Muchos padres habrán observado que en determinado momento a sus hijos les interesan las historias de terror; este género los apasiona desde la literatura, el cine, el teatro y la televisión.
Nos preguntamos por qué gusta el género del terror. Parecería que existe un placer ligado a la sensación de miedo. Dicen los chicos: “Me da miedo, pero me gusta”, “Me asusta, pero está bueno”. Sensaciones opuestas, pero ambas generan placer.
Podríamos pensar que ser espectador o lector, no es lo mismo que ser protagonista, en este sentido el malestar, angustia, sufrimiento o muerte quedan del lado del “otro” y a su vez se reconoce a la escena como si se tratase de un juego, de un “como sí”, no es verdad tampoco realidad.
Freud en relación con este tema escribió el texto: “Personajes psicopáticos en el teatro” y dice, el placer que siente el espectador o lector con una determina historia es porque las cosas le pasan a los personajes quedando uno por fuera y a salvo, donde lo que no entra en juego es la sexualidad y la muerte, dos temáticas pilares y fundamentales para la vida de un sujeto y para el psicoanálisis. Este género permite juguetear con la cara de la muerte, pero todo queda ahí, nada es cierto, la cosa es cuando se cruza al plano de la realidad, donde el “goce” por el sadismo y el masoquismo se ponen en marcha.
Los padres son los custodios en la crianza, educación y estimulación de sus hijos, son quienes habilitan o no a ver, leer, escuchar o participar en determinada historia.
La maduración psíquica del niño posibilita estar o no preparado para disfrutar, la edad es estimativa depende de cada uno; cuando se asusta, angustia o sufre aún no se encuentra preparado para entender. En cambio si ellos saben que se trata de un juego lo viven de otra manera, porque entienden de la reversibilidad de la muerte. La actuación permite repetir cuantas veces sea la misma escena, quien muere de mentiras seguirá viviendo en la realidad.
En el famoso film “La vida es bella”, recordamos a ese padre insistiendo continuamente a su hijo que todo es un juego, nada es verdad; este padre sabe lo terrible y traumático que es elaborar la muerte, las ejecuciones, la guerra, el encierro y la incertidumbre en un campo de concentración en la época de la segunda guerra mundial.
Los padres deben observar a sus hijos las reacciones que tienen, si se asustan o si les interesa, también es importante respetar sus gustos y no forzarlos.
En la pubertad muchos chicos siguen sintiendo miedo por este género, sin embargo la función identificatoria con los otros de su edad hace su labor, formar parte del grupo es importante y aunque el género del terror asuste el placer estará dado por compartir con los pares lo mismo.
En todo caso, la cuestión a discutir será si esto genera placer o displacer.
Lic. Claudia Karabaic
Psicóloga del Equipo de Redba
Consultas WhatsApp: 11-6883-2280