Las propiedades curativas de muchas hierbas naturales son reconocidas mundialmente.
Desde el penoso deambular que habría cumplido Don Pedro de Mendoza por nuestras inhóspitas tierras del siglo XVI, supuestamente buscando la hierba milagrosa que le curaría una grave enfermedad, hasta la vecina del barrio que recomienda un “tecito” de yuyos a los indispuestos, y pasando por una amplia de médicos, paramédicos, y especialistas aficionados, está el amplio catálogo de hierbas o “yuyos” que forman parte de la cultura farmacológica argentina. A principios de la década de 1960, un grupo de empresarios y profesionales sistematiza la recolección y clasificación de hierbas silvestres, para hacerlas llegar a un mercado que existía en forma dispersa y marginal, desde hacía muchos años.
Así nace Cachamai, que en quechua significa “hierbas que hacen bien”. La empresa instaló su planta en Villa Gobernador Gálvez (Santa Fe) y desde allí desarrolló la red de distribución que abarca todo nuestro país.
Además del mercado interno argentino, EE. UU., Canadá, Japón, Uruguay, Italia y otros países, figuran entre sus principales compradores. La producción en serie también modificó algunas costumbres gastronómicas en la Argentina: en los restaurantes y bares era imposible consumir un “té de yuyos” y hasta un mate cocido, hoy se puede pedir un Cachamai sin que el mozo lo mire al cliente con ironía o le conteste con la expulsiva frase “no trabajamos”. La marca utilizada como sustantivo, un genérico, fue reemplazando paulatinamente a un boldo, un tilo u otras hierbas de tradición silvestre.
En el año 2005, el Grupo Gregorio, Numo y Noel Werthein S.A. desde su División Agronegocios, adquirió Cachamai. Werthein contaba al momento de la compra, con una planta procesadora de frutas en Cipolletti, Río Negro. Producción agroganadera en Pilar, provincia de Buenos Aires, con unas cien mil hectáreas destinada a ese fin, junto a un haras donde se crían caballos de pedigree , en la localidad bonaerense de Capilla del Señor. En paralelo, el Grupo contaba con negocios financieros, bancarios y la aseguradora La Caja, además de intereses en las telecomunicaciones y en la industria del software. De allí en más, Cachamai diversificó su producción especializando su línea original de té de hierbas, en una amplia gama de sabores y funciones. La línea la integran:
Cachamai Amarillo, mezcla de hierbas refinadas digestivas.
Cachamai Rosa: es hepatoprotectora y previene las consecuencias de comidas sustanciosas.
Manzanilla: antiespasmódico.
Boldo: también es un tradicional protector hepático.
Tilo: sedante y relajante natural.
Menta: es refrescante y suprime malestares digestivos y es también, antiespasmódico.
Té: versiones Común, Verde, Surtido y Línea clásica; además del Premium.
Mate Cocido Cachamate: Clásico, Mezcla de Hierbas y Silueta Plus.
Yerba Mate: Cachamate Amarilla y Cachamate Rosa, mezclada con hierbas varias que cumplen funciones similares a los tés específicos.
Yerba Mate saborizada con naranja, limón, pomelo, menta, peperina, café y miel.
Yerba Mate Siluet: ayuda a modelar la silueta.
También ofrecían yerba mate con tilo y la tradicional yerba con palo. En la línea “Licencias” aparecieron yerbas mate identificadas con los colores y los nombres de los clubes Boca
Juniors y River Plate, en sus etiquetas. Cachamai, a la vuelta de más de seis décadas de servir gustos y necesidades desde la Argentina hacia el mundo, sigue liderando el rubro.
Testimonios
El intendente Luis Juez, apoyado por un sector del Gobierno nacional -el que lidera el jefe de Gabinete Alberto Fernández- aseguró que ya está muy cerca en las encuestas, que hasta el momento lo ponen segundo. Y el vicegobernador Juan Schiaretti -delfín de José Manuel de la Sota, respaldado por los «pingüinos» del kirchnerismo- le retrucó que, en sus números, sigue arriba por quince puntos.
«Veníamos con el burrito de cachamai lejos, el gobernador con el caballo pinto, y empezó el burrito de Juez y se le puso ahí», dijo el ingenioso Juez a la FM Suquía. «Hasta hace una semana nos llevaban a los cachetazos como chicos a la escuela, ahora estamos cabeza a cabeza.-«
Clarín – 30-08-07 – Alfredo Gutiérrez
“En Córdoba, Cierran la Campaña entre Caravanas y Acusaciones”
No le gusta eso, y no le gusta en plural. «Ustedes nos quieren transformar en un museo». Ustedes, nosotros, los periodistas. «Tendría que ser un concepto que nos dejara mejor parados. O al menos, vivos. Que nosotros seamos la academia. Que haya un sillón reservado para mí. Los que me preguntan sobre lo que hice con Manal hace 40 años, mejor que hablen con Claudio Gabis y Alejandro Medina (los otros ex del grupo). Nos condenan y yo tengo que ponerme duro para que me den bola con lo nuevo. Somos argentinos. Somos boludos. Los Stones fundaron el rock y ahí están dando vueltas. Entiendan: con esta actitud de veneración nos están matando. Me están matando a mí. Y yo tengo derecho. Me lo gané”. Veníamos envueltos en una meditación de bar, agua mineral y Cachamai. Y vos le decís sí, tenés razón, y le deseas lo mejor del mundo porque querés que le vaya bien. A él. A Charly García.
Clarín- 23-11-2008 – Por Hernán Firpo a Javier Martínez
“Los Rockeros no Leen.”