En la escuela se manifiestan los roles: el que organiza, el que escribe, el artista que realiza las presentaciones, el que explica el trabajo, entre otros roles, cada uno proporciona su habilidad y realiza su aporte. Es un ejercicio democrático.
Pensar en Trabajo Colaborativo es Pensar en la Inclusión.
Trabajar en equipo, entre pares, en grupo, es elaborar estrategias de organización coordinadas en pos de un resultado.
Varios individuos pueden llevar años trabajando, haciendo cada uno su tarea y ser productivamente satisfactorio, entonces, ¿Por qué cambiarlo?, y ¿qué debemos cambiar?
En un trabajo colaborativo cada integrante aporta ideas, las discute con el grupo, las argumenta o sostiene, desarrolla su capacidad de persuasión y elocuencia (mientras los otros también lo hacen con las suyas).
¿Es una confrontación?, ¿Quién gana?
De ninguna manera, no es una pelea sino una presentación de ideas expuestas para ser analizadas por todos, aceptadas o rechazadas, defendidas o atacadas, pero enriquecidas por el aporte de todos.
¿Quién gana? Todos ganamos.
Al decidir (votación, decisión mayoría, etc.) todos ponemos en marcha las habilidades que cada uno posee. Es mérito del grupo conocer las fortalezas y debilidades de cada uno de los integrantes para luego ponerlas en acción.
En la escuela se manifiestan los roles: el que organiza, el que escribe, el artista que realiza las presentaciones, el que explica el trabajo, entre otros roles, cada uno proporciona su habilidad y realiza su aporte. Es un ejercicio democrático.
Fomentar el trabajo colaborativo es propiciar la comunicación, la cohesión, la confianza y el entusiasmo donde defendemos nuestro punto de vista y respetamos/entendemos el pensamiento ajeno. Cada uno de nosotros tenemos algo para brindar, para aportar, somos distintos pero parecidos y fundamentalmente, únicos e irrepetibles.
El trabajo colaborativo nos invita a pensar juntos, a escucharnos, a debatir (argumentar). A establecer acuerdos (no competir), a elaborar un producto creativo y originalmente consensuado, a dividir los roles según sus destrezas y habilidades, a trabajar todos y para todos (responsabilidad y solidaridad), maneja la autoevaluación y co-evaluación (ser capaces de aceptar que/como/cuanto trabajamos)
El trabajo colaborativo nos invita a sumar nuestras diferencias para multiplicar nuestros logros, en definitiva valora la diversidad, fomenta la empatía y la inclusión.