Inspirados en las obras de Vincent Van Gogh, el artista Miguel Lucero realizó unos bocetos de ilustraciones para el libro  “Las Marcas que son Genéricos” que evocan algunos de los genéricos y les da un sentido onírico para resaltar las marcas.

Los Girasoles

Doce Girasoles en un Jarrón fue la primera pintura de una serie realizada por Van Gogh. Cuando pintó este cuadro, en agosto de 1888, acababa de mudarse a Ades, en el sur de Francia, y planeaba montar una comunidad artística en su casa. En este pueblo vivió una fase de producción espectacular, alternada con crisis de alucinaciones, que lo llevarían más tarde a la internación.

Después de invitar a Paul Gauguin a vivir con él, decidió renovar la decoración de su casa. Así describió sus planes a su hermano Theo, en una carta de agosto de 1888: “Ahora, que espero vivir con Gauguin en un atelier solo nuestro, pretendo decorarlo. Estoy pensando en colgar media docena de cuadros de girasoles, una decoración en la cual amarillos de tonos diferentes brillaran sobre fondos variados de azul, todo enmarcado por ripas de madera pintadas de naranja”.

Doce Girasoles en un Jarrón fue pintado cinco meses antes de que Van Gogh cortara un pedazo de su propia oreja.

Locura y soledad

Por siempre, el pintor holandés será recordado como un genio, y también como un loco. El episodio en el cual se mutiló su propia oreja marco su historia, contribuyendo a su mitificación. La locura, sin embargo, tuvo apenas una relación indirecta con su obra. Cuando entraba en crisis, Van Gogh era incapaz de pintar o escribir. Era en los momentos de lucidez en los que creaba. Los médicos que lo trataron llegaron a varios diagnósticos esquizofrenia, epilepsia, alcoholismo. Lo que se sabe con certeza es que el artista, cuando pasaba por crisis  sufría alucinaciones terrible durante varios días. En los momentos de calma, manifestaba un comportamiento normal.

Van Gogh nunca se llevó bien con sus padres y tuvo pocos amigos. Era incapaz de ganar dinero para sustentarte y acostumbraba a entregarse a pasiones no correspondidas. Su único nexo con el mundo fue su hermano Theo. Además de garantizarle el sustento, Theodorus le escribía constantemente, Las primeras crisis nerviosas las tuvo en Londres, después de que el artista sufriera su primera decepción amorosa, con una joven llamada Úrsula.

Durante tres años, el artista buscó refugio en la religión. Llevó su fervor espiritual hasta las últimas consecuencias, renunciando al confort para cuidar a los demás. Posiblemente durante esa época su salud empeoró. “Pregunta al médico si las noches a no tener siquiera un trozo de pan para comer, si los problemas con los amigos y la familia no son responsables,  al menos en parte, por mis cambios de humor”.

A los 27 años, descubrió que pintar seria su única salvación. El arte, sin embargo, no lo aproximó a las personas. Es más, en sus diez años de carrera, continuo siendo incapaz de vivir en sociedad. Se apasiono por Clasina María Hoornik, una prostituta alcohólica. La relación duro apenas un año. A continuación, se relacionó con Margot Begemann, una vecina de sus padres. Las familias estaban en contra de este amor, y Margot llego a intentar el suicidio. Después de esto, Van Gogh pasó la mayor parte del tiempo solo, en cuartos de alquiler en Holanda y Bélgica. Entre 1886 y 1888, intentó en vano compartir una casa con su hermano Theo. La solución fue mudarse a Arles, en 1888. Y allí vivió el mejor periodo de su vida.

Después de varias invitaciones, Paul Gauguin aceptó vivir con Van Gogh en 1888. Pero la relación entre los dos pintores se deterioró en pocos meses. En abril de 1889, se casó con Johanna Bogner, hermana de un amigo. Sin embargo, esta relación también duró poco. El mes siguiente, decidió  internase en el asilo de Saint- Rémy. “Deseo ser internado provisoriamente, no solo para mi propio descanso, sino también para el de los demás”, escribiría en esa época. En Auvers-sur – Oise, recibiría los cuidados del médico Paul Gachet.

En esa época, sintió por primera vez  que podía perder el apoyo de su hermano, que sufría con la enfermedad de su hijo. Posteriormente discrepo con Gachet , lo que aumento aun su desesperación. Totalmente solo, decidió dar fin a su vida, a los 37 años, con un tiro en el pecho.

En diez años, 800 cuadros.

Van Gogh, dejó cerca de 800 pinturas, además de algunas centenas de dibujos. A pesar de haber esbozado sus primeros dibujos en la infancia, solo pasó a dedicarse a la pintura a los 27 años. En Bruselas (Bélgica), el artista inicio su carrera elaborando dibujos y estudios copiados de Jean- François Millet, pintor francés que retrataba la vida rural.

En 1882,  ya en el atelier financiado por su hermano, realizó los primeros cuadros al óleo. Al principio, estuvo influenciado por la escuela de La Haya, orientada hacia la pintura de paisajes. Un ejemplo es En la Playa de Scheveningen, de 1882. En esta pintura, las lecciones de Millet se combinaban con el estilo personal del pintor, que se revelaba en el trabajo diferenciado con el color.

Entre 1881 y 1885, la obra de Van Gogh refleja su interés por las cuestiones sociales: el artista retrataba campesinos, tejedores y mineros, generalmente en tonos oscuros y melancólicos. Uno de los grandes ejemplos de esta etapa es Los Comedores de Patatas, tela de 1885. La mudanza hacia Antwerp (Bélgica) en ese mismo año, provocó una alteración en sus temas. Van Gogh dejó de lado los motivos sociales y paso a experimentar más. Uno de los artistas que más lo influencio en esa época fue el pintor flamenco Peter Paul Rubens, con el colorido alegre de su estilo barroco.

Fue en Paris, sin embargo, que el trabajo de Van Gogh sufrio una verdadera transformación. Entre 1886 y 1888, el pintor conoció el Impresionismo y sus representantes, entre ellos Pisarro y Renoir. Enseguida aprovechó los elementos impresionistas, adaptados a sus propias intenciones. Había, sin embargo, una diferencia básica: mientras los impresionistas usaban el color para reproducir imágenes reales, Van Gogh lo manipulaba para expresar sus sentimientos. “En lugar de intentar reproducir exactamente lo que tengo frente a mis ojos, uso el color de modo arbitrario, con el fin de expresarme con más vigor”, diría en una de sus cartas a su hermano Theo. Otra influencia notable la ejercieron los xilograbados japoneses, en obras como la serie Japonaiserie y, más adelante, el Autorretrato con la Oreja Cortada.

Una verdadera furia creativa siguió a su mudanza a Arles, en el sur de Francia, en 1888. En los últimos tres años de vida, Van Gogh pintó más de 400 cuadros. En esta etapa, el estilo del artista estaba bastante definido, con sus pinceladas vigorosas y el empastelamiento de la tinta. A partir de entonces, amarillos intensos y vividos rojos, colores reverenciados por el artista, servirían para crear efectos, expresando sentimientos. Van Gogh dejó el asilo y se fue a vivir a las proximidades de la casa de su hermano. Un mes antes de su muerte- cuando pintaba un cuadro por día-, el holandés realizó Campo de Trigo con Cuervos, otra obra maestra en la que exhibía de manera contundente, toda la tristeza y soledad de sus últimos momentos.

Oreja Cortada a la navaja

En el día 23 de diciembre de 1888, Paul Gauguin decidió salir de noche. Ya le había comunicado a Van Gogh su deseo de marcharse. Temiendo que Gauguin se fuese definitivamente en cualquier momento, el pintor holandés acostumbraba seguirlo. Esa noche no fue diferente. Hay dos versiones para explicar lo que ocurrió. En la primera, Gauguin habría conversado con su amigo, convenciéndolo para que volviera a su casa.

En la otra, habrían discutido acaloradamente. Sea como fuere, Gauguin decidió pasar la noche en un hostal. Al volver a casa, Van Gogh, en medio de unas terribles alucinaciones, se cortó un pedazo de la oreja izquierda. Después envolvió el pedazo cortado en un pañuelo y se fue a un burdel. Allí se le ofreció a una prostituta llamada Rachel, según algunos, el motivo de sus disputa con Gauguin. Luego, volvió a su casa y se acostó.

Horas después, fue encontrado por la poesía, que lo llevó al hospital. Gauguin partió inmediatamente y nunca más volvió a ver a su amigo. Van Gogh estuvo catorce días internado y dejo una pintura sobre el accidente, Autorretrato con la Oreja Vendada.

Diecinueve meses después, se suicidó