dictadura militar, y el presente, con Espósito e Irene reencontrándose para hablar de la vida, de los amores que no fueron y que podrían haber sido y, por supuesto, de aquel caso que quedó suspendido en la mente del empleado judicial.

Espósito intenta escribir una novela del caso, para exorcizar los demonios, y pese a que a mitad del largometraje parece que el asesino ha sido atrapado, El Secreto de sus Ojos esconde sorpresas en su narrativa permanentemente.

El elenco brilla. Francella, como hablamos en la nota de El Encargado el pasado martes, se reinventó frente a un público que estaba acostumbrado a verlo en comedias solamente. Villamil y Rago dan cátedra en cada escena que aparece, y los demás actores que completan el universo del film dejan todo para brindar un espectáculo memorable. Darín da una prueba más de su jerarquía.

La dirección de Campanella es un logro en sí. La famosa escena sin cortes de edición en la cancha de Huracán es fabulosa, y algo que no se había visto en nuestro país jamás. El aspecto visual es tan impecable como el tacto que tiene el cineasta para obtener las mejores actuaciones de sus actores. Los diálogos se sienten naturales, las puestas en escena siempre apelan a la creatividad.

Uno puede estar viendo a dos personajes hablar durante cinco minutos y el manejo de los encuadres le aporta una agilidad visual que beneficia la fluidez del relato.

El costumbrismo que tanto le gusta al director se mezcla con el policial, y este aspecto también destaca. Tanto la persecución como toda la investigación se amalgama sin problemas con el drama. La novela original, un éxito editorial y, aparte, una obra escrita de forma exquisita, facilitó un poco la labor de la adaptación. La tensión a medida que los datos comienzan a cerrar y el yugo de la dictadura empieza a florecer es palpable. Es imposible no sentirse identificado con los protagonistas. El efecto que consigue todo el equipo técnico es hipnótico.

A esta altura es difícil que algún amante del séptimo arte no haya visto El Secreto de sus Ojos, pero quien no lo haya hecho se está perdiendo una experiencia única. Es un film ideal para introducir a quienes no disfrutan el cine nacional, es una de las pruebas más contundentes que ha dado la industria mainstream sobre la capacidad de generar historias de calidad.

Para quienes quieren revivir las emociones o descubrirla por primera vez, El secreto de sus ojos se encuentra disponible en Prime Video.        

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