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La Vuelta de Rosas
En la Patria. El día llegó el 30 de septiembre de 1989
La Vuelta de Rosas

El Brigadier General Juan Manuel de Rosas falleció en Southampton, Inglaterra, el 14 de marzo de 1877. La versión oficial de la Historia Argentina, establecida en el sistema educativo y en los ámbitos culturales y políticos por los vencedores de la larga y cruenta guerra civil entre unitarios y federales, dificultó durante muchos años la posibilidad de realizar un análisis sereno y superador de aquel conflicto. El 28 de julio de 1857 la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires aprobó la ley N° 139 declarando al gaucho porteño, “Reo De lesa patria”. Años antes de la batalla de Caseros, el escritor unitario José Mármol publicó su poema “A Rosas”. En la obra editada por la prensa de su partido, después de una larga retahíla de insultos y condenas el poeta afirma proféticamente: “Ni el polvo de tus huesos la América tendrá”. Pasaban los años pero el encono se mantenía firme. El 21 de abril de 1877, un cuarto de siglo después de ser desalojado del gobierno, las autoridades prohibieron toda expresión en favor de la memoria del estadista, fallecido un mes antes en el exilio. La medida se aplicó cuando el gobierno tomó conocimiento de que familiares y seguidores del Restaurador de las Leyes, realizarían una misa en su memoria.

El transcurso del tiempo en vez de permitir ganar en perspectiva, mezcló todavía más los hechos históricos con los intereses políticos contemporáneos. Pese a las dificultades, la enseñanza de la Historia Argentina ganó en madurez y tolerancia y en el siglo XXI, ya no es mal visto en las escuelas o en los medios de comunicación, hablar de determinados temas y figuras históricas.

Siempre existieron comisiones “Pro repatriación de los restos”, movimientos con el mismo objetivo, y otros intentos. Vale aclarar que el exiliado ordenó en su Testamento (1873) que sus restos descansaran en el Cementerio Católico de Southampton “… hasta que en mi patria se reconozca y acuerde por el gobierno, la justicia debida a mis servicios” (1).

La primera medida concreta la tomó la Legislatura bonaerense el 30 de octubre de 1973 bajo la gobernación de Oscar Bidegain, revocando la ley proscriptiva que declaró al Restaurador “Reo de lesa patria”. El 21 de octubre de 1974 mediante Decreto N° 1.146 fue promulgada la ley N° 20.769 ordenando la repatriación de los restos del estadista argentino.

La profecía de José Mármol se quebró más de un siglo después. Rosas descansaría en su tierra, pero aún faltaban 26 años.

En la Patria
El día llegó el 30 de septiembre de 1989. Presidía la Nación Carlos Saúl Menem.

El avión que transportaba el féretro descendió en Rosario. El acto de recepción se realizó en el Monumento a la Bandera. Autoridades nacionales, provinciales, dirigentes sindicales y otras fuerzas vivas, además de un gran número de centros tradicionalistas, dieron marco a la ceremonia. El discurso del primer mandatario aludió al presente en varias oportunidades y el tema de la reconciliación nacional fue el eje de su alocución. “”No se puede construir una verdadera patria sobre el odio de los hermanos”, sostuvo; agregando que “Al darle la bienvenida al Brigadier General Rosas, también estamos despidiendo a un país viejo, malgastado, anacrónico, absurdo” (2). También conversando con periodistas, Menem deslizó que los indultos para las cúpulas militares procesadas por terrorismo de Estado y los sobrevivientes de las organizaciones guerrilleras de la década de 1970, serían indultados a fin de septiembre. Exceptuado de ese beneficio, quedaría el ex dirigente del PRT – ERP, Enrique Haroldo Gorriarán Merlo; imputado y prófugo por el ataque al Regimiento 3 de Infantería Mecanizada de La Tablada (provincia de Buenos Aires), en enero de ese año.

Se estimó la concurrencia en Rosario en unas 6.000 personas.

Finalizada la ceremonia, el ataúd fue depositado en el patrullero A.R.A. Murature, buque que se despidió con 21 cañonazos. En su desplazamiento por el río Paraná fue escoltado por dos barreminas, cinco guardacostas de Prefectura Naval Argentina y buques civiles que engrosaron el convoy. Al mediodía la nave atracó en Dársena Norte del puerto porteño. Allí Menem recibió al prócer repatriado y en su discurso, se refirió a los próceres enfrentados en el pasado, remarcando la necesidad de superar las diferencias. En algunos tramos de su exposición, dejó en claro el objetivo político que en esos días lo ocupaba, generando no pocas resistencias en la sociedad: los indultos. “Todavía quedan algunas heridas por cerrar y como presidente de los argentinos me comprometo ante Dios y ante mi pueblo a suturar definitivamente las heridas para que, a partir de la unidad nacional, marchemos hacia la patria que soñaran Rosas, Urquiza, Sarmiento, Quiroga, Peñaloza, Gûemes y otros grandes hombres y caudillos que nacieran en esta tierra de promisión”, sostuvo Menem (3).

Al encolumnarse el cortejo, la Guardia de Honor quedó a cargo de la escolta presidencial, el Regimiento Granaderos a Caballo General San Martín. Los gauchos montados y con atuendos típicos, pasaban de cinco mil. El público que bordeaba la Avenida de Mayo y otras arterias, saludaba el cortejo agitando banderas argentinas y arrojando flores rojas, el color federal.

También una nota de color la dieron soldados vestidos a la antigua usanza unitaria; el bando enfrentado a Rosas en la guerra civil. Cuando arribó el cortejo al Cementerio de La Recoleta, aviones de la Fuerza Aérea Argentina sobrevolaron el lugar, sumándose al homenaje. Ya en la capilla, hizo uso de la palabra el sacerdote Alberto Ezcurra, descendiente de la esposa del Restaurador y también fundador del Movimiento Nacionalista Tacuara. Lo siguió con otro discurso, el intendente municipal Carlos Grosso.

Un gesto deplorable por su sectarismo, lo tuvo el entonces presidente de la República Oriental del Uruguay, Julio María Sanguinetti. El mandatario oriental negó la autorización para que el féretro hiciera una breve escala en el país hermano. Rosas apoyó materialmente en 1825, a Juan Antonio Lavalleja y la expedición de Los 33 Orientales, para que iniciaran la lucha contra el invasor brasileño.

hoymercedes.com.ar

Más allá del clima político generado por los indultos inminentes que tiñó la vuelta de Rosas a la Patria, la repatriación alguna vez tendría que darse. Desde 1999 tiene un monumento de bronce en el barrio de Palermo, ciudad de Buenos Aires. También son muchas las ciudades y calles argentinas, que llevan su nombre y ostentan bustos o placas alusivas sin que ya nadie se escandalice.

1) Portal HOY MERCEDES – 30-09-16
2) La Capital – Rosario -01-10-89
3) Clarín – Bs. As. – 02-10-89

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