Fuera de Serie
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Moon Knight
LOS DIOSES EGIPCIOS SE SUMAN A MARVEL — DISPONIBLE EN DISNEY +
Moon Knight

Marvel está llegando a un punto en su extenso universo compartido que lo obliga a recurrir a personajes “menores” para seguir ampliando su catálogo en pos de crear franquicias redituables y, por supuesto, contar historias. El origen de la franquicia más taquillera en la actualidad comenzó con Iron Man, un personaje hasta entonces —casi— secundario, que tuvo la oportunidad de alcanzar la gran pantalla porque la empresa de historietas había vendido los derechos de propiedad intelectual de las creaciones más populares a distintas empresas. Spider-Man, los X-Men o Los Cuatro Fantásticos no eran una opción a la hora de crear películas en el inicio del siglo XXI, por eso recurrieron a Tony Stark y su alter-ego de traje metálico.

El éxito fue allanando el camino para Kevin Feige (productor estrella de Marvel) y sus compañeros de estudio, y de forma lenta pero segura comenzaron a recuperar a aquellos personajes perdidos. Aun así, la permanente expansión del universo obliga a la productora a buscar entre superhéroes más “oscuros”, no tan conocidos por el público general.

Los fanáticos de los cómics probablemente conozcan, al menos de nombre, a Moon Knight, o cómo se lo ha conocido en este país por la espantosa y telenovelesca traducción española, Caballero Luna. Para muchos otros, el héroe de imponente traje blanco fue una sorpresa cuando Disney + anunció que la nueva serie se concentraría en él.

Los orígenes de Moon Knight se remontan a la década del ´70, cuando el guionista Doug Moench y el dibujante Don Perlin, dos artistas hoy veteranos y respetados, crearon al personaje en las páginas de otra publicación titulada Werewolf by Night, u Hombre Lobo en castellano. En el número treinta y dos de la revista debutó el héroe que hoy nos compete.

Desde el vamos, Moon Knight no es un personaje común y corriente. Marc Spector, un mercenario con pasado en el ejército estadounidense y la CIA, muere en medio de un trabajo que salió mal. Su cuerpo queda a la merced de las hostiles tierras en Sudán, pero su deceso no es permanente, ni siquiera dura mucho tiempo. Con sus últimos suspiros consiguió salvar su vida sin saberlo, al caer desplomado frente a una estatua de la deidad egipcia Khonshu. Spector revive, sin herida alguna, y con una nueva misión encomendada por el dios.

El otrora Marc Spector renace con la capacidad de invocar poderes divinos y así convertirse en Moon Knight, cuya misión es vengar las injusticias del mundo que lo rodea y, de paso, redimir su historial de asesinatos y negocios nefarios.

Aparte de tener a disposición una serie de habilidades para el combate que rozan lo superhumano, Spector tiene la protección divina de Khonshu, con lo cual las heridas no le afectan demasiado y la muerte parece ser un inconveniente más del montón. Pero el ex-mercenario se separa de otros héroes de ficción ya que tiene Trastorno de identidad disociativo. Esta serie de sintomatologías suelen producir en la persona —a menudo a causa de un severo trauma en la infancia o estrés post-traumático en la vida adulta— la aparición de nuevas personalidades que coexisten en un mismo cuerpo. La “dominante” (aunque puede ser más de una) asume el control del cuerpo y las demás quedan relegadas hasta que consiguen salir a la luz.

Este trastorno no es un invento del noveno arte, sino algo muy real, aunque a la fecha todavía hay muchos aspectos que se desconocen de esta enfermedad.

Para la biografía ficticia de Marc Spector y su alter-ego Moon Knight los diferentes autores que pasaron por el personaje terminaron definiendo a tres personalidades distintas: Steven Grant, a menudo retratado como un millonario; el taxista Jake Lockley y Mr. Knight, una versión más “pacífica” y menos violenta de Moon Knight.

Este particular superhéroe tiene una larga historia de publicación dentro de Marvel y se lo puede considerar un personaje de culto. Tiene una legión de fanáticos, como muchos otros “colegas”, pero jamás estuvo entre las creaciones principales de la autodenominada Casa de las ideas.

El estreno, hace casi seis semanas, de la serie homónima en la plataforma de streaming Disney + significó un paso gigante para el héroe. Mañana finaliza la primer temporada —de la cual no se sabe si habrá una continuación o si el protagonista volverá a aparecer en otras producciones— y con esto se cierra una nueva producción de Marvel interesante, repleta de sorpresas y con un planteo narrativo atractivo, que si bien no es original, le proporciona una brisa de aire fresco, no viciado, a un género superpoblado como el de superhéroes.

La serie nos presenta a Steven Grant, un torpe y tímido empleado del Museo Británico, dedicado a la cultura egipcia. Grant es un fanático de todo lo relacionado a aquella excepcional civilización antigua, disfruta de sus labores en la tienda de regalos pese a que su anhelo es poder convertirse en guía del establecimiento. En sus ratos libres estudia la lectura de los jeroglíficos, y sueña con explorar las pirámides. También sufre de episodios en los que no consigue recordar nada. Duerme con una pierna atada a una cama rodeada de arena para poder comprobar si intentó “escaparse” por la noche. Es tímido, de buenos modales, un pacifista incapaz de enfrentar a su abusiva jefa siquiera.

Su único confidente es una estatua viviente que para en una plaza.

Un día Steven se despierta en Austria, en donde se encuentra con el carismático líder de un culto llamado Arthur Harrow. El hombre parece conocer a Grant, y le demanda que le devuelva un escarabajo que, como por arte de magia, el empleado del museo posee. La amenaza real de Harrow y sus seguidores no hacen dudar al asustadizo Grant: quiere entregar el objeto, pero cada vez que intenta entregar el escarabajo su brazo le desobedece. Entonces todo se apaga unos instantes. Cuando vuelve en si, de alguna manera todos los contrincantes están en el suelo, derrotados de forma violenta. Un nuevo apagón sucede, y al volver, Steven está en plena persecución a los tiros.

Todo parece un mal sueño, y esa sensación se refuerza cuando amanece en su casa. El problema es que han pasado dos días desde el último desmayo. También descubre que tiene el escarabajo de su “sueño”. También encuentra un viejo celular “a tapita” en donde una mujer llamada Layla afirma que lleva meses intentando dar con él… sólo que ella lo conoce como Mark, no Steven.

Aquella noche, en el museo, totalmente confundido, Grant vivirá un cambio radical en su vida. Harrow se le manifiesta y le explica que él es un sirviente de la diosa Ammit, cuya misión es impartir justicia antes que se cometan actos de maldad en el mundo. El líder le pide el escarabajo, una vez más, ya que con el objeto será capaz de encontrar la tumba de su venerada diosa y para revivirla, y así equilibrar la balanza global con su particular visión. Steven decide escapar entre los pasillos del museo, pero lo asedian unas criaturas mitológicas similares a chacales, que lo arrinconan en una habitación.

Rodeado de espejos, su reflejo parece cobrar vida: este dice que se llama Marc y le asegura que la única forma de escapar con vida es que Steven le ceda el control del cuerpo. La oferta no es tentadora, pero prueba ser la única forma de salir entero del asedio. Marc Spector toma el control, e invoca los poderes de Khonshu.

Un traje bellísimo, blanco e impoluto, que parece una versión moderna de una momia, se materializa en el cuerpo del hombre. Los ojos brillan, tan blancos como el resto del vestuario.

En cuestión de segundos, el chacal sobrenatural perece.

Pero para Steven Grant comienza una aventura diferente, en donde deberá “conocer” a la otra persona que lo habita, Marc Spector, y descubrir quién es el “original” y quién no. El “otro” estuvo casado, sabe pelear, es violento y claramente tiene relación con los dioses egipcios.

Moon Knight explora la relación entre las distintas personalidades y cómo deben aprender a convivir para poder detener a Harrow, que plantea una amenaza a escala mundial. El trayecto está plagado de aventuras que toman muchísima inspiración a la trilogía original de Indiana Jones, combinando mitología, arqueología y superhéroes, con algunos toques de terror. (al estilo Disney, pero terror al fin)

Si hubiera que elegir un único motivo por el cual la serie funciona es, sin duda alguna, Oscar Isaac. El carismático actor protagonista consigue una actuación digna de estudio, representando las distintas personalidades convergentes en escenas que requieren cambios repentinos, en un segundo. Isaac modifica el acento, la postura, la mirada, y ya es otra persona. Estas mutaciones son sutiles pero perceptibles, y consiguen volver tridimensional a un personaje que, mal escrito y mal actuado, podría haber caído en la arena movediza de la parodia involuntaria. Pero el actor triunfa en cada plano que aparece, y es imposible quitarle el ojo.

Ethan Hawke le da vida al antagonista, Arthur Harrow, y no le pierde el paso a Isaac en cuanto a calidad. Lejos de personificar a un enemigo cliché, Harrow es un hombre de modales calmados, de voz seductora, de mirada penetrante. Camina con un bastón porque cada mañana coloca vidrio molido en sus sandalias. Ese andar lento, de apariencia débil, combinado con la personalidad que transmite seguridad y tranquilidad hacen un contraste excelente con sus planes dementes para “purgar” al planeta.

La acción es buena, los diseños de personajes son más que atractivos, y la ambientación egipcia destacan en la producción, pero esto no es novedad en los productos de Marvel. Sacando las actuaciones —increíbles, de lo mejor que ofreció la productora en mucho tiempo— y la fabulosa música del compositor egipcio Hesham Nazih, estaríamos ante una serie más. De buena calidad, repleta de chistes (que muchas veces cortan de inmediato un momento tenso o dramático, un karma que Marvel consiguió transformar en una marca registrada) pero una serie más al fin, que se salva principalmente gracias a Isaac y Hawke como protagonistas.

Moon Knight se disfruta, es entretenida, tiene cierto encanto a las películas de aventuras de los ´80, y ofrece a un superhéroe un poco más marginal dentro del universo que ya conocemos, pero con un potencial enorme si se deciden a seguir utilizándolo en el macrocosmos del Universo Cinematográfico de Marvel.

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