Para mejorar la convivencia en el ámbito educativo es necesario que familias y escuela puedan repensar y resignificar los vínculos interpersonales, los procesos de inclusión, y los pensamientos (sentimientos, necesidades, intereses…) ajenos.
Convivencia Saludable
En las últimas décadas se produjeron cambios sociales, políticos y culturales marcando un camino de transformación hacia una nueva concepción de la convivencia.
Se considera la convivencia como construcción social y colectiva que se asienta en la igualdad del trato y de oportunidades basado en el respeto de todos para todos.
Durante el año 2006 en nuestro país, Argentina, se promulgo la Ley Nº 26150, Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI) que enfoca temáticas que promueven la construcción de subjetividades atravesadas por conceptos como:
● Ciudadanía
● Derechos
● Genero
● Sexualidad
Si consideramos la escuela una puerta de entrada para:
● Garantizar los derechos
● Promover los derechos
● Construir un mundo basado en los derechos de las personas
Entonces la ESI es una herramienta que permite construir ciudadanía democrática y participativa a partir de:
Con la aplicación de la ESI se busca consolidar la responsabilidad en:
● Toma de decisiones
● Cuidado del cuerpo
● Relaciones interpersonales.
Comparando ESI y la convivencia podemos inferir la mutua relación que existe entre ambas
Es decir, como objetivos compartidos podríamos destacar que ambas promueven actitudes responsables para la persona y los otros además de procurar la igualdad de trato y oportunidades.
Para mejorar la convivencia en el ámbito educativo es necesario que familias y escuela puedan repensar y resignificar los vínculos interpersonales, los procesos de inclusión, y los pensamientos (sentimientos, necesidades, intereses…) ajenos.
1. Tratar al otro como quiero ser tratado
2. Mi límite es el otro
3. Los pensamientos, necesidades, emociones y sentimientos del otro son tan importantes como los míos.
4. Escuchar, respirar, pensar y luego responder
En definitiva:
Dejar huella[1] es la capacidad que tienes de marcar la vida de los demás, ya sea de forma positiva o negativa.
Para algunos dejar una huella significa crear un legado duradero en la historia. Y para otros…es hacer la diferencia en la vida de aquellos que nos rodean.
Provoca un impacto significativo en los otros que lo perciban.
Pero…. ¿Qué ocurre cuando tenemos conflictos con el otro? ¿Qué hacemos?
Mientras los conflictos son hechos disruptivos existentes en las relaciones interpersonales, resolverlos de manera pacífica, posibilitaría cimentar una convivencia saludable.
La resolución de conflictos es una temática que debería hacernos pensar y repensar no solo en su abordaje sino además en la forma de hallar respuesta satisfactoria a los protagonistas sin dejar de centrarnos en las relaciones (laborales, compañerismo, subordinado, etc.) que los une y debería continuar luego del conflicto.
Podemos reconocer dos formas distintas de resolver los conflictos:
a. Tradicional como por ejemplo el juicio (método adversarial).
b. Alternativos como la mediación, negociación, la conciliación y el arbitraje (método colaborativo)
Los métodos alternativos son considerados como métodos colaborativos, ya que se busca que los protagonistas del conflicto puedan hallar una solución acordada, que los satisfaga a ambos (ganar-ganar), donde las verdades son relativas y se trabaja pensado en las percepciones de los participantes, en sus intereses, sin dejar de lado las futuras relaciones (laborales, paternales, compañeros, etc.) que los unan.
Debemos considerar que existen otros métodos para la resolución de conflictos que sean pacíficos, alternativos y participativos porque pensamos en una convivencia saludable.
Volviendo al punto de partida, ¿a que llamaríamos una convivencia saludable?
Una convivencia saludable es aquella que podamos atravesarla en un clima distendido, que favorezca la preocupación por el otro, que las soluciones a las que arriban los protagonistas no sean violentas, que se busquen maneras distintas de reparar los daños (no sanciones) y que propicie el compromiso y la responsabilidad de todos.
Buscamos en una convivencia saludable que los conflictos disminuyan en cantidad y en intensidad.
Una convivencia saludable nos permite construir relaciones interpersonales armoniosas.
Construir una convivencia saludable es “educar para la paz”.
[1] Extraído de “Educa Asesorías Pedagógicas”