Aunque no es tan simple podemos pensar que las personas somos seres pensantes que sentimos y compartimos nuestra existencia con otros y por ello aparecen diferencias, disputas y toda clase de enfrentamientos.
Qué bien Nos Vendría…
Mario Benedetti[1] en su libro “Un amor eterno” escribió:
“Que bien nos vendría un abrazo que nos acomode un poco. Que nos haga ver que no estamos tan solos. Ni tan locos. Ni tan rotos”.
¿Para qué pensar en un abrazo?
¿Cómo tomar las palabras de Benedetti y aplicarlo en nuestra cotidianeidad?
Aunque no es tan simple podemos pensar que las personas somos seres pensantes que sentimos y compartimos nuestra existencia con otros y por ello aparecen diferencias, disputas y toda clase de enfrentamientos.
En una situación de conflicto los protagonistas argumentan, manifiestan con palabras y gestos sus emociones, expresan de todas las maneras posibles que quieren y esperan.
En un proceso de Mediación estas primeras expresiones o versión del conflicto representarían las posiciones de las partes.
Mientras lo visible, lo dicho, lo declarado es la posición. Lo que subyace, lo oculto y lo no explicado son los intereses.
En una confrontación las emociones pueden impedirnos la toma de decisiones de forma lógica, tranquila, escuchando al otro, atentos a las palabras y gestos que el otro protagonista manifiesta.
Es importante acudir a estrategias que nos permitan gestionar las emociones, por ejemplo:
Estas acciones como:
● Tomar agua, respirar
● Meditar
● Caminar, correr, hacer ejercicios
● Cantar, bailar, escuchar música
Son estrategias que nos permiten abordar nuestras emociones, no dejarnos ganar por ellas, habilitarlas, darles su espacio para recoger información y aprender.
En el proceso de Negociación o Mediación cada protagonista (o parte) juega un papel fundamental: colabora con el otro para juntos acordar una salida que beneficie a ambos.
En el proceso de resolución acordada de conflictos cada protagonista cuenta su versión, argumenta y expone sus necesidades y sentimientos.
Ambos se escuchan en reuniones conjuntas o individuales (con el mediador) tratando de proponer algunas salidas para el conflicto que los satisfaga.
Ambos deben poder desarrollar empatía a través de la escucha activa y de acomodar sus almas/corazones.
Por eso…
Ser capaces de entender, aceptar y acompañar al otro, aun en el disenso, es el mejor camino, el camino que educa para la Paz.
[1] Mario Benedetti, fue un escritor uruguayo, integrante de la Generación del 45, uno de los más reconocidos en la lengua española.