Me Como las Manos
El paciente sentado frente a mí se lleva una mano a la boca y comienza a mordisquearse la cutícula de uno de sus dedos. Observo e intervengo:
– ¿Qué hace? Pregunto
–Ah, exclama, me como las manos.
– ¿Se come las manos? intervengo
–No licenciado me estoy sacando un pedazo de cutícula. Responde con cierta sorna.
–Aha. Dije. Pero usted dijo “me como las manos” Completé.
–Bueno. Con disgusto se defiende. Está bien Licenciado. Pero quise decir la cutícula.
–Bueno. Intervengo. Pero dijo las manos. ¿Porque se come las manos?
Se ríe tratando, de salir de la cuestión. –No sé. Responde finalmente.
– ¿No sabe? ¿Que se le ocurre? pregunto apelando al método freudiano de asociación libre.
–No sé. Repite defensivamente. Será porque trabajo mucho….
Hasta aquí el relato de ese tramo de la sesión, lo que siguió fue una descripción de situaciones laborales que le acuciaban y no podía resolver. Al final de la descripción se le ocurrieron varias formas de enfrentarlas para resolverlas.
Un tiempo después me informa que ya no se come las manos y que hizo lo que yo le dije que hiciera para resolver las situaciones laborales…//
Aparece claramente que la elaboración por medio de la verbalización permitió que se levante la inhibición, se libere la creatividad, el pensamiento fluya y los obstáculos pierdan envergadura, pero esto no es sino frente a un otro que cause.
Aclaración necesaria, en ningún momento aporte soluciones al problema laboral, aunque me lo atribuya.
“Relatos No Velados – El Psicoanálisis Cura”
Lic. Ricardo Galarco